El seguro agrario es una herramienta viva, y en España cada año se suceden circunstancias nuevas que pueden dar “jaque mate” a nuestras explotaciones. Tenemos un clima muy variable y tan pronto pasamos de una sequía severa a inundaciones o pedriscos que arrasan las explotaciones. En el caso concreto del sector frutícola, este es muy innovador y siempre está muy pendiente del mercado e introduciendo nuevas variedades, por lo que el seguro agrario se va adaptando a estos cambios y cada año tenemos que ir adaptando y mejorando las líneas a las diferentes circunstancias.
Seguro frutícola: “La nueva tabla de valoración de daños en calidad supone un gran avance”
Para hablar sobre la importancia de este seguro recurrimos a Pedro García Albert, responsable del Área de Seguros Agrarios de COAG.
-El próximo 15 de noviembre se inicia el periodo de suscripción del seguro con coberturas crecientes para explotaciones frutícolas, con importantes novedades. ¿Cuáles de estas cree que son de mayor impacto para el sector?
La más importante es el abaratamiento del seguro por el aumento de la ayuda a la contratación. ENESA aumenta para esta campaña en 4 puntos la subvención a las líneas de más contratación, y mantiene la ayuda en el 65% del coste para las pólizas de seguros frente a daños catastróficos, el máximo apoyo permitido por la normativa comunitaria. Con el nuevo Plan de Seguros 2015, el Gobierno incrementará las subvenciones al pago de las primas un 6,1% respecto al Plan anterior hasta los 211,27 millones de euros, lo que permitirá consolidar este incremento de las subvenciones también para la campaña que viene.
Con respecto al seguro con coberturas crecientes para las explotaciones frutícolas, se ha incorporado una nueva tabla de valoración de daños en calidad para el riesgo de pedrisco (0-10-100) para producciones destinadas a consumo en fresco de calidad alta, de aseguramiento opcional. Otras de las novedades son, por ejemplo, una nueva zonificación en las provincias de Valencia y Lleida y que mejorará la asignación del riesgo; la actualización de los porcentajes de bonificación de los invernaderos; la reducción del límite del capital asegurado en el seguro principal de 300.000 a 50.000 euros, y la supresión del cultivo del membrillo de las garantías de este seguro, que se incorpora a la de caqui y otros frutales.
Por último, señalar un ajuste de la tarifa de pedrisco donde no se ha podido compensar con el resto de riesgos.
-¿Qué suponen estas novedades de mejora con respecto a esta línea del Plan de Seguros 2014? ¿Cree que recogen las peticiones del sector frutícola?
Es muy importante el aumento de la subvención. Desde COAG veníamos reclamando la recuperación del nivel de subvención de años anteriores. Hay que recordar que el sector frutícola no cuenta con ningún tipo de ayuda a la renta de la las explotaciones, siendo el seguro agrario la principal herramienta para evitar los efectos de las inclemencias climáticas. El seguro garantiza el mantenimiento de un sector tan importante para la economía española, todo ello a pesar de tener un gran coste económico para las explotaciones.
También señalar que la nueva tabla de valoración de daños en calidad supone un gran avance, ya que supone que el seguro entienda cuáles son las exigencias del mercado. El tiempo dirá si se ha acertado en su diseño.
-¿Qué le diría a agricultores afiliados a su organización para animarles a suscribir este seguro?
Que no dejen de contratar el seguro agrario, ya que es un riesgo muy fuerte el que asumen. Es muy difícil si tienen un desastre en su explotación poder ayudarles para salir adelante, ya que “lo asegurable no es indemnizable”.
El seguro es un coste que debemos tener claro los agricultores, y que nos ayudará a poder continuar con su actividad aunque suceda un siniestro grave. Es preferible, si nuestra situación económica es complicada, reducir o eliminar otros costes.
Por otra parte, y aunque sea un proceso lento y laborioso, creo que tenemos que seguir mejorando el seguro agrario hasta tener un seguro de garantía de rentas, recogiendo las peticiones de los agricultores, como así intentamos hacer desde los grupos de trabajo de ENESA y los grupos territoriales.