Armillaria mellea (Vahl:Fr) P.Kumm., es un hongo patógeno del suelo que puede infectar y pudrir las raíces leñosas de muchas especies vegetales. Al igual que en el caso de otras enfermedades de suelo, el método clásico de control es la utilización de patrones tolerantes al patógeno. Ensayos coordinados entre el IFAPA (Córdoba) y el IRTA (Mas Bover) han permitido seleccionar variedades de olivo para ser utilizadas como portainjertos enanizantes, que también están siendo sometidos a pruebas de evaluación frente a algunos patógenos de raíz, entre ellos Armillaria.
Ensayo de evaluación de resistencia a Armillaria mellea en variedades de olivo
Francesc Garcia-Figueres1, Antònia Ninot2, Montserrat Prat3, Amelia Camprubí3, Cinta Calvet3. 1Laboratori de Sanitat Vegetal (DAAM). Generalitat de Cataluña. 2IRTA-Mas de Bover. Constantí (Tarragona). 3IRTA-Centre de Cabrils. Cabrils (Barcelona).
Este hongo tiene un rango de huéspedes muy amplio, entre los cuales está el olivo (Vossen, 2007) y tiene una distribución mundial. Aunque A. mellea no está considerada como un factor limitante de producción en el olivo, puede ocasionalmente causar importantes pérdidas económicas en un olivar.
La enfermedad se conoce con el nombre de podredumbre blanca de las raíces. El hongo que la causa, Armillaria mellea, es necrótrofo facultativo. Primero coloniza el cambium de las raíces vivas (fase parasítica), necrosa el tejido radicular y finalmente utiliza el tejido muerto como fuente de nutrientes (fase saprofítica). El micelio puede persistir durante meses, incluso años, en raíces podridas que permanezcan en el suelo, y que serán a su vez nuevas fuentes de inóculo (Rizzo et al., 1998). Esta capacidad de crecimiento como saprófito hace que la enfermedad sea difícil de prevenir y erradicar.