Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE), WWF, Madrid Agroecológico y Juventud por el clima se han dirigido por carta a los Ministerios de Agricultura, Transición Ecológica, Consumo y Sanidad para solicitar al Gobierno que rechace la propuesta de la Comisión Europea que pretende eliminar la mayoría de las normas de seguridad que rigen la producción y venta de una nueva categoría de plantas modificadas genéticamente producidas con nuevas técnicas genómicas, o NTG.
Según los firmantes, la Comisión Europea ignora una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2018, que dictaminó que las plantas obtenidas por NTG deberían considerarse como organismos modificados genéticamente y, por lo tanto, pasar por los mismos requisitos de seguridad, evaluación, control, trazabilidad y etiquetado.
Según los firmantes, la Comisión Europea ignora una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2018, que dictaminó que las plantas obtenidas por NTG deberían considerarse como organismos modificados genéticamente y, por lo tanto, pasar por los mismos requisitos de seguridad, evaluación, control, trazabilidad y etiquetado.
Según las organizaciones ecologistas y de consumidores, la desregulación de los cultivos y alimentos originados a partir de NTG tiene las siguientes consecuencias:
— Supone riesgos para el medio ambiente y la salud humana. Los estudios muestran que las NTG provocan mutaciones no intencionadas en el genoma, que conllevan riesgos según la Agencia Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza. Además, la propuesta de la Comisión abarcaría plantas silvestres y árboles forestales, con impactos imprevisibles en unos ecosistemas cada vez más frágiles.
— Amenaza la libertad de elección de agricultoras y agricultores. La mayoría de nuevos organismos modificados genéticamente se cultivarían sin que puedan ser identificados, poniendo en peligro la supervivencia de los sectores ecológicos y convencionales, que tendrían que soportar la carga de contaminación en sus campos.
— Anula la libertad de elección de las personas consumidoras. Muchos de los nuevos ingredientes derivados de estos cultivos no estarían etiquetados, privando a las personas consumidoras de información y capacidad de elección. Las encuestas muestran un apoyo mayoritario al etiquetado de los alimentos derivados de NTG.
— Pone en cuestión la credibilidad de supermercados y del comercio minorista. Al no ser obligatoria la trazabilidad y el etiquetado para muchos de estos nuevos alimentos modificados genéticamente, a los comercios les resultará difícil garantizar su ausencia, especialmente en sus líneas ecológicas.
«La propuesta de la Comisión Europea es de especial gravedad al violar el principio de precaución, uno de los principios fundacionales de la UE.» Por ello, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, SEAE, SEO/BirdLife, WWF, Madrid Agroecológico y Juventud por el clima solicitan al Gobierno que deje de apoyar esta propuesta con el objetivo de volver a redactar una regulación que proteja el medio ambiente, la salud pública y a las personas productoras y consumidoras.