El valor de la tierra de secano sube un 1,7% y en regadío el 2,8% desde 2018
El valor de la tierra para cultivos de secano ha subido un 1,7% desde 2018, hasta alcanzar los 12.800 euros/hectárea de media el año pasado, mientras que la de regadío se ha revalorizado un 2,8% en ese mismo periodo, alcanzando los 29.400 euros/hectárea, según el informe de suelo agrario elaborado por Tinsa.
Por cultivos, los que han generado un mayor retorno en los últimos cinco años, según Tinsa, han sido el frutal secano (+3,4% con 22.400 euros/hectárea en 2023 y el herbáceo de regadío (+2,8% y 29.300 euros/hectárea).
El terreno más caro es el destinado a hortalizas de invernadero (163.400 euros/hectárea y un +1,1% desde 2018); seguido por los cultivos al aire libre (75.700 euros/hectárea y una revalorización del 1,7% en el último lustro).
Además, destaca el valor de la tierra de regadío para cítricos, que en 2023 rebasó los 55.00 euros/hectárea, un 1% más que hace cinco años; seguido por el frutal de regadío (39.300 euros/hectárea en 2023 y un ligero retroceso del 0,6%).
En el extremo contrario, el menor valor unitario correspondió a la hectárea de prados y pastizales: 10.200 euros/hectárea (+0,5% desde 2018).
Por autonomías, el dossier destaca el precio de la tierra de secano y regadío en Andalucía (13.800 y 36.000 euros/hectárea, respectivamente) y el alto valor en otras autonomías como Extremadura, donde la hectárea de regadío vale 23.000 euros o en Castilla-La Mancha, donde una hectárea de regadío se paga a 19.600 euros.
Desde Tinsa apuntan que la coyuntura inflacionista ha impactado con dureza al sector agrario, que ha experimentado un incremento relevante de sus costes de producción desde 2021. «A esta situación se han sumado la alteración de los patrones climáticos y la sequía prolongada, que han derivado en una reducción de la producción de los cultivos en 2023″.