De Castro: «La IA en el sector agrícola debe evitar los riesgos asociados con los usos poco éticos y oligopólicos»
El desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) «seguros, confiables y éticos» es la «única forma» de promover su adopción en el sector agrícola sin riesgos, ha señalado a Efeagro el eurodiputado italiano Paolo De Castro antes de la inauguración de “Smart Agrifood Summit” encuentro que se celebra entre hoy y mañana en Feria de Málaga.
En la apertura de la feria De Castro, miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y exministro italiano de Agricultura, impartirá una conferencia magistral centrada en los desafíos de la agricultura en la era de la inteligencia artificial.
¿Qué retos le esperan al sector agrícola en ese contexto?
La inteligencia artificial en la agricultura significa más ingresos, eficiencia y trazabilidad, pero no podemos detenernos aquí: hoy, y más aún en los próximos años, el verdadero desafío es reducir los costes de la producción agrícola, que van en aumento.
La respuesta no solo proviene de los macrodatos y la inteligencia artificial, sino también de la información que proporcionan. Solo con datos precisos e inmediatamente legibles, nuestras empresas agrícolas podrán optimizar el rendimiento de la producción y alcanzar sus objetivos comerciales.
¿Qué espera de la celebración de este foro?
Smart Agrifood Summit será un punto de encuentro crucial para compartir, analizar y debatir estrategias sobre cómo afrontar los desafíos globales de la cadena de valor, y para promover el intercambio de las mejores prácticas en la transformación agroalimentaria y el crecimiento tecnológico.
La Unión Europea trabaja en un marco jurídico aplicable a los sistemas de inteligencia artificial. ¿Le preocupan el uso masivo de datos y el dominio de las grandes corporaciones?
La propuesta legislativa de la Comisión Europea responde a solicitudes explícitas del Parlamento Europeo: pedimos acciones legislativas capaces de garantizar un mercado interior que funcione correctamente para esos sistemas, donde tanto sus beneficios como sus riesgos se aborden adecuadamente en la Unión Europea.
El desarrollo de sistemas de inteligencia artificial seguros, confiables y éticos podría garantizar un alto nivel de protección de datos, derechos digitales y estándares éticos. Esta es la única forma que tenemos de promover la adopción de la inteligencia artificial en el sector agrícola, evitando los riesgos asociados con los usos poco éticos y oligopólicos de dicha tecnología.
¿Cómo se puede beneficiar el sector del desarrollo de los algoritmos?
La aplicación de algoritmos y análisis de aprendizaje automático del «big data» aporta enormes beneficios a las explotaciones que lo están adoptando. En la agricultura de precisión, los cultivos se pueden tratar aplicando cantidades variables de agua para riego, fertilizantes y pesticidas en función de las necesidades reales. Así se puede incrementar la eficiencia, el rendimiento y la calidad, optimizando el impacto ambiental y los costes de producción.
¿Cómo cambiará el perfil de los trabajadores en el campo en un ambiente cada vez más tecnificado?
La disponibilidad de soluciones tecnológicas ha demostrado su papel crucial en los últimos meses, cuando robots y drones han estado salvando cultivos en la UE ante la falta de trabajadores por la emergencia del coronavirus. Esa tendencia se agravará en el futuro.
Si realmente queremos aprovechar todas las oportunidades que ofrecen estas nuevas soluciones, debemos capacitar a nuestros trabajadores agrícolas. La futura Política Agrícola Común destina importantes fondos a actividades de asesoramiento y formación para nuestros agricultores y trabajadores agrícolas.
En Málaga también habrá ocasión de abordar el desarrollo rural y otras cuestiones. ¿De qué manera puede sacar partido a los cambios tecnológicos la población rural?
El foro debería centrarse en el uso eficiente del plan de recuperación de la UE para evitar que la despoblación sea la nueva normalidad en las regiones rurales de toda Europa. Existen muchos instrumentos públicos para el desarrollo rural en la UE, pero a menudo están dispersos y son ineficaces.
Solo si invertimos fuertemente en tecnologías e infraestructuras digitales podremos ofrecer a las personas rurales alternativas sostenibles para gestionar las consecuencias de la despoblación, creando oportunidades para aprovechar al máximo el potencial local.
¿Cómo se están adaptando a las nuevas exigencias del mercado países mediterráneos como Italia o España?
La alimentación es uno de los primeros activos de nuestros países, como refleja la tendencia al alza constante de nuestra exportación agroalimentaria.
La orientación al mercado es quizás determinante: hemos logrado aprender a comunicarnos de manera diferente y entender que debemos adaptarnos al país al que exportamos para captar los aspectos característicos de cada mercado. El apoyo institucional no puede faltar. En esto podríamos tomar como referencia los acuerdos comerciales con Canadá o Japón.
Los agricultores se quejan de la competencia de terceros países que no tienen que cumplir las exigencias ambientales de dentro de la UE. ¿Qué pasos se están dando desde las instituciones europeas para evitar esos problemas?
La Eurocámara ha subrayado el riesgo de poner al sector agroalimentario de la UE en una situación de desventaja competitiva por la falta de convergencia global de normas y el aumento de los costes para los consumidores.
En las discusiones sobre la estrategia «De la granja a la mesa», pedimos medidas proporcionadas y un marco temporal adecuado para los mecanismos de adaptación y compensación. Es necesario evitar que la producción agrícola y su huella medioambiental sean subcontratadas y reubicadas en terceros países, garantizando la reciprocidad de las normas y el seguimiento eficaz de los productos importados.
¿Qué fondos europeos están al alcance de las explotaciones que quieran mejorar su productividad con el uso de tecnologías?
Mediante el Instrumento Europeo de Recuperación, asignamos al Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) un paquete adicional de más de 8.000 millones de euros. Gracias al trabajo del Parlamento Europeo y del Consejo, se llegó a un acuerdo para anticipar la disponibilidad de estos fondos desde 2021 hasta finales de 2022.
Ante los extraordinarios retos que afrontan el sector agrícola europeo y nuestras zonas rurales, este apoyo financiero debía estar disponible lo antes posible, con el fin de representar un estímulo real para una fuerte recuperación económica basada en la resiliencia, la sostenibilidad y la digitalización, en consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Startup Europe Smart Agrifood Summit abre sus puertas hoy en FYCMA (Palacio de Ferias y Congresos de Málaga), que organiza el evento junto a la Fundación Europea para la Innovación (INTEC)
Esta cuarta edición congregará a más de 350 empresas y entidades queestán liderando la innovación en el sector, así como a más de 80 startupscon propuestas disruptivasy 200 expertos que abordarán temas como la aplicación de la robótica y la inteligencia artificial en los cultivos, la sostenibilidad de la producción, las proteínas alternativas, los nuevos alimentos o los retos de la distribución en un mercado globalizado.
La cita incorpora nuevos encuentros como el Foro de Innovación del Aceite de Oliva y el Foro de Energías Renovables y Eficiencia Energética, además de un panel dedicado a la Compra Pública de Innovación, a la vez que consolidael Foro del Agua y Sostenibilidad y el Foro de Lucha Contra la Despoblación Rural.