Con motivo del Día Mundial de la Alimentación que se celebra anualmente el 16 de octubre, en la tarde de ayer se celebró, en el Aula Magna de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, una jornada informativa organizada por la Universidad Politécnica de Madrid en la que participaron su rector, Guillermo Cisneros; el director de la ETSIAAB, Juan Manuel Palacios, los catedráticos Jaime Lamo de Espinosa y José María Sumpsi (del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria de Naciones Unidas), así como el jefe del Equipo de Derecho a la Alimentación de la FAO, el español Juan Carlos García Cebolla. Los tres últimos disertaron sobre la el tema de la producción de alimentos en el Siglo XXI antes de dar paso a la intervención del Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
Día Mundial de la Alimentación: «Nuestras acciones son nuestro mejor futuro»
En la jornada se expusieron muchos datos para la reflexión sobre la producción de alimentos en el siglo XXI, algunos preocupantes, como que desde 2015 las cifras del hambre en el mundo han empezado nuevamente a empeorar a causa de 4 factores, como son el cambio climático, los conflictos bélicos, un menor crecimiento e inestabilidad económica y un aumento generalizado de las desigualdades.
Así las cosas, la previsión de la FAO, según subrayó José María Sumpsi, es que llegaremos en breve a los 900 millones de persona que padecerán hambre en el mundo.
La reciente Cumbre de los Sistemas Alimentarios, auspiciada por la ONU y que ha tenido lugar en Nueva York, ha dejado importantes novedades, según se destacó en el evento, como es el cambio de enfoque de este tipo de encuentros, ahora de los Sistemas Alimentarios, que engloba un concepto en el que se tendrán que tener en cuenta y relacionar distintos componentes: la pobreza, el medio ambiente, el cambio climático, la salud, los ecosistemas y el propio consumo.
Esta Cumbre, que fue muy participativa y contó con unos actores muy involucrados según destacó Sumpsi, dejó como principal mensaje la idea de trabajar con una serie de instrumentos concretos que sean desarrollados en el ámbito nacional, con cinco áreas prioritarias: acceso a los alimentos, su consumo responsable, la producción sostenible de los mismos, mejorar el nivel de rentas, y la igualdad y la resiliencia ante emergencias y catástrofes.
Como temas a reflexionar tras esta Cumbre se apuntan la idea de que el precio de los alimentos refleje el precio real de sus costes, también medioambientalmente hablando, y quién decide cuáles son las dietas consideradas saludables (como los etiquetados que se deberían implementar y los impuestos a ciertos alimentos).
También en el encuentro en Nueva York se incidió en la creación de Coaliciones entre todos los actores para aplicar con éxito determinadas medidas a nivel nacional, como pueden ser las centradas en el incremento sostenible de la producción agraria, la educación escolar en alimentación o la reducción de la pérdida y el desperdicio alimentario.
En definitiva, como subrayó el ministro Planas a cerca del eslogan de este Día Mundial de la Alimentación, «nuestras acciones son nuestro mejor futuro». Producir más alimentos -sanos y seguros- con menos recursos y de forma más sostenible, es la difícil ecuación, según Planas, que todos juntos debemos cerrar.
La jornada concluyó con la celebración de una mesa redonda que bajo el título “Retos y oportunidades del sector agroalimentario” contó con la participación de Nuria Arribas, directora gerente de InLac; Mauricio Garcia de Quevedo, director general de la FIAB; Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario; Montserrat Cortiñas, vicesecretaria general de UPA; Antonio Molina, director del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (UPM-INIA), y Eduardo Martínez de Ubago, jefe de ventas & Marketing. España y Portugal de John Deere.