Manifiesto de Anembe sobre la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en ganado bovino. Por Juan Carlos González
Manifiesto de Anembe sobre la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en ganado bovino
Juan Carlos González. Presidente de ANEMBE.
La Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina de España (ANEMBE), asociación profesional veterinaria, sin ánimo de lucro, creada en el año 1990, que cuenta con más de 1.000 veterinarios expertos en ganado vacuno, de todo el territorio nacional y miembro de la Asociación Mundial de Buiatría (WBA), expone el siguiente manifiesto:
La EHE es una enfermedad altamente preocupante en los últimos meses para el campo español. El número de bajas, no solo por la letalidad de la enfermedad, sino por las debidas a sacrificio porque es antieconómico mantener animales de difícil y costosa recuperación, las pérdidas reproductivas aún no tangibles y las pérdidas asociadas a la producción, la desinformación, la información equívoca de lo que iba a ser esta enfermedad en el vacuno, crean un clima de alta preocupación, incertidumbre, inseguridad y auténtico desamparo para el sector ganadero.
ANEMBE organizó una jornada técnica el pasado 6 de octubre en Talavera de la Reina (Toledo), donde se dieron cita veterinarios de bovino de todo el país, no solo para recibir formación actualizada sobre la enfermedad sino, lo que es más importante, para intercambiar sus experiencias de campo. Se recabaron importantes conclusiones técnicas. Lo más destacado de esa jornada se hace llegar en este manifiesto para su conocimiento y actuaciones oportunas:
– La lucha contra el vector como control de la enfermedad ha resultado un esfuerzo ineficaz o en cualquier caso insuficiente y de dudosa utilidad, por la capacidad del virus de hospedarse y sobrevivir en vectores del género culicoides de diferentes especies adaptadas a climas tanto cálidos como fríos, en el medio ambiente, en establos y en instalaciones ganaderas incluso aunque se hayan adoptado medidas de bioseguridad de todo tipo.
– Las infecciones de este año han sido por el serotipo 8, pero países cercanos, del Norte africano, están infectados por el serotipo 6 y en cualquier momento, puede propagarse hasta nuestro ganado dadas las condiciones tan favorables para el vector en la Península Ibérica.
– El inevitable tráfico de mercancías y personas, así como otros factores como el cambio climático hacen imposible el control de esta enfermedad en los próximos años sin vacunas adecuadas.
– La sintomatología de esta enfermedad, que los veterinarios de campo llevan encontrando, se caracteriza por ser muy diversa, multiorgánica y de una gran variabilidad entre animales, entre explotaciones, según su orientación productiva, y entre otro factores, en función del momento en que ocurrió y de la situación geográfica y no estrictamente coincide con la descrita para la EHE en el ciervo de cola blanca ni la observada en focos del mismo ni de otro serotipo en otros países.
– Además de los síntomas más habituales de cojeras, depresión, parálisis linguales, cianosis en cavidad nasofaríngea y ulceras en mucosas, también se están presentando tasas anormalmente altas de abortos, malformaciones, mortinatos, bajos pesos al nacer, infertilidad en machos, diarreas sanguinolentas, diarreas con melena, anasarca, edemas palpebrales, faciales y de cabeza, agalaxia, que obliga a amamantamiento artificial, lo que en extensivo supone una dificultad añadida, pérdida de producción láctea, agravamiento de las enfermedades del periparto y aparición de enfermedades asociadas a la inmunodepresión que deben ser diagnosticadas y tratadas. El estado de gran número de animales queda en un balance energético negativo, prolongado, de lenta, difícil y a menudo imposible reversión que se traduce en retraso en la preñez o en infertilidad y que está motivando el envío de estos animales al matadero, con el coste que supone su reposición.
– La enfermedad tiene un componente vascular muy grave, con daño de células endoteliales y alteraciones hematológicas como trombocitopenia y coagulopatía con fallo en la última etapa de la denominada fase común de la coagulación, que supone que en el campo los veterinarios clínicos no tenemos medios para tratar de forma eficaz los casos graves, por lo que, estos, en un alto porcentaje acaban en muerte.
– Los datos de morbilidad y mortalidad que están manejando las Administraciones Públicas, tanto la Estatal como las Autonómicas, son cuestionables tal y como constatan los socios de ANEMBE y así lo reafirmaron los asistentes a la jornada, muchos de ellos líderes y directores de equipos y clínicas veterinarias destacadas de la zona centro.
Y son varios los motivos como la infra-notificación que ha sido generalizada, en todas las CC.AA. y que debe ser objeto de análisis riguroso, porque no es casual, sino que tiene que ver con el distanciamiento del ganadero de sus Servicios Veterinarios Oficiales, y ello afecta de lleno a cualquier Plan de Contingencia de cualquier enfermedad epizoótica, no solo a la EHE, lo cual es extremadamente grave y merece una reflexión en lugar de mirar hacia otro lado o buscar culpables, porque ante la detección de síntomas, muchos ganaderos envían al matadero sus animales antes de llamar al veterinario o antes de someterlos al tratamiento propuesto por su veterinario, porque las sistemas de cuantificación de los casos no han sido dinámicos y eficaces a pesar de las declaraciones de sospecha efectuadas por los veterinarios de explotación, porque no ha habido información adecuada de la gravedad de esta enfermedad, entre otras razones porque la sintomatología y cuadro lesional ha ido variando a medida que el virus se propagaba del Sur al Norte de España, de tal manera que los datos de encuestas obtenidos en un mes y en una zona no se parecen a los de meses posteriores en la misma zona y menos aún en otras zonas, mientras las pérdidas productivas se siguen produciendo en la explotación afectada mucho después de terminado un brote. No se puede hacer una foto fija de un brote porque sus consecuencias no han terminado.
– La única medida de control eficaz sería una vacuna preventiva y, si bien lo más eficaz sería una vacuna recombinante multiserotipo como las que ya están en proyecto, su puesta en mercado llevará años. Ante esta demora, inasumible en una situación de emergencia, como la que se ha producido, desde ANEMBE se insta a la Administración a que de los pasos oportunos para que se disponga en el menor plazo posible de una vacuna de virus inactivado o atenuado que podrían desarrollar en poco tiempo laboratorios nacionales con la tecnología y el apoyo necesarios.
En resumen, es necesario mejorar en España la capacidad de respuesta inmediata a la entrada de nuevos virus, en especial los transmitidos por vectores y no será posible sin contar debidamente con el sector ganadero y con los veterinarios de explotación, para lo que ANEMBE ofrece su colaboración y total disposición.