Según el último informe del Agricultural Market Information System (AMIS Market Monitor), de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las restricciones a la exportación son cada vez más preocupantes, ya que agravan la volatilidad de los precios y ponen en peligro el suministro mundial.
En respuesta a la agitación del mercado mundial y a las crisis de suministros, los países han recurrido a menudo a políticas comerciales restrictivas para hacer frente a las interrupciones del suministro de alimentos.
La crisis entre Ucrania y Rusia no es una excepción, y varios países han impuesto restricciones a la exportación de diversas formas. Estas medidas pueden beneficiar a los consumidores de los países que imponen las restricciones, pero suelen ser a costa de todos los demás, especialmente de los países importadores netos de alimentos.
La experiencia pasada sugiere que estas medidas comerciales ejercerán una presión adicional sobre las reservas de alimentos disponibles, harán subir los precios y amenazarán potencialmente la seguridad alimentaria de los pobres, apunta el AMIS.
En crisis anteriores, como las subidas de precios de los cereales en las campañas 2007/08 y 2010/11, así como con la oleada inicial de la pandemia de COVID-19, muchos países restringieron el comercio de alimentos, incluidos los cereales y los aceites vegetales.
Y lo que es peor, las restricciones portuarias a menudo tenían un efecto en cascada: cuando un país anunciaba restricciones, otros seguían su ejemplo, lo que agravaba los problemas de suministro y creaba un ambiente de pánico en los mercados mundiales, ya que los importadores buscaban nuevos proveedores, lo que hacía que los precios subieran aún más.
Desde que comenzó la guerra de Ucrania, a finales de febrero, el número de países que imponen restricciones a las exportaciones de alimentos ha pasado de 3 a 23 (a finales de abril de 2022).
La cantidad total de exportaciones afectadas por las restricciones representa alrededor del 17% del total de calorías comercializadas en el mundo.
En concreto, apunta el informe, 18 países aplicaron prohibiciones a la exportación, abarcando 28 medidas distintas y representando el 12,5% de las calorías comercializadas, mientras que nueve países aplicaron requisitos de licencias de exportación, abarcando 11 medidas distintas y representando más del 4% de las calorías comerciales.
En términos de calorías afectadas, las restricciones a la exportación son particularmente relevantes para los siguientes cinco productos agrícolas: Trigo (31% del total de calorías afectadas), aceite de palma (29%), maíz (12%), aceite de girasol (11%) y aceite de soja (6%).
En términos de comercio total de productos individuales, las restricciones a la exportación afectan al 36% de las exportaciones de trigo; al 55% de las de aceite de palma, al 17% de las de maíz, al 78% de las de aceite de girasol y al 6% de las de aceite de soja.
El 10% restante de las calorías comercializadas sometidas a restricciones a la exportación incluye una cesta diversa de productos básicos, como tomates y otras verduras, carne de vacuno y aves de corral.
Respuesta ante la pandemia
El informe AMIS recoge que «la forma en que la comunidad mundial respondió finalmente a la pandemia de COVID-19, al menos en lo que respecta a los productos alimentarios, debería ser un ejemplo a seguir: la mayoría de los países se abstuvieron de aplicar prohibiciones y las que se aplicaron fueron relativamente efímeras.
Con el fin de seguir la evolución de la crisis actual, AMIS organizó recientemente un seminario web en el que se destacaron los esfuerzos realizados por los miembros de la Secretaría y otros para seguir las restricciones a la exportación.
En la misma línea, la Secretaría seguirá promoviendo la cooperación y el diálogo entre los países para evitar una ola de políticas perjudiciales, como la que se produjo en la crisis de los precios de los alimentos de 2007/08.
La política de comercio de alimentos puede evolucionar rápidamente, pero puede tener repercusiones duraderas en la pobreza y el hambre mundiales.
Las cifras que aparecen en el artículo de fondo proceden del Rastreador de Restricciones a la Exportación de Alimentos y Fertilizantes del IFPRI.
En su undécima reunión, celebrada en marzo de 2022, el Foro de Respuesta Rápida de AMIS expresó la necesidad de abstenerse de aplicar restricciones a la exportación y emprendió acciones para difundir información sobre el impacto negativo que podrían tener en el comercio internacional.
Sobre la base de su mandato de «mejorar la información sobre los mercados agrícolas» y «promover el diálogo y las respuestas, así como la coordinación de las políticas internacionales», AMIS celebró el 13 de abril un seminario web sobre el seguimiento de las restricciones a la exportación.
Condiciones de los cultivos
Según el último informe del AMIS Market Monitor, de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la siembra de cultivos herbáceos de primavera en el Hemisferio Norte se realiza en medio de precios elevados, pero también de mayores costes de los insumos.
Los primeros indicios en Estados Unidos y la Unión Europea sugieren que los precios más altos de la soja y de otras semillas oleaginosas animarán a los productores a aumentar las siembras de semillas oleaginosas.
En el caso del trigo, el aumento de la superficie en Canadá podría ayudar a cubrir parte del déficit mundial de suministros. Sin embargo, las perspectivas son menos favorables para la India y Estados Unidos.
Debido a la escasez de existencias mundiales y a la incertidumbre provocada por el conflicto en Ucrania, es probable que la volatilidad de los precios siga siendo alta este año, ya que los mercados se centrarán en el clima (evolución meteorológica), en las condiciones de los cultivos de trigo sembrados en otoño y en el progreso de las siembras de primavera, así como en su desarrollo a finales de este verano.
Trigo. En el Hemisferio Norte, las condiciones del trigo de invierno son desiguales en Europa y Estados Unidos, debido a las condiciones climáticas, mientras que la continuación de la guerra en Ucrania crea incertidumbres adicionales. La cosecha continúa en la India, con algunas zonas en las que el calor es extremo.
Maíz En el Hemisferio Sur, la cosecha continúa en Brasil, Argentina y Sudáfrica. En el Hemisferio Norte, se está sembrando en Estados Unidos, Europa, Ucrania, la Federación Rusa y China.
Soja En el Hemisferio Sur, se está cosechando en Argentina y Brasil, con zonas de rendimiento reducido. En el Hemisferio Norte, la siembra comienza en EE.UU. y Ucrania.
En concreto, Ucrania habría sembrado ya casi 6,1 millones de hectáreas de cereales de primavera y de semillas oleaginosas, lo que representa el 39,4 % de las siembras totales de 2021 y, a la vez, es un 78% de la superficie sembrada en la misma fecha del año pasado. El objetivo para la primavera de 2022 era de 11,45 Mha, con una reducción de entre 3,5 y 4 millones respecto de 2021.
Informe AMIS Market Monitor [EN]: AMIS_CropMonitor_202205