Los datos a nivel del microclima son fundamentales ya que condicionan el desarrollo y la esporulación de enfermedades criptogámicas como el mildiu, el oídio, la botritis, etc. Sin embargo, no existe una solución mágica para erradicar estas enfermedades. Es importante mantener el umbral de infección en un nivel que permita la sostenibilidad del viñedo y el rendimiento económico y para ello, conocer la biología del hongo a tratar es fundamental.
Leafcrop, una herramienta fundamental en la gestión del mildiu y el oídio
El mildiu, pasa el invierno en el suelo gracias a su forma de resistencia. Su ciclo consta de dos etapas. Para que se produzca la primera fase, se necesitan temperaturas medias superiores a 11ºC y precipitaciones de más de 10 L para que las esporas del suelo lleguen a la planta. Una vez que el patógeno haya encontrado un soporte para desarrollarse, aparecerán las primeras manchas de aceite. Sin embargo, para ver el micelio en la faz inferior de la hoja, son necesarias más de 2 horas de humectación foliar y temperaturas suaves.
La elección del tipo de cobre varía en función de la pluviometría. Se recomienda utilizar hidróxidos de cobre para una mejor acción de choque, sin embargo, hay que tener cuidado con su baja resistencia al lavado. En cambio, si se prevén tormentas, habrá que optar por formas más resistentes a las lluvias.
En el caso del oídio, una enfermedad causada por Erysiphe necator, los daños provocan una disminución de la actividad fotosintética, lo que puede dar lugar a un aumento de los compuestos fenólicos en las uvas, así como a un verdor pronunciado. Además, un ataque severo de oídio reduce la capacidad de la planta de acumular reservas para el año siguiente y complica el cuajado de las yemas.
Para desarrollarse necesita agua libre para germinar y temperaturas superiores a 10ºC. El rango de temperatura es amplio, desde 15ºC hasta 27ºC. Requiere una humedad relativa superior al 70% y no le gusta la radiación ultravioleta. Los trabajos en verde, como el deshojado o la poda en verde, permiten un mejor control gracias a la ventilación de la vegetación. Esta humedad dentro del microclima se mide fácilmente con el sensor de humedad Leafcrop, de Sencrop, y los datos se visualizan en tiempo real.
Sea cual sea el patógeno objetivo, antes de aplicar el producto hay que tener en cuenta otras variables, además de las condiciones climáticas. En efecto, la adecuación del producto al nivel de contaminación es importante, pero también la calidad de la mezcla y la propia aplicación.
Anticipe el desarrollo de enfermedades o la llegada de plagas gracias a sus informes meteorológicos y a la aplicación, y optimice sus tratamientos