El Plan de Impulso al Medio Ambiente en el sector de la Empresa (PIMA Empresa), aprobado por el Consejo de Ministros del pasado 6 de noviembre, está dotado con 5 millones de euros para impulsar la puesta en marcha de medidas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector empresarial.
Plan PIMA Empresa y ayudas de 5 M€ para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Las actuaciones que podrán adherirse al Plan deberán realizarse desde el día siguiente a su publicación en el BOE, hasta el 31 de diciembre de 2016.
Se establecen unas limitaciones por empresa de 150.000 euros o del 15% de la inversión realizada para reducir emisiones, pudiendo ser compatible con otras ayudas de impulso a la eficiencia energética.
Según el Magrama, el PIMA Empresa conlleva también otros beneficios y prevé la creación de medio millar de empleos, además de incentivar el aumento de la competitividad de las empresas más eficientes y sostenibles.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente trata con este Plan incentivar a las empresas que han mostrado su compromiso en la lucha contra el cambio climático, a través de su inscripción en el Registro de Huella de Carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono.
El Registro se puso en marcha en marzo de 2014 por parte del Magrama, es de carácter voluntario y cuanta con el respaldo de más de 200 organizaciones y empresas que han inscrito un total de 280 huellas de carbono, tras calcular y establecer un plan de mejora de las mismas.
El PIMA Empresa promueve que las medidas recogidas en los planes presentados por las empresas inscritas en el Registro se ejecuten y logren la reducción de emisiones previstas.
Este Registro contempla también la voluntad de incluir mecanismos incentivadores para las empresas que adopten la huella de carbono como herramienta de competitividad y sostenibilidad.
Agricultura y cambio climático
Por otra parte, el secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, instó a la sociedad «en su conjunto» a trabajar para minimizar los impactos que el cambio climático genera en los sistemas agrarios, pesqueros y forestales.
Cabanas hizo este llamamiento durante su intervención en las jornadas de “Iniciativas internacionales sobre Agricultura, Seguridad Alimentaria y Cambio Climático”, celebradas este martes 10 de noviembre, en las que recalcó que en la lucha contra los efectos del cambio climático «todos somos parte del problema y de la solución».
Destacó, además, la importancia de compartir conocimientos, utilizar tecnologías innovadoras y recuperar técnicas tradicionales para maximizar la producción de alimentos, a la vez que se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero y de otros contaminantes.
El alto cargo del Magrama valoró las tres iniciativas internacionales en las que participa España para dar respuesta al reto al que se enfrentan la agricultura, el medio rural, las industrias y la cadena alimentaria en su conjunto. Éstas son: la Alianza Global para la Investigación sobre Gases de Efecto Invernadero en la Agricultura, bajo presidencia actual de Estados Unidos; la Alianza Global para una Agricultura Climáticamente Inteligente, lanzada en Nueva York el año pasado, y la «Iniciativa 4 por 1000», basada en el desarrollo multidisciplinar para lograr aumentar el contenido de carbono orgánico en los suelos.
Más apoyo
Por otra parte, la Comisión Europea acogió con satisfacción ayer 10-N el compromiso de la Unión Europea de aumentar la financiación pública para las cuestiones climáticas en los próximos años, según se confirmó en la reunión de ministros de los Estados miembros de la UE en el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN).
La UE y sus Estados miembros aportaron 14.500 M€ en 2014 para ayudar a los países más pobres y vulnerables a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a las consecuencias del cambio climático.
Esto supone, según la CE, un considerable aumento que manifiesta la determinación de Europa de aportar al objetivo de 100 000 millones de dólares, fijado en 2009 para los flujos anuales de financiación de los países desarrollados a los países en desarrollo de aquí a 2020.
La Comisión Europea desempeña un papel de coordinación central en el proceso y sigue siendo uno de los principales donantes a través de sus fondos de desarrollo internacional. En el período 2014-2020, al menos un 20 % del presupuesto de la UE se destinará a la acción por el clima.
Para Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, «la UE ha confirmado su posición como líder mundial en la lucha contra el cambio climático. Antes de la cita crucial que supone la COP 21, estamos aportando un importante apoyo financiero a los países en desarrollo, y seguiremos haciéndolo.
También hemos establecido unos principios claros para maximizar la eficacia de la financiación del cambio climático: todos pagan su cuota, en función de la evolución de sus capacidades; lograr la plena participación del sector privado, garantizando entornos propicios; y el envío de fondos a los países más vulnerables.»
Para Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y Energía, «pocas semanas antes de la COP 21 de París, las noticias son muy alentadoras. Y el mensaje es muy claro: la UE está dispuesta a proseguir con su papel de mayor donante mundial de financiación para el clima, y nos hemos comprometido a aumentar nuestro apoyo. Tal como ha puesto de manifiesto muy recientemente el informe de la OCDE, el mundo va por buen camino para alcanzar el objetivo de 100 000 millones de dólares.
Esto nos sitúa, añadió, en buenas condiciones para las últimas semanas de intenso compromiso político con el fin de sellar un pacto ambicioso en París. Ahora es el momento de plasmar la voluntad política que hemos visto recientemente en resultados de negociaciones concretas».
La Comisión acoge igualmente con satisfacción el compromiso de los ministros de Finanzas de seguir proporcionando financiación pública a los más pobres, vulnerables y necesitados después de 2020, cuando está previsto que entre en vigor un nuevo acuerdo mundial sobre el cambio climático.
La CE también apoya la convocatoria de las negociaciones de París para enviar una señal clara al sector privado, a fin de que reoriente los flujos financieros hacia las inversiones de bajas emisiones y resilientes al cambio climático.
La financiación del cambio climático debe basarse, según la Comisión, en entornos facilitadores, tales como planes nacionales de desarrollo adecuados, estrategias sobre el clima, políticas, instrumentos, mecanismos y marcos reguladores destinados a facilitar la participación del sector privado.
En las conclusiones del Consejo, los ministros destacaron la necesidad de aumentar las inversiones en un desarrollo con bajas emisiones y resiliente al cambio climático, la necesidad de suprimir progresivamente las inversiones en sectores con alto contenido en carbono, y la importancia de la tarificación de las emisiones de carbono, lo que puede lograrse a través de diversos instrumentos tales como la normativa, el comercio de derechos de emisión y los impuestos sobre el carbono.
La Comisión y el Consejo ECOFIN acogieron con satisfacción el reciente informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Iniciativa Política sobre el Clima (IPC), que pone de manifiesto que los países desarrollados han realizado progresos sustanciales en cuanto a la financiación del aspecto climático.
Según el informe de la OCDE, los países desarrollados movilizaron un total de 62 000 millones de dólares para el clima en 2014, y 52 000 millones de dólares en 2013. No obstante, se necesitarán más esfuerzos para que los países desarrollados logren cumplir conjuntamente su compromiso de 100 000 millones de dólares al año para 2020.