SICPA protege del fraude alimentario a la DOP Azafrán de La Mancha
La Comisión Europea ha desvelado en un reciente estudio un fraude masivo en especias y hierbas aromáticas comercializadas en Europa. Según la institución más del 50% del orégano vendido en Europa está “adulterado” y también ha detectado fraude en otros condimentos como la pimienta, el comino, la cúrcuma y el pimentón.
No es el primer fraude alimentario al que se enfrentan las hierbas aromáticas y especias europeas. En España fue de especial relevancia el caso de las falsificaciones del azafrán manchego, cuando se descubrió que se comercializaba como azafrán con la Denominación de Origen La Mancha un azafrán de distinta procedencia, principalmente iraní.
Esta DOP, preocupada ante el fraude, empezó a colaborar con la empresa de seguridad SICPA. La empresa suiza, con sede en España, implementa desde hace más de un lustro sus soluciones de seguridad para evitar este fraude (que a principios de los años 2000 fue a gran escala) y que gracias a los nuevos sistemas de trazabilidad de la compañía ha descendido drásticamente.
Las soluciones SICPA de seguridad contra el fraude en el mercado del azafrán se sustentan en la tinta SICPASTAR. Dicha tinta, que produce un cambio de color azul a púrpura, se incluye en las precintas del azafrán DOP La Mancha y sirve como identificación visual inequívoca de que la trazabilidad del producto es la correcta y que su origen es efectivamente manchego.
Dichas precintas (que se fabrican en Tomelloso, Ciudad Real) ya están presentes en el más de medio millón de etiquetas de DOP Azafrán de La Mancha que se distribuyen por España y el mundo.
Esta medida de seguridad (que el propio cliente puede verificar de manera visual) se suma a una solución de trazabilidad específica que utilizan los productores y distribuidores del azafrán de La Mancha. Se trata del sistema SICPA UP Converting, una solución de seguridad de tinta invisible con la que se verifica la autenticidad del producto a través de dispositivos específicos.
Fabián Torres, director de Desarrollo de Negocio de SICPA, alerta de los riesgos que albergan fraudes como el del orégano y defiende las medidas de seguridad mínimas necesarias para atajarlos, como ocurrió con el mercado distribuidor del azafrán. “En España no saltan las alarmas del fraude alimentario hasta que los mercados fraudulentos son un 25% del mercado total. Otros países de nuestro entorno toman medidas mucho antes y no dejan que los fraudes alcancen el 10% de la producción. Saber de forma inequívoca y segura la procedencia de los productos que consumimos protege las denominaciones de origen y refuerza los controles sanitarios que toda producción alimentaria debe tener para evitar riesgos en la salud de los ciudadanos.»