ASAJA de Castilla y León demanda a la Junta regional que, junto a la banca privada, busque soluciones a cientos de agricultores y ganaderos que solicitaron préstamos acogidos al denominado Instrumento Financiero de Gestión Centralizada (IFGC) y que ahora están atrapados en una espiral de brutales subidas de los intereses.
Esto puede suponer varios miles de euros más al año, señala esta organización agraria, que son cifras inasumibles para explotaciones agrarias en muchos casos promovidas por jóvenes, que se vieron obligados a realizar inversiones elevadas para instalarse.
Esto puede suponer varios miles de euros más al año, señala esta organización agraria, que son cifras inasumibles para explotaciones agrarias en muchos casos promovidas por jóvenes, que se vieron obligados a realizar inversiones elevadas para instalarse.
La Consejería de Agricultura de Castilla y León fue la primera en poner en marcha el denominado IFGC, que contemplaban las medidas de Desarrollo Rural en el anterior periodo PAC 2015 -22.
Bruselas alabó en no pocas ocasiones la capacidad de Castilla y León, según esta OPA, por poner en marcha este mecanismo que, en síntesis, consistía y consiste en proporcionar financiación al sector agrario, a través de la banca comercial, pero con parte de las garantías o avales aportados por las Administraciones públicas, a través de fondos del Programa de Desarrollo Rural.
La ventaja de los bancos con el IFGC era contar en estos préstamos con garantías adicionales, en este caso de la Junta, para aprobar operaciones de mayor riesgo, vinculadas sobre todo a jóvenes que se incorporan al campo y que disponen de escasas propiedades para responder ante los bancos por su endeudamiento.
Durante los últimos años, los tipos de interés que se han cobrado a los agricultores y ganaderos por operaciones para inversiones han sido realmente bajos, muy atractivos para el solicitante y, en muchas ocasiones, inferiores al 2% e interés fijo.
Las operaciones que se hacían con el IFGC, porque así lo exigía la normativa que lo regula, eran obligatoriamente al Euribor más dos puntos (con revisión anual); como el Euribor era cero o negativo, al final lo que le correspondía pagar al agricultor o ganadero era similar.
ASAJA señala que muchos jóvenes, que han pedido préstamos de un cierto riesgo, no habrían conseguido la financiación a no ser por este instrumento financiero, por lo que esta organización agraria siempre lo vio con buenos ojos y valoró el esfuerzo de la Junta por impulsarlo.
No obstante, en poco tiempo la situación ha cambiado radicalmente, porque el Euribor está disparado, cerrando al 3,53% en febrero, y todo apunta a que seguirá subiendo. Por eso, añade esta organización agraria, los que formalizaron préstamos con los bancos sin la mediación del IFGC, por lo general, los hicieron a interés fijo y seguirán pagando lo pactado, que es poco, durante los próximos años.
Pero los que lo hicieron a través del instrumento financiero, cuando cumpla el año, y todos los años, se le revisarán aplicando el Euribor más 2 puntos. Es decir, quienes formalizaron estos préstamos en febrero de 2022 pagaban el 1,7%, mientras que al revisárselo ahora en marzo de 2023 van a pasar a pagar el 5,5%.
“Esto descoloca las cuentas de cualquier empresa, hace reformular todas las previsiones de las explotaciones, y coloca al borde de la quiebra a quienes no sean capaces de renegociar la deuda o de conseguir más ingresos”, apunta ASAJA.
Además, las explotaciones más vulnerables, las de los jóvenes, y dentro de estos, los que hicieron inversiones muy elevadas en ganaderías intensivas, como cebaderos de pollos, de cerdos o de vacuno, pueden ser los más perjudicados, ya que la subida puede significar entre 5.000 y 10.000 euros más de intereses al año.
Los últimos datos proporcionados por la Consejería de Agricultura indican que, a finales de 2022, el importe formalizado de préstamos a través del IFGC superaba los 139 M€, correspondientes a 852 solicitudes.
Ante esta situación, desde ASAJA planteamos que la Junta de Castilla y León, junto con la banca privada, con la que tienen firmados los convenios para el desarrollo de este instrumento financiero, busquen soluciones para que estos tipos de interés, tan altos y llegados de forma tan precipitada, no acaben con los sueños de quienes un día decidieron ser agricultores y ganaderos.
Soluciones que, apunta esta organización agraria, “pasarán también porque se puedan repercutir en las ventas estos mayores costes, y porque las integradoras no sean cicateras con sus ganaderos integrados”.
Este contenido es únicamente para usuarios registrados.
