Riccardo Deserti , vicepresidente de OriGIn Italia y director general del Consorcio de la IGP Parmigiano Reggiano, es el nuevo presidente de OriGIn, asociación internacional que agrupa a los consorcios de indicaciones geográficas. Deserti, que sucede al francés Claude Vermot-Desroches, es ya máximo responsable de una organización que representa más de 575 Indicaciones Geográficas de 40 países del mundo. AgroNegocios lo ha entrevistado para conocer cuáles serán los objetivos para su Presidencia.
Riccardo Deserti, presidente de OriGIn: «Pedimos a la CE que trabaje sobre sistemas de etiquetado basados en paradigmas científicos»
-La Comisión Europea está ultimando sus propuestas de reforma de la legislación europea sobre las IGs. Sin embargo, a pocos meses de la presentación del texto, el sector denuncia que se trata de un proyecto totalmente vacío cuya única novedad real sería delegar la gestión de las mismas en la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO). ¿Cuál es la opinión de OriGIn al respecto?
Sin duda el proyecto legislativo de la Comisión Europea está un poco vacío. Surge de la necesidad de solucionar los problemas internos de la CE, por tanto de liberarse del peso de gestionar sus trámites pasándolos a las World Intellectual Property Organization (WIPO) y, por otro lado, para incluir algunos condicionantes para poder decir que también cumple con los objetivos básicos de su estrategia «De la granja a la mesa».
Sustancialmente de lo que nos quejamos como gestores de las IGs es que esta propuesta carece de un salto cualitativo para dar más perspectiva al sistema de indicaciones geográficas como herramientas de la política agroalimentaria y territorial comunitaria y, lamentablemente, se queda relegada a una mera transposición de la protección del derecho de propiedad intelectual; por lo tanto, una propuesta ciertamente insuficiente en comparación con las expectativas que tenemos.
-También la CE trabaja en paralelo en la reforma de la política de promoción de los productos agrarios de la UE, que podría condicionar más la concesión de ayudas en relación con los objetivos de sostenibilidad que se ha marcado. ¿Cómo de prioritario es para el sector de las indicaciones geográficas que se reconozca su aportación a los objetivos de la estrategia “De la granja a la mesa”?
El próximo reglamento de promoción de la UE ciertamente debe verse como algo muy importante, pero también debemos evitar que las IGs sean penalizadas en sus nuevos objetivos y regreso aquí a la primera respuesta.
Las indicaciones geográficas pueden ser uno de los pivotes para conseguir los objetivos de la estrategia «De la granja a la mesa». Son antes de todo, y más que muchos otros sectores agroalimentarios, expresión de la cadena alimentaria y realidades que de verdad unen el campo a la transformación para llevar sus productos al consumidor final, por lo que representan una buena herramienta para poder activar políticas que deben implementar el concepto de sostenibilidad en el sector agrario con comportamientos virtuosos.
Las IGs deben convertirse en un elemento que yo denominaría de Buenas Prácticas básicas de visión y correcta dirección respecto al futuro de nuestro sector agrario comunitario, y la palanca de las políticas de promoción debe y puede ser un eje prioritaria para alimentar la sostenibilidad económica de estas cadenas agroalimentarias.
-¿Cuál es su opinión sobre cómo debería ser el sistema de etiquetado que prevé implantar la UE el año próximo? ¿Qué opina desde OriGIn del sistema Nutriscore?
Sobre el sistema de etiquetado comunitario, como OriGIn y también con una visión que va más allá de las indicaciones geográficas, creo que un sistema basado sobre el paradigma Nutriscore es incorrecto, porque es engañoso.
El objetivo no es la tipología de etiqueta, si no el de educar al consumidor y lograr que tenga un comportamiento más correcto a nivel nutricional. El comportamiento correcto no termina con la compra de un producto en un supermercado, se completa en la dieta, depende de cómo el consumidor utilice los alimentos en su dieta diaria o semanal.
El hecho de poner una luz roja en algunos productos y una luz verde en otros penaliza injustamente a los rojos y premia injustamente a los verdes. Un ejemplo importante que tenemos sobre este elemento es que hay platos preparados que son verdes según la etiqueta Nutriscore, que penaliza alimentos como una nuez de mantequilla o un rallado de 40 gramos de queso curado o una cucharada de aceite de oliva. El aceite de oliva o el queso no son malos, debe ser utilizado en la dosis correcta en la dieta.
La etiqueta del producto considerado por separado es engañosa para el consumidor y sobre todo es perjudicial para el productor, por lo tanto, la posición de OriGIn no está en contra de ofrecer información a los consumidores, pero una información correcta.
Desde OriGin pedimos a la CE que cierre la posibilidad de plantear el sistema Nutriscore y que trabaje sobre sistemas alternativos basados sobre paradigmas científicos, con el objetivo de mejorar el concepto de correcta alimentación y nutrición.
-Además de estos temas ya en marcha, ¿qué objetivos prioritarios se plantea para el periodo de su Presidencia en OriGIN?
Los objetivos de mi mandato como presidente OriGIn se desarrollan a dos niveles: un primer nivel es el aumentar la cooperación global entre las indicaciones geográficas para incrementar más la cultura de las indicaciones geográficas en el mundo. Por cultura nos referimos tanto al conocimiento de los consumidores como a la conciencia de las administraciones públicas nacionales de todos los países del mundo, que deben promover leyes y decretos que puedan tutelar el sistema de las IGs y exportar el modelo que se ha formado en Europa.
Cuanto más crezcamos más daremos protección a todo el conjunto, ayudando así los que hoy son pequeños y desorganizados, incluso en los países lejanos y más pobres del mundo, y esto un valor importante, una inversión que incluso los países más avanzados deben realizar en mutuo interés.
Otro objetivo es ir más allá del punto de partida de la protección de las indicaciones geográficas como generación de valor, para abrirse a un modelo de creación y generación en el tiempo de valor sostenible, y aquí habrá un enorme trabajo para delimitar las herramientas de acompañamiento, donde las políticas no deben ser asistenciales sino centradas en ayudar al autogobierno de las indicaciones geográficas, y posteriormente crecer en los modelos de gestión de éstas.