La polilla del racimo, Lobesia botrana Den. y Schiff., está considerada como la plaga más importante de la vid en España y en Europa, siendo especialmente dañina en las zonas de influencia mediterránea, dónde las condiciones de humedad y temperatura resultan óptimas para su desarrollo. En este artículo se resumen los distintos métodos de control de esta plaga.
Sistemas de control actuales contra la polilla del racimo
L. R. Román-Fernández, H. Martínez-García, I. Pérez-Moreno y V. Marco-Mancebón. Unidad de Protección de Cultivos. Departamento de Agricultura y Alimentación. Universidad de La Rioja. Logroño (España).
Su ciclo biológico consta de los estados de huevo, cinco estadíos larvarios (L1-L5), pupa y adulto. Se trata de una especie polivoltina, es decir, con varias generaciones al año, que hiberna como pupa diapausante, principalmente bajo la corteza de las cepas, aunque también se puede encontrar en el suelo, hojas caídas, etc.
En primavera, con el incremento de la temperatura, tiene lugar la emergencia de los adultos de la primera generación, de forma escalonada y tras el apareamiento, las hembras realizan la puesta en las inflorescencias. De los huevos salen las larvas, que se alimentan de los botones florales, y completarán esa primera generación cuando pupen en capullos tejidos por las de último estadío.
Las pupas se localizan en repliegues de las hojas o, en menor medida, en el propio racimo, en la corteza de las cepas, en el suelo, etc. De modo semejante tienen lugar las generaciones sucesivas, cuyo número es variable de una a cuatro, siendo lo habitual dos o tres generaciones al año.
La puesta de estas generaciones siguientes, se realiza sobre las bayas, de las que se alimentan las larvas que emergen a partir de los huevos. Con el fin de superar las duras condiciones invernales, las larvas de quinto estadío de la última generación emigran hacia los lugares de invernación para pupar y cerrar así el ciclo estacional.