El pasado 26 de julio, la Asociación Nacional de Comerciantes de Ganado Porcino (Ancoporc) organizó una reunión convocando a los operadores más relevantes del sector relacionados con la importación de lechones. Todo ello para dialogar y exponer las medidas que están tomando ante la peligrosa dispersión por Europa de la peste porcina africana (PPA).
Ancoporc debate sobre peligrosa dispersión por Europa de la PPA
En la reunión se habló de las distintas medidas que están tomando Países Bajos, Dinamarca o Alemania para evitar la propagación de la PPA y las acciones internas que toman algunos de los operadores participantes.
En este sentido, el portavoz del gobierno de Países Bajos, Guus Hoefnagels, recomendó la doble desinfección de todo vehículo extranjero que recoja animales dentro de su territorio. Esta recomendación es tomada como obligación por parte de los veterinarios que supervisan presencialmente las operaciones de carga.
Carlos Biurrún, uno de los principales operadores nacionales que comercializan lechón danés en España, destacó las medidas que toma Dinamarca al respecto, como el chequeo de los camiones de animales vivos que cruza la frontera danesa para verificar que está libre de PPA, o la emisión a los operadores logísticos de animales vivos por parte del gobierno danés del “certificado verde” para sus vehículos, permitiendo a estos operadores pasar por la frontera sin esperar en el control de exportaciones y evitando así una demora de una o dos horas. (Este certificado puede ser retirado y la empresa sancionada, si el vehículo con certificación verde opera en países con PPA (el certificado si permite el tránsito por países infectados)).
Por otro parte, Rafael Janer, representante de una empresa nacional externa a Ancoporc, plasmó la preocupación de los operadores por la actual situación sanitaria e hizo mención que ciertos mataderos piden que junto a la documentación de viaje de los animales importados, estos lleven consigo una prueba PCR negativa. Además, en su caso, la empresa de Janer exige a las granjas con las que opera, la necesidad de prueba PCR de la partida comprada.
Javier Borao de Bopepor, destacó la conciencia que tienen los operadores de lechones sobre la PPA, destacando que todo movimiento comercial realizado se ejecuta según indican las normativas europeas y nacionales delos distintos países de origen de los lechones, evitando la difusión de la enfermedad.
Borao comentó las medidas tomadas por el país germano para controlar el avance de la PPA, como es el sacrificio de todos los suinos a una distancia de tres km del foco comunicado y la limitación de movimientos de animales a una distancia de 10 km.
José Ortega, de la empresa Enrique Ortega e Hijos S.L., destaco la preocupación del sector y de las administraciones pública y solicitó a las autoridades nacionales una hoja de ruta a los comerciantes de porcino a través de la creación de una normativa específica para la importación de animales ante la preocupación de la entrada de la PPA a través del comercio.
En la misma línea, Ignacio Caubet habló de la gran preocupación por dudosa limpieza y desinfección que acreditan tener los vehículos polacos y rumanos a su entrada a España con animales. Estos suelen estar autorizados para transportar varias especies, entre ellas el porcino.
La empresa Hermanos de Pablo Arribas S.L. afirmó que es importantísimo la necesidad de un mayor control por parte de administración en la carga y descarga de animales, no solo para controlar su estado, sino el del propio vehículo, asegurando que cumple con las necesidades establecidas por la reglamentación.
Según Ancoporc, todos los asistentes coincidieron en la necesidad del control de las cargas y descargas in situ por parte de los veterinarios españoles, como ocurre en Países Bajos o Alemania.
Tras la reunión se llegaron a varias conclusiones, las cuales se enumeran a continuación:
- Que los focos de los últimos años han sido producidos por el movimiento de jabalís, desechos de comida tirados en las medianías de las carreteras por personas que se encuentran en tránsito o por trabajadores temporales dentro de explotaciones cuya actividad no es exclusiva a la cría del ganado porcino.
- Es importante dar a conocer que la importación de animales es un vector más de difusión de la PPA, y no el único. A los hechos hay que remitirse, ya que, en todos los focos comunicados hasta la fecha, ninguno ha sido por un movimiento legal de animales. Destacar el gran peligro que conlleva el actual periodo vacacional, en donde los trabajadores de granjas nacionales de origen polaco o rumano retornan a sus países para pasar este periodo estival, y a su regreso se surten de productos de cerdo elaborados en estos países, que como todo el mundo sabe son zonas de alta incidencia en PPA.
- El comercio de porcino es necesario para poder abastecer la demanda nacional, realizándose según marcan las normativas europeas y nacionales. Asegurándose así que los animales transportados cumplen las cinco libertades en los que se basa el bienestar animal, en donde una de sus pilares es que los animales estén libres de enfermedades.
- El peligro que conlleva los transportes no nacionales que proceden de zonas con PPA y cuyos contenedores están autorizados para varias especies. Es preocupante que no se controlen estos vehículos y que además no se sepa la distancia que recorren para limpiar y desinfectar una vez que descargan en nuestras fronteras.
- La administración y el sector debe intensificar las negociaciones para que los terceros países a los que exportamos acepten la regionlización.
- Formar a los operadores de granja de manera exclusiva sobre lo que es la PPA y las medidas de bioseguridad, modos de difusión de la enfermedad e impacto económico que conllevaría un foco en nuestro país.
- Controlar los productos de cerdo producidos en Rumania o Polonia y que son comercializados en tiendas de alimentación en zonas de alta densidad ganadera como puede ser el caso de Cataluña o Murcia.
- Los veterinarios deberían acudir físicamente a las cargas y descargas para verificar el estado de los animales y de los vehículos como ocurre en otros países miembros. Así se podrían evitar un gran número de controles en carretera, al ser una medida que perjudica el bienestar animal y el de los conductores al alargar los periodos de viaje. Hay que destacar que no solo los animales tienen tiempos máximos de viajes (Reglamento Nº1/2005); los conductores se rigen por el Reglamento Nº561/2006 de la CE de tiempos máximos de conducción, que se ajustan con grandísima dificultad con el de los animales debido a la poca coordinación entre ambos Reglamentos.
Información relacionada: Los veterinarios piden al MAPA reducir o eliminar el riesgo de entrada de PPA por la importación de lechones 29 de julio 2022