La UE puede y debería hacer más eficiente la lucha contra el despilfarro de alimentos
Los auditores del Tribunal de Cuentas de la UE afirman que la Unión puede, y debería, hacer más eficiente la lucha contra el despilfarro de alimentos. A pesar de que varias políticas han sido diseñadas para luchar contra el despilfarro de alimentos, su potencial no ha sido explotado, según un nuevo informe de este organismo fiscalizador comunitario.
Las medidas adoptadas hasta la fecha han sido fragmentadas e intermitentes, y los distintos servicios de la Comisión Europea no están coordinados. La última propuesta de la UE para abordar el despilfarro de alimentos, consistente en la creación de una plataforma, no aborda plenamente los problemas planteados en el informe, afirman los auditores.
El despilfarro de alimentos es un problema universal que exige medidas a todos los niveles. Las estimaciones actuales indican que en todo el mundo se despilfarra o se pierde aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen para consumo humano, con el enorme coste económico y medioambiental consiguiente.
Los avances hasta la fecha se han visto obstaculizados por la ausencia de una definición común para el «despilfarro de alimentos», y la falta de un punto de partida consensuado desde el que planear su reducción, y ello a pesar de que el Parlamento Europeo, el Consejo, el Comité de las Regiones y el G20, entre otros, han solicitado en repetidas ocasiones que la UE contribuya a reducir el despilfarro de alimentos.
«Nuestro informe a la Comisión puso de relieve varias oportunidades que no se aprovecharon y mejoras potenciales que no exigirían nuevas iniciativas legislativas ni fondos públicos adicionales», manifestó Bettina Jakobsen, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo encargada del informe.
«Sin embargo, al centrar sus esfuerzos en la creación de una plataforma, de nuevo la Comisión pierde una oportunidad de abordar el problema con eficacia. Ahora se precisa un mejor ajuste de las políticas existentes, una coordinación más estrecha, y un objetivo político claro para reducir el despilfarro de alimentos», añadió.
Mayor eficiencia
En su informe los auditores examinaron de qué forma las políticas actuales podrían aplicarse con mayor eficacia, y recomendaron que la Comisión Europea refuerce la estrategia de la UE para luchar contra el despilfarro de alimentos que, además, debería estar mejor coordinada y contar con un plan de acción para los próximos años.
Además, piden una definición clara del despilfarro de alimentos y que se considere el despilfarro de alimentos en sus futuras evaluaciones de impacto, y ajuste mejor las diferentes políticas que pueden ayudar en la lucha contra éste.
También pide que identifique y supere los obstáculos legales a la donación de alimentos, impulse un uso más exhaustivo de las posibilidades de donación existentes y estudie la manera de facilitar la donación en otros ámbitos políticos.
Sin embargo, Jakobsen advirtió que la nueva plataforma no contribuye significativamente a la estrategia de despilfarro de alimentos, y que no existía una única definición clara de este despilfarro.
Asimismo añadió que las recomendaciones del Tribunal sobre cómo elaborar una política futura han sido ignoradas o solo parcialmente aceptadas, y que el proyecto de directrices no hace sino trasladar el problema a los Estados miembros.
En su informe, los auditores examinaron las medidas de la UE adoptadas hasta la fecha para reducir el despilfarro de alimentos y de qué modo actúan los distintos instrumentos políticos. Llegaron a la conclusión de que la UE no había contribuido a un empleo eficiente de los recursos en la cadena de suministro alimentario al luchar eficazmente contra el despilfarro de alimentos.
El despilfarro de alimentos constituye un problema en toda la cadena de suministro alimentario, afirman los auditores, y deberían adoptarse medidas en todas las etapas de la misma.
Habría que hacer hincapié en la prevención, puesto que las ventajas de evitar el despilfarro superan el coste de solucionar el problema más tarde. Los auditores constataron que ha faltado notablemente una evaluación de impacto de las distintas políticas de la UE en la lucha contra el despilfarro de alimentos.
Importantes ámbitos políticos como agricultura, pesca y seguridad alimentaria pueden desempeñar un papel en este sentido y utilizarse para luchar mejor contra el despilfarro de alimentos.
Compromiso de Bruselas
La Comisión Europea (CE) respondió que el Tribunal de Cuentas Europeo «ha omitido» sus esfuerzos para luchar contra el desperdicio alimentario, y reafirmó su «compromiso» para lograr reducir el despilfarro de comida a la mitad de aquí a 2030.
«La CE está completamente comprometida para liderar el esfuerzo europeo para luchar contra el desperdicio alimentario y queremos hacer progresos sólidos para lograr el objetivo de reducirlo a la mitad de aquí a 2030», dijo el portavoz comunitario de Salud y Seguridad Alimentaria, Enrico Brivio, en la rueda de prensa diaria de la Comisión de este martes 17 de enero.
«Consideraremos las observaciones de la Corte, pero muchas de ellas ya han sido respondidas con nuestras políticas», afirmó el portavoz, quien se refirió al lanzamiento de una plataforma que aúna a actores públicos y privados y que consideró «una manera muy efectiva de atajar el problema».Por ello tildó de «extraño» que los auditores «critiquen» el esfuerzo de la CE, que, según el portavoz «ha sido omitido en el informe».
La responsable del estudio, Bettina Jakobsen, consideró durante la presentación en Bruselas que la citada plataforma «no trata adecuadamente» los problemas que plantea en el informe, que fundamentalmente pide una estrategia coordinada y más instrumentos para facilitar la donación de alimentos.
«Estamos tratando de identificar vías para facilitar la donación de alimentos, promover un mejor uso de la alimentación segura, también en la producción de alimentación animal y haciendo más efectivo el etiquetado», defendió el portavoz comunitario Enrico Brivio, quien destacó también en este ámbito las acciones impulsadas junto a los Estados miembros para lograr incrementar las donaciones.
Según Naciones Unidas, el coste global del desperdicio alimentario asciende a 1 billón setecientos mi millones de dólares por año.
La Comisión deberá en las próximas semanas responder a las recomendaciones de los auditores, a las que se espera que de respuesta en una audiencia en el comité presupuestario del Parlamento Europeo (PE) en un debate con los eurodiputados.