8M: Fademur reclama un Estatuto de las Mujeres Rurales
Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, el 8 de marzo, desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) demandan más atención sobre la agenda feminista rural y la aprobación del Estatuto de las Mujeres Rurales, un esfuerzo trasversal que implique a todos los Gobiernos y agentes sociales.
El medio rural ocupa el 84,5% del territorio de España, una superficie de más de 426.000 km2. Son 6.694 municipios, el 83% del total. En ellos vive el 17,6% de la población total española, el 51% son hombres y el 49% mujeres. La masculinización de la población rural es mayor según crece el grado de ruralidad. Además, es pronunciada en franjas en edad de trabajar. Sin embargo, las tornas cambian en los grupos de edad superior a los 65 años.
Según los datos más recientes publicados por el Ministerio de Agricultura, las mujeres rurales están sobrecualificadas. En este sentido, ellas están más de 7 puntos por encima de los hombres entre los 35 y los 49 años, y más de 14 entre los de 20 a 34 años. A pesar de su alta preparación, su acceso al mercado laboral es menor. En el entorno rural, poco dinámico y marcado por la segregación horizontal y vertical del trabajo por razones de sexo, las mujeres soportan un 38,4% de tasa de inactividad frente al 15,1% de los hombres.
Aquellas mujeres rurales que trabajan tienen peores condiciones, están sobrerrepresentadas en los ingresos entre 400 € y 1.000 €, en los contratos temporales, los fijos-discontinuos y en las jornadas parciales, mayoritariamente presentes en las posiciones inferiores de la jerarquía laboral. También son cada vez más emprendedoras, y representan el 23,8% de los trabajadores autónomos de los pueblos.
Las deficiencias de servicios de sus pueblos (transporte público, conexión a internet de calidad, servicios de atención a personas dependientes, centros educativos suficientes, servicios sanitarios, etc.) terminan impactando frontalmente en la vida de las mujeres, provocando una sobrecarga de tareas de cuidados y limitando su acceso a trabajos o formación. Asimismo, son más vulnerables a la violencia machista en un entorno en el que en más ocasiones se asocia ésta a la esfera privada y, por tanto, es más invisible.
“Nos preocupa las diferentes velocidades a las que avanza la igualdad en toda España, mientras en algunos territorios disponemos de un Estatuto, en otros estamos viendo pasos hacia atrás”, explica Teresa López, presidenta de Fademur.
Para luchar contra esto, Fademur demanda la aprobación de un Estatuto de las Mujeres Rurales, a nivel nacional, que asegure que todos los Gobiernos autonómicos implementan las medidas dirigidas a las mujeres que contiene la nueva PAC, que se facilite la titularidad compartida para seguir visibilizando el trabajo de las mujeres del sector agrario, que se mejore la participación de las mujeres rurales en la esfera pública y privada, para lo que Fademur propone tomar el ejemplo del Estatuto de las Mujeres Rurales que ya existe en Castilla-La Mancha (el cual vincula la obtención de presupuesto público a la participación equilibrada de las mujeres en las entidades) o que se dedique más atención y recursos para evitar la violencia machista en los pueblos.