Federico Estrada, director del Centro de Estudios Hidrográficos (CEDEX) dependiente del Ministerio de Agricultura (MAPAMA) inauguraba el pasado día 30 la jornada “Alteraciones en el Ciclo Hídrico” explicado desde un punto de vista científico-técnico la evolución de los recursos hídricos y el impacto de los efectos del cambio climático. En el marco de esta jornada, organizada por la Fundación LAFER, el Instituto de Ingeniería de España y patrocinada por Grupo Tragsa, Estrada ha mencionado que las principales variables para tener en cuenta el fenómeno del cambio climático son las alteraciones en la temperatura y en las precipitaciones.
Los efectos del cambio climático obligarán a un uso más eficiente del agua por parte del mundo agrario
El informe presentado forma parte de un conjunto de estudios que se han venido realizando en el marco del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. El objetivo de este plan es conocer los impactos y la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático de los distintos sectores potencialmente más afectados (gestión del agua, agricultura, biodiversidad, zonas costeras, salud y turismo), con el fin de establecer un diagnóstico y la definición de las medidas más efectivas de gestión y planificación para la adaptación al mismo.
De esta primera ponencia se recoge que la información generada por el Informe de CEDEX aporta elementos relevantes para la planificación hidrológica en España y permite progresar en la integración de la adaptación al cambio climático en la planificación y gestión de los recursos hídricos.
El director del Cedex finalizó indicando que el cambio climático va a agudizar problemas vinculados al uso del agua que ya existían en España, pero que todo un conjunto de instrumentos como son la planificación hidrológica, las asociaciones de regantes y las obras hidráulicas, asentados en nuestra cultura desde comienzos del siglo XX, nos permitirán ir afrontando los problemas derivados de esta situación.
A continuación Luis Garrote, catedrático Ingeniería Hidráulica de la UPM centró su intervención en hablar de la adaptación al cambio climático, vinculado a la gran incertidumbre que existe en cuanto al concepto de “disponibilidad del agua”. Al respecto, Garrote ha mencionado la reducción de disponibilidad en las cuencas de los ríos del arco mediterráneo europeo, y muy especialmente en España, en concreto en el Guadalquivir y Guadiana. “Esta contexto nos obliga a adaptarnos a la situación y gestionar esta menor cantidad de recursos, modificando las políticas de adaptación”.
En la actualidad el grado de utilización de los recursos es muy alto en muchas regiones españolas. Junto a ello, los usos del agua tienen una gran trascendencia socioeconómica, especialmente en las zonas donde los recursos son más escasos. Este panorama supone una alta vulnerabilidad frente a posibles cambios climáticos, ya que, si no se modifica la estructura actual de utilización del agua, el margen disponible para la adaptación en algunas zonas es muy restringido.
Por último, Garrote ha destacado que “si hubiera suficiente volumen de regulación no sería necesario reducir la demanda, y ha recordado que independientemente de cómo evolucione el clima, la mayor parte de las medidas de adaptación serán muy positivas”.
Josep Puxeu, director general de Anfabra y exsecretario de Estado de Medio Rural y Agua, ha incidido en su participación en la importancia de la inversión en infraestructuras hidráulicas, el uso de recursos no convencionales y la introducción de tecnologías eficientes para el sector agrario. Asimismo, Puxeu recalcó el carácter estratégico de introducir un Plan de Regadíos nacional, puesto que como ha recordado “los cerca de 4 millones de hectáreas de regadíos son la principal fuente de exportación del sector agroalimentario y, por el contrario, los cultivos de secano están muy fraccionados territorialmente y hacen imposible competir con otros países, como el medio oeste de EE.UU. o Australia”.
Para finalizar, el director general de Anfabra, ha comentado que “el debate sobre el agua ha de realizarse con los usuarios, en marco del debate político, y tiene que hacerse con claridad y sin demagogia”.
