Los Ministerios de Salud, Desarrollo Económico, Agricultura y Asuntos Exteriores italianos con expertos en nutrición del Istituto Superiore di Sanità (ISS), el Consejo de Investigación Económica y Alimentaria (CREA), así como representantes de gremios de la cadena agroalimentaria de este país, ha desarrollado un sistema de etiquetado nutricional para los productos alimenticios: Nutrinform Battery, que fue presentado ayer en Madrid. Al respecto, el embajador de Italia en España, Riccardo Guariglia, intervino haciendo un llamamiento a que España unifique posiciones con su país frente a Bruselas y que este sistema, informativo y no discriminatorio, prevalezca sobre otros más populares, pero muy sesgados, como Nutriscore.
Nutrinform Battery es un sistema de etiquetado alimentario «objetivo y no discriminatorio» que ayuda a los consumidores a tomar decisiones alimentarias más saludables para seguir una dieta sana y equilibrada. Supone, según se destacó en la presentación, «un paso más allá de los sistemas de etiquetado que conocemos hasta ahora, más preciso y práctico, que se puede consultar directamente escaneando el producto a través de una aplicación móvil que, de momento, será introducida en Italia y se espera en breve en España.»
Según destacó en el acto Luca Piretta, profesor gastroenterólogo y doctor en Nutrición de la Universidad Campus Biomédico de Roma, en las últimas tres décadas, los trastornos relacionados con la mala alimentación, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares se han convertido en un problema cada vez más común.
A través de una Declaración Política, convertida posteriormente en una Resolución de la ONU, los líderes mundiales pidieron en 2018 a los gobiernos que crearán un entorno propicio para que los consumidores pudieran tomar decisiones alimentarias informadas con el fin de seguir una dieta saludable.
Este es a su vez uno de los objetivos contemplados en la estrategia «De la granja a la mesa» presentada por la Comisión Europea en 2020. Dicha estrategia prevé una serie de iniciativas, entre las cuales destaca el etiquetado sobre propiedades nutritivas en la parte frontal del envase. Desde entonces han surgido modelos como el semáforo nutricional francés Nutriscore, que clasifica a los alimentos, pero lo hace de forma sesgada.
En el marco de la estrategia europea, Italia propone su propia visión de etiquetado basada en una serie de principios obligatorios: promoción de dietas saludables, protección de las tradiciones gastronómicas locales, producción sostenible y libertad de elección para el consumidor.
En este contexto ha desarrollado su propio sistema, un etiquetado frontal nutricional más inteligente y adecuado a la Dieta Mediterránea que se representa conun símbolo de “batería” o pila. De ahí su nombre: Nutrinform Battery https://www.nutrinformbattery.it/). Con él se informa a los consumidores sobre la contribución nutricional de cada porción de un alimento en relación con las necesidades diarias recomendadas por la Unión Europea para una dieta sana y equilibrada.
“Hay que buscar un sistema que sea objetivo, no que satisfaga a unos algoritmos… Cada macronutriente tiene su papel. Tenemos que tender hacia la correcta alimentación y no a una dieta estrafalaria para perder peso, que ese no sea el único objetivo. No hay que demonizar ningún alimento, hay que comer variado, porque no cuenta el alimento individual sino en el conjunto de la alimentación”, subrayó el doctor Piretta.
“Nutriscore pone letras del verde al rojo, pero su algoritmo es arbitrario y no por evidencias científicas. Establece por ejemplo que los alimentos positivos son fibra, verduras, proteínas, nueces… pero no se habla de vitaminas ni antioxidantes, polifenoles, etc… el aciete de oliva virgen extra por ejemplo es muy rico en grasas pero como ese sistema no tiene en cuenta nada más, se le cataloga como malo”, y destacó que el sistema francés «sesga y penaliza muchos alimentos saludables debido a una mala gestión de la información nutricional a través de un algoritmo inexacto que ellos mismos han reconocido que es defectuoso”.
Daniela Martini, investigadora del Departamento de Ciencias de la Alimentación, Nutrición y Ambiente (UNIMI) de la Universidad de Milán, explicó que con Nutriform, con una apariencia sencilla y al primer golpe de vista, ya que es un etiquetado que se plantea para el frontal de los alimentos, cualquier persona puede calcular la cantidad de calorías, sal, grasas, grasas saturadas y azúcares que contiene un producto*.
Pero Nutrinform no es solo un sello más en el envoltorio. La etiqueta estará acompañada del lanzamiento de una app móvil que ha llegado ya a Italia y que sirve para hacer un seguimiento personal de la dieta mediante la actualización automática de los datos nutricionales de lo que se consume cada día, simplemente escaneando el código de barras.
«Una herramienta diseñada para inducir a los consumidores a equilibrar y variar su dieta. De hecho, la aplicación también sugiere porciones recomendadas para fomentar la moderación y la conciencia apostando por esa Dieta Mediterránea que durante tantos años nos ha mantenido a Italia y España en los primeros puestos del Índice de Salud Bloomberg. Esta aplicación tiene el potencial de adaptarse a las necesidades españolas«, apuntó Martini.
Cabe destacar que cualquier fabricante puede solicitar de forma gratuita la elaboración de su ‘etiqueta’ no discriminatoria y no vulnerable – es decir, no puede ser manipulada-; que se centra en el equilibrio general de la dieta y no en los alimentos individuales, concretamente en las cantidades consumidas (o la ración recomendada**), y no en 100 g (como propone el sistema Nutriscore). Esto hace la etiqueta más realista, ya que en un plato no se toman 100 g de todos y cada uno de los productos.
Rafael Moreno Rojas, catedrático de Nutrición y Ciencias de los Alimentos, además de director de la Cátedra de Gastronomía en Andalucía, comparó en su intervención varias aplicaciones como Yuca, El Coco y My Real Food poniendo sobre la mesa los peligros y poca fiabilidad de estas ‘modas’ que se apoyan en sistemas no objetivos con bases de datos no fundamentadas y además avaladas por influencers sin conocimiento en la materia.
El sistema italiano quiere, en sus palabras, “empoderar al consumidor”, y es un etiquetado frontal nutricional más inteligente y adecuado a la Dieta Mediterránea.