El Gobierno francés da libertad a la distribución para topar precios en algunos productos alimentarios

El Gobierno francés da libertad a la distribución para topar precios en algunos productos alimentarios

El Gobierno francés presentó este lunes 6 de marzo un acuerdo con los principales grupos de distribución, que aceptaron reducir sus márgenes con una cesta de productos, principalmente alimentarios, que cada uno de ellos elegirá y que llevarán la etiqueta común, «Trimestre anti-inflación».

Según explicó ante los medios el ministro de Economía, Bruno Le Maire, junto a los responsables de las empresas implicadas, los productos tendrán «el precio más bajo posible» a costa de los márgenes de la distribución, no de los agricultores ni de los industriales, y le costará «varios cientos de millones de euros» durante este próximo trimestre.

 

Según explicó ante los medios el ministro de Economía, Bruno Le Maire, junto a los responsables de las empresas implicadas, los productos tendrán «el precio más bajo posible» a costa de los márgenes de la distribución, no de los agricultores ni de los industriales, y le costará «varios cientos de millones de euros» durante este próximo trimestre.

«Será un dispositivo masivo, eficaz y protector», subrayó Le Maire, que dijo que se pondrá en marcha en los próximos días, una vez que esté todo preparado.

Se trata -añadió- de «proteger lo mejor posible a nuestros compatriotas contra la subida de precios» y de aplicar el principio de que «el coste de la inflación debe ser compartido».

Le Maire afirmó que “no habrá una lista común de productos, ni un mínimo de productos, sino que cada cadena decidirá cuáles y cuántos elige.”

Eso sí, todos los seleccionados llevarán un logotipo común con los colores de la bandera francesa y la inscripción «Trimestre anti-inflación».

El ministro galo justificó la ausencia de una cesta común para todas las marcas para garantizar la libertad comercial y porque no corresponde al Gobierno fijar los precios, aunque también fue debido a la oposición de los propios grupos de distribución.

Asimismo, los servicios antifraude se encargarán de controlar que esa regla del «precio más bajo posible» se aplica mediante una reducción de los márgenes de la distribución y no a través de recortes a otros agentes de la cadena de valor.

Al respecto, el ministro de Economía anunció la publicación de las cifras de los márgenes de los agricultores, de los productores y de los distribuidores, y esos informes se darán a conocer cada trimestre «para que todo se haga con transparencia».

Preguntado sobre por qué no se baja el IVA de los alimentos o de otros productos para reducir el precio para el consumidor, como se ha hecho en España, el titular de Economía respondió tajantemente que “esa es una solución fácil, pero que cuesta mucho a las finanzas públicas y no aporta nada al consumidor».

Por otra parte, avanzó que cuando en junio termine este «trimestre antiinflación» pedirá a los industriales que reabran la negociación sobre los precios con los grupos de distribución, sin esperar a comienzos del año próximo.

De esa forma, pretende que los industriales bajen sus precios de venta si se confirman las tendencias de los últimos días, por ejemplo, con una caída de los costes de los fletes marítimos. «No hay ninguna razón para que las subidas de precios se repercutan inmediatamente y las bajadas no se repercutan inmediatamente», argumentó.

Anticipándose al anuncio de este lunes, Carrefour ya había presentado un día antes una propuesta para que los clientes de sus 5.945 tiendas en Francia, del 15 de marzo al 15 de junio, tengan a su disposición una cesta de 200 productos básicos a precios topados de menos de dos euros.

Su consejero delegado, Alexandre Bompard, señaló en la comparecencia con el resto de los responsables de la distribución y con Le Maire que “cada empresa tendrá un dispositivo diferente para mantener la libertad comercial, pero dio por hecho que los productos seleccionados serán esencialmente los de las marcas propias o de la distribución (MDD), puesto que es, precisamente, con los productos de “marca blancas, con los que cada grupo de distribución tiene más flexibilidad para jugar con sus márgenes.

Por su parte, el ministro de Agricultura español, Luis Planas, afirmó que “los súper tienen capacidad desarrollar iniciativas similares a las adoptadas por Carrefour en Francia.

Carrefour propuso el pasado 5 de marzo a los clientes de sus 5.945 tiendas en Francia una cesta de 200 productos básicos a precios topados de menos de dos euros, del 15 de marzo al 15 de junio, como dispositivo ante una inflación que teme que va a seguir subiendo en la alimentación.

Durante la inauguración de la Feria internacional del sector cárnico, Meat Attraction, el ministro valoró la decisión de la cadena gala de supermercados en el contexto actual y «desea» que, en el marco de la «libre competencia», la distribución plantee acciones semejantes en España, «siempre con respeto a la Ley de la Cadena Alimentaria».

Según el ministro, aquí en España, el Gobierno ha planteado de forma repetitiva a la distribución que contenga los precios y que lo mejor para promover el consumo alimentario es ofreciendo precios razonables.

En cuanto al acuerdo del Gobierno francés con los grupos de distribución, Planas afirmó que el Ejecutivo galo está planteando ahora medidas anti-inflación «similares» a las que ya aprobó el Ejecutivo español en diciembre. “Son medidas que buscan un equilibrio en la cadena y la contención de precios al consumidor”, añadió.

Planas volvió a descartar la reducción del IVA de la carne y el pescado e indicó que “la reducción de su consumo se debe a una tendencia de la sociedad actual, más que al «factor precio», que no creemos haya sido decisivo”.

El ministro recalcó que las medidas adoptadas en diciembre por el Ejecutivo (reducción del IVA, principalmente) iban destinadas a los productos de mayor consumo y a los que habían sufrido un mayor incremento en los últimos meses.

Por su parte, fuentes de la distribución española, consultadas por la agencia EFEAgro, recalcaron que en Francia, durante el Gobierno de Sarkozy, quedó demostrado que esas medidas se hicieron a costa de bajar la calidad y que puede suponer una discriminación, porque no llegaría a todos los distribuidores ni a todos los consumidores, como es el caso de los municipios más pequeños o el mundo rural.

Estas fuentes insistieron en que la Ley de la Cadena española obliga a aceptar subidas de los proveedores, que estén basadas en subidas objetivas de los costes, por lo que si se congela quedaría por ver quién asume este último.

Reiteraron, además, que el distribuidor es el que menos margen tiene y que desde el Gobierno se ha pedido un esfuerzo de todos para frenar la escalada de precios, no sólo a la distribución, el último eslabón de la cadena.

 

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