Ante el actual debate sobre el sistema de etiquetado frontal NutriScore, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) recuerda, como ya hizo hace dos años cuando se anunció su posible aplicación en España, las incongruencias y arbitrariedades que presenta esta propuesta, que no está adaptada a la realidad nutricional ni a los hábitos de consumo de la población española, ni tampoco a la Dieta Mediterránea.
El sector cárnico pide excluir las figuras de calidad del etiquetado NutriScore
«De hecho, afirma la patronal cárnica, se trata de un esquema de etiquetado nutricional propiedad del Gobierno francés, por lo que España no puede modificar el método, ni la fórmula de cálculo de este sistema de etiquetado. Concretamente, porque no representa la realidad alimentaria española, además de amenazar el funcionamiento del mercado único de la Unión Europea».
En este sentido, ANICE insiste en que España no debería implantar ningún sistema de etiquetado frontal hasta que la Comisión Europea apruebe uno armonizado a escala comunitaria, que subsane las deficiencias del modelo francés.
No obstante, en el caso de que se implementara el NutriScore, ANICE subraya que deberían de ser excluidas tanto las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), como las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y las Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG), que son figuras de calidad diferenciada de la Unión Europea, recordando que los argumentos de la solicitud de exclusión son idénticos para las tres figuras de calidad.
Tal y como ha ocurrido con el aceite de oliva, ANICE hace hincapié en que el modelo debería excluir productos tradicionales de la dieta y cultura españolas, como lo son el jamón serrano e ibérico, que en muchos casos son amparados por estas figuras de calidad diferenciada, pero que bajo este modelo saldrían perjudicados por su contenido en grasa, sal u otros componentes que valora este sistema de etiquetado a la hora de otorgar colores.
Además, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España considera que, de aplicarse en España, también se deberían introducir importantes modificaciones para corregir el tratamiento a los elaborados cárnicos, «ya que el etiquetado NutriScore no valora positivamente el contenido de proteínas de estos productos, a diferencia de lo que ocurre con los quesos, por ejemplo, lo cual es una clara discriminación«.