La mesa redonda que cerraba la Jornada ha comenzado con la exposición de José María González, experto en Ingeniería del Agua en Grupo Tragsa, quien ha iniciado su exposición recordando que el cambio climático obliga a incrementar la eficiencia en la agricultura. “El incremento de obras de almacenamiento de agua, la modernización de regadíos, la innovación tecnológica y una mayor atención a las aguas subterráneas y reutilización de aguas”, son los pilares para hacer frente a este cambio, según ha destacado González.
En este contexto el representante de Tragsa ha recordado que el regadío es el mayor consumidor de agua de España, por lo que el uso eficiente del mismo es fundamental. De hecho, la superficie dedicada al regadío se ha incrementado desde 2000 a 2014, pasando de 3,3 millones a 3,6 millones de ha regadas, pero con una considerable reducción en la demanda de agua, pasando del 80% al 68% del total.
La fórmula para una mayor eficiencia en el uso del agua ha venido de la mano del la intensificación del riego por goteo, que actualmente representa el 49% de la superficie cultivada (1,75 millones de ha). Este factor sitúa a España como uno de los países líderes en esta forma de regadío, y pone de relieve el enorme esfuerzo realizado por el sector agrario.
Cesar Trillo, presidente de Riegos del Alto Aragón ha explicado durante su intervención las consecuencias del cambio climático sobre la agricultura, “dado que incrementa su vulnerabilidad y genera pérdida de competitividad”. Como representante de los regantes del Alto Aragón ha incidido en la necesidad de llevar a cabo obras de regulación, tanto en el escenario actual como en el que contempla el cambio climático.
Por otra parte, considera que obligará a abandonar las zonas de secanos áridos del margen derecho del Ebro. Además Trillo ha comentado respecto al Ebro, que en la actualidad se consume el 34% del agua de escorrentías, por lo tanto el 66% restante no se consume y va al Mediterráneo. Para aprovecharlo el Plan Hidrológico del Ebro (PHE) contempla la mejora de la capacidad de los embalses, “pero el ritmo actual de construcción es lento”, ha recalcado Trillo, y ha agregado que “el cambio climático agravará la paradoja de grandes déficits con el medio hídrico, que en absoluto está sobreexplotado”.
El presidente de la Comunidad de Regantes de Pulpi (Almería), Javier Serrano, ha centrado su exposición en el concepto de la “garantía en el agua”, ya que “sin esa garantía es imposible desarrollar una agricultura moderna teniendo en cuenta el enorme esfuerzo inversor que conlleva”. Para ello ha apostado por incrementar los esfuerzos en obra hidráulica y ha puesto como ejemplo el trasvase que se realiza desde el Guadalquivir a la zona de Almanzora.
Impulsado por esta comunidad de regantes, esta infraestructura de riego se ha realizado tras una inversión de carácter privado de 180 millones de euros, obteniendo una repercusión económica de 4.000 millones de euros. Incidiendo en este tema, Serrano ha remarcado que por cada metro cúbico de agua se generan 10€ de actividad económica. “Por lo tanto no hay que criminalizar los trasvases en su conjunto, pero tampoco se necesitan hacer conexiones de 1.000 hectómetros, pueden ser menores, pero lo que está claro es que sin agua no habrá agricultura moderna”, ha dicho el presidente de los regantes de Pulpi.
El último interviniente, Ignacio Casals, director de I+D+i de Hidraqua, ha introducido un aspecto nuevo en el debate como es la reutilización de las agua, recordando el papel puntero que desempeña España a nivel mundial. Considerando un estudio de la CE, Casals ha comentado que a pesar de este liderazgo España todavía tiene un enorme potencial de reutilización de aguas.
Como ejemplo de este aprovechamiento, el responsable de I+D+i de Hidraqua ha explicado el caso de la ciudad de Alicante, que ha pasado de 3,5 m2 de zonas verdes en 2002 a 9,7 m2 de zonas verdes 2010, gracias a la reutilización de aguas. En todo caso, y para finalizar Ignacio Casals ha introducido el problema que puede suponer la Directiva Europea de Reutilización, actualmente en fase de redacción, y que está marcada por una serie de aspectos que “harían económicamente insostenible el riego de cultivos, teniendo un efecto demoledor en el entorno agrícola”.