Los efectivos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) están colaborando para apoyar a las Comunidades Autónomas de Andalucía, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Madrid en las tareas de extinción de ocho incendios forestales en los términos municipales de Aroche (Huelva), Peñamellera Baja (Asturias), Alcubilla de Avellaneda (Soria), Ribadavia (Ourense), Tomiño (Pontevedra) y Collado Mediano (Madrid).
Además, los medios aéreos y terrestres del Miteco trabajan para apagar los fuegos declarados en las localidades de Ladrillar (Cáceres) y Candelario (Salamanca), en donde se ha desplegado un importante dispositivo de apoyo.
El incendio declarado en Ladrillar comenzó por la acción de una tormenta seca y afecta a las provincias de Cáceres y Salamanca, según informa la Comunidad
Autónoma. Asimismo, el Miteco ha aportado también un significativo número de medios en el incendio de Candelario (Salamanca), que cuenta con el apoyo de brigadistas de La Iglesuela (Toledo) y Puerto El Pico (Ávila).
Además de colaborar en tareas de extinción en España, se envió dos aviones anfibios para apoyar a Portugal en la extinción del fuego que afecta al municipio Ourém, en la región de Santarém.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) advierte de que las temperaturas continuarán en ascenso, y se alcanzará el pico de la ola entre hoy y mañana, 14 de julio. Se podrán superar los 40 o 41 grados en el valle del Miño, los 42 en el del Ebro y en ambas mesetas, y los 43 o 44 grados en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir. La situación climática obliga a extremar las precauciones.
Rebaños contra el fuego, el “cuerpo de élite rural”
Por su parte, y coincidiendo con la segunda ola de calor en España y el elevado riesgo de incendios forestales, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) quiere reivindicar la importante labor de pastores/as y ganadería extensiva para la prevención de incendios en el medio rural.
, “Apostar por el consumo de carne y leche de ganadería extensiva contribuye a evitar incendios”, afirma Ángeles Santos, ganadera extensiva y responsable en la Comisión Ejecutiva de COAG.
En los lugares en los que el pastoreo trasiega las cabañas de ovejas y cabras, una costumbre tan tradicional como extendida en nuestro ámbito rural, se produce una limpieza de la biomasa vegetal que, de no hacerse, con la llegada de la estación seca se convierte en una capa de combustible lista para arder y terminar devorando miles de hectáreas de montes y bosques.
Las cabras adultas se alimentan con 1,5 a 2,5 kg diarios de hierba seca (entre 350 y 1500 g de hojas y brotes de matorrales), mientas que las ovejas adultas en pastoreo pueden consumir de 2 a 3 kg de materia seca diaria (matorral y especies leñosas).
Las labores de pastoreo convierten a los ganaderos y ganaderas en vigilantes permanentes, al tiempo que contribuyen a limpiar el monte de material combustible, sobre todo en zonas de difícil acceso. Igualmente, la acción del ganado controlada por los pastores/as mantiene además las áreas cortafuegos, provocando discontinuidades en las masas forestales que impiden la propagación de los incendios.
“Gracias al ganado, no sólo se previenen incendios, sino que, cuando ocurren, son más pequeños y más fáciles de controlar. Si estas zonas están gestionadas, las maniobras de extinción se podrán hacer de forma más segura”, ha precisado Santos.
Además, la presencia del ganado en el monte tiene muchos beneficios ambientales, ya que favorece la biodiversidad, contribuye a la dispersión de semillas, mejora la estructura del suelo y reduce la erosión y la desertización. Todo ello, sin olvidar su contribución al desarrollo rural sostenible y a la fijación de población en el medio rural. Y no solo eso, la acción desbrozadora de la ganadería ovina y caprina permite transformar en carne de calidad, rica y sabrosa, un recurso que de otra forma supone un peligro medioambiental según la organización agraria.