UPA alerta que España puede quedarse sin apenas ganaderos de vacuno de leche

A pesar de todos los esfuerzos del sector por modernizarse y ser cada día más competitivos; a pesar del endurecimiento de la Ley de la cadena alimentaria, que obliga a que se cubran los costes de producción, y  pesar de que los ganaderos han mejorado e innovado en sus explotaciones y cada día producen con más calidad y respeto al medio ambiente y al bienestar animal… a pesar de todo ello, señala la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), los productores de leche de vaca en España se enfrentan a su extinción.

UPA alerta que España puede quedarse sin apenas ganaderos de vacuno de leche

Esta organización agraria señala que este riesgo “está lejos de ser una exageración”, puesto que los datos demuestran que el sector lácteo afronta una profunda crisis, que puede tener enormes consecuencias para el medio rural y para el medio ambiente, así como para el propio sistema alimentario español, que “está dejando morir” a uno de sus sectores más emblemáticos.

En el año de la pandemia (de enero de 2020 a enero de 2021) abandonaron la actividad de producción de leche de vaca en España unos 725 ganaderos. Desde hace cinco años, unos 4.302, un 25% del total, cerraron sus granjas. Tras estos cierres está una honda crisis de rentabilidad por la falta de precios justos pagados en origen. El precio medio en 2020 fue de 0,332 euros por litro, por debajo de los 0,3626 €/litro que los últimos estudios sitúan como el coste medio de producción.

“Nadie puede vender por debajo de costes y vivir para contarlo”, aseguró Román Santalla, secretario de Ganadería de UPA para quien “perder 3 céntimos por litro es inasumible”.

La Ley de la Cadena Alimentaria que, precisamente, persigue acabar con estas ventas con pérdidas, no está funcionando, porque tanto industrias, como distribución siguen “imponiendo su ley” en la firma de contratos.

Costes disparados

UPA denuncia, además, que los costes se han disparado últimamente. La soja, uno de los principales alimentos del ganado, se ha encarecido un 32% respecto año anterior, y el maíz un 33%. El pienso complementario es un 20,45% más caro, según datos del propio Ministerio de Agricultura.

A su vez, los costes de mano de obra para el manejo del ganado también han crecieron un 5%, la de pastores, un 11,5%; los encargados y capataces, un 8,5%; y los vaqueros y porqueros, un 11,34%. Esas subidas, sin embargo, no están repercutiéndose al precio de la leche, agravando la crisis de rentabilidad.

Desde UPA vienen exigiendo a industrias y distribución que dejen de “ahogar” a los ganaderos lácteos y les protejan, como lo que deben ser: proveedores de un producto, cuya demanda ha crecido durante la pandemia, y uno de los pilares en la protección del medio ambiente y la lucha contra el despoblamiento.

Esta organización agraria señala que “seguiremos denunciando ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) todos los abusos e incumplimientos” pero, lamentan, “sin una toma de conciencia y un cambio de actitud de industrias y distribución vemos muy difícil salir del atolladero en que nos encontramos”.

 

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