Las Directrices de la Comisión Europea sobre las nuevas normas de etiquetado del vino publicadas el pasado 24 de noviembre en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) incluyen solo dos semanas antes de la aplicación de las nuevas normas una nueva interpretación de la legislación comunitaria que afecta al aspecto que deberán tener las etiquetas.
Ante ello, el Comité Europeo de Empresas Vinícolas (CEEV), al que pertenece la Federación Española del Vino (FEV), reclama una modificación urgente de tales Directrices para evitar que tengan que destruirse cientos de millones de etiquetas de vino, que ya se habían impreso o estaban presentes en las estanterías.
Ante ello, el Comité Europeo de Empresas Vinícolas (CEEV), al que pertenece la Federación Española del Vino (FEV), reclama una modificación urgente de tales Directrices para evitar que tengan que destruirse cientos de millones de etiquetas de vino, que ya se habían impreso o estaban presentes en las estanterías.
El CEEV recuerda que el Reglamento (UE) 2021/2117, publicado el 6 de diciembre de 2021, exige a partir del próximo 8 de diciembre de 2023 el etiquetado obligatorio de la lista de ingredientes y la declaración nutricional de los vinos y productos vitivinícolas aromatizados.
No obstante, la legislación permite a los productores la posibilidad de facilitar la declaración nutricional completa y la lista de ingredientes por medios electrónicos (etiquetas electrónicas o e-labels).
Según señaló Mauricio González Gordon, presidente del Comité de Vins, “teniendo en cuenta los largos plazos necesarios para preparar la información, modificar el diseño de las etiquetas e imprimirlas, las empresas vinícolas de la UE empezaron a prepararse hace muchos meses para cumplir el plazo. Calculamos que hoy ya se han impreso varios cientos de millones de etiquetas, muchas de ellas están ya en los estantes”
Así, de buena fe y en cumplimiento del Reglamento (UE) 2021/2117 y con toda la información oficial disponible, una gran mayoría de operadores vinícolas decidió identificar los códigos QR con el símbolo registrado ISO 2760 (i), universalmente conocido para identificar un lugar donde se puede encontrar información.
El CEEV indica que “la Comisión ha publicado sus Directrices, que contienen una nueva interpretación del Reglamento sobre la OCM del vino, en las que se establece que la presentación de un código QR debe ser clara para los consumidores en cuanto a su contenido, que el código QR debe identificarse en la etiqueta con el término “ingredientes” y se añade incertidumbre sobre el régimen lingüístico que debe aplicarse.”
Para la organización europea de la industria y el comercio vitivinícola, la nueva interpretación de la Comisión “socava drásticamente el principio de seguridad jurídica y de confianza legítima de los operadores económicos”, e ignora la voluntad política expresada por los colegisladores al adoptar el Reglamento (UE) 2021/2117.»
El CEEV señala también que «la publicación de las Directrices apenas dos semanas antes de su entrada en vigor imposibilita la adaptación de los operadores económicos y también ignora el principio de proporcionalidad entre la libre circulación de mercancías, la competitividad y la información de los consumidores.»
Para el presidente de la CEEV, “no podemos aceptar una nueva interpretación, que se publica apenas 14 días antes de la fecha de aplicación, lo que implicará, por un lado, tener que destruir cientos de millones de etiquetas ya impresas y, por otro, nuestra incapacidad para imprimir nuevas etiquetas a tiempo para cumplir con el plazo del nuevo reglamento. Por ello, solicitamos a la Comisión que modifique urgentemente las Directrices.”
Más allá del calendario “poco realista” para publicar una interpretación que afecta a las prácticas de etiquetado, el CEEV también está en total desacuerdo con la propia interpretación de la Comisión.
Además, en la misma línea, tanto la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural (Comagri) del Parlamento Europeo, como varios Estados miembros (entre ellos España, Italia, Francia y Portugal) han comunicaron oficialmente su preocupación a la Comisión Europea y su apoyo a la interpretación del CEEV.
Por su parte, el secretario general del CEEV, Ignacio Sánchez Recarte afirmó que “la interpretación de la Comisión aporta más incertidumbre que otra cosa y deja a las empresas vitivinícolas a oscuras sobre qué hacer ahora.”
Sánchez Recarte añadió que “la interpretación es pura burocracia. Va en contra del espíritu del Reglamento, pone en peligro el mercado único de los vinos e interpreta de forma desproporcionada los Reglamentos relativos a la OCM y a la información alimentaria facilitada al consumidor. Además, borra la principal ventaja que aporta el sistema de etiquetado electrónico y, en ese sentido, estamos evaluando todas las posibles vías para salvaguardar el mercado único y los intereses de las empresas vitivinícolas, al tiempo que proporcionamos información adecuada a los consumidores.”.
Directrices: OJ_C_202301190_ES_TXT