El creciente interés de la industria alimentaria por los bioplásticos, en concordancia con la búsqueda de una cadena alimentaria más sostenible, está impulsando la necesidad de avanzar tecnológicamente en el desarrollo de nuevas soluciones que tengan potencial para llegar al mercado. Esta fue una de las principales conclusiones que se desprendieron ayer de la jornada de presentación de la guía “Bioplásticos en el sector agroalimentario”, elaborada por CNTA (Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria) y financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Avanzar en nuevas soluciones para los bioplásticos en el sector agroalimentario
La jornada, presentada por la directora de I+D de CNTA, Inés Echeverría, tuvo como eje principal la presentación del informe en el que el centro tecnológico navarro ha trabajado durante los últimos meses. Jorge Lorenzo, responsable de Aguas y Envases de CNTA, detalló algunas de las claves de la guía, pensada para profesionales de la industria alimentaria. En ella se orienta, por ejemplo, sobre la situación de mercado de los bioplásticos, cuyo mayor auge se está dando en Asia (46% de la producción global en 2020) aunque Europa se sitúa como el segundo continente con mayor penetración (26%).
A ese respecto, Jorge Lorenzo destacó que se trata de “un mercado con potencial. En la actualidad, hay más propuestas en fase de I+D que disponibilidad comercial. Pero es previsible que cada vez encontremos más casos de éxito”. Según datos del último reporte ofrecido en la pasada Conferencia Europea de Bioplásticos, hay una previsión de que la capacidad de producción global de estos materiales ascienda de los 2,1 millones de toneladas anuales de 2020 hasta los 2,8 millones en 2025.
En la guía elaborada por CNTA se detallan las aplicaciones más comunes, como las bolsas o bandejas, y los tipos de bioplásticos más utilizados, entre los que destacan el PLA o el BioPET. Además, la guía pone de manifiesto que su penetración está siendo destacada en subsectores como la agricultura y la horticultura o en el canal foodservice.
En el plano tecnológico, se aportan consejos y pautas para optimizar los rendimientos de los bioplásticos, poniendo especial hincapié en su caracterización, tato físico-mecánica como química, y teniendo en cuenta aspectos como la interacción del material con el alimento y su permeabilidad.
Tras la presentación de la guía, las empresas Prime Byopolimers y Grupo Apex compartieron sus experiencias reales en el uso de bioplásticos. La primera de ellas lo hizo de la mano de José Ángel Ramos, quien habló sobre su gama de desarrollos de bioplástico a medida aplicables a diferentes sectores productivos. En el caso de Apex, Mireia Ribé y Eva Sangüesa relataron la experiencia de este fabricante de snacks en el lanzamiento de la primera bolsa de patatas fritas 100% libre de plásticos del mercado español.
Los ponentes de ambas compañías remarcaron que trabajar con bioplásticos plantea retos importantes a nivel tecnológico y que se deben tener en cuenta condicionantes como la vida útil del producto a envasar o la adaptación del material a los equipamientos en las plantas de producción.
Además, destacaron la necesidad de continuar fomentando el uso de materiales más sostenibles y en la difusión de las bondades y las posibilidades de los bioplásticos, tanto hacia los envasadores como hacia los consumidores finales.
La jornada también incluyó la intervención de Sofía Collazo, del Centro Tecnológico AIMPLAS, quien hizo un repaso de la terminología específica sobre los bioplásticos. Collazo resaltó el “interés de las empresas del sector alimentario por conocer más acerca de los diferentes tipos de bioplásticos o de sus grados de reciclabilidad, compostabilidad o biodegradabilidad”.
Por otro lado, Begoña Pascual, del área de Innovación y Digitalización del MAPA, consideró en su intervención que el uso de bioplásticos entra de lleno en el concepto de bioeconomía, destacando que “España es uno de los nueve estados miembros que cuenta con una estrategia específica de bioeconomía”. Además, Pascual cifró en datos el peso de la bioeconomía en España, detallando que en 2017 suponía 1,4 millones de empleos, 64 millones de euros de valor añadido y 219.000 millones de euros en volumen de negocio.
Por otra parte, habló de las posibilidades de financiación que se van a abrir con los fondos Next Generation para fomentar la introducción de bioplásticos y otras estrategias de bioeconomía en la cadena alimentaria. “Seguir invirtiendo y trabajando en la I+D+i orientada a la implantación de los bioplásticos va a ser clave para su impulso”.