Entre los días 9 y 11 de mayo, tendrá lugar en Cuenca, en la finca La Granja entre San Clemente y la Alberca de Záncara, una nueva edición de Demoagro que se consolida como marco de encuentro, verificación y demostración de maquinaria, de nuevo con tres grandes temas: suelo, viña y recolección. Veamos entonces qué podemos esperar en los distintos ámbitos.
Pensando en Demoagro
Pilar Barreiro Elorza. LPF_TAGRALIA. ETSIAAB. UPM-CEI Moncloa.
De acuerdo con la asociación de fabricantes europeos de maquinaria agrícola (CEMA, 2016), el marco económico es propicio pues parece consolidarse un ciclo económico ligeramente alcista (figura 1), que se aleja de la burbuja de 2011 y del marco de recesión verificado entre 2012 y 2015. La comparación del incremento de volumen de negocio actual respecto al incremento en las expectativas de negocio es el mecanismo que permite identificar ciclos alcistas bajistas, y cada agricultor puede reconstruir este esquema adaptándolo a su contexto personal.
Demosuelo se presenta como área de especial interés después de un Año Internacional del Suelo que ha puesto de relevancia (FAO, 2016) los efectos nocivos de la agricultura industrial sobre la desertización: pérdida de suelo fértil por erosión (relacionada en la desprotección asociada con laboreos excesivos), y disminución de la capacidad productiva (asociada al monocultivo, al excesivo empleo de fertilizantes químicos y al incremento de la compactación derivada del elevado peso y tránsito de la maquinaria agrícola por el interior de las parcelas).
Este diagnóstico indica a las claras que el proceso de mecanización al que hemos asistido en Europa y América desde el inicio del siglo XX, está en el centro de todas las miradas. Las tecnologías de control de tráfico (CTF, todos las máquinas transitan por las mismas huellas permanentes) empezaron a desarrollarse en Australia en los años 90 del siglo pasado, antes de la existencia de los sistemas de guiado centimétricos. A día de hoy, el CTF combina guiado RTK con algoritmos para la definición de trayectorias óptimas en el interior de las parcelas, y ya no requiere dejar zonas completamente improductivas (rodadas de paso).