Más que cualquier otro sector de la actividad económica, la producción agrícola de la UE depende del clima y este año no es una excepción. Según las últimas perspectivas económicas a corto plazo de la Comisión Europea para los mercados agrícolas (ver informe en inglés), las olas de calor y la sequía en algunos países, en particular España, probablemente llevarán a que la producción de cereales de la UE esté por debajo de la media en la campaña 2017/18 por segundo año consecutivo.
Bruselas estima una producción de cereales de 298 Mt, inferior a la media de los últimos años
A pesar de un aumento esperado de 3,4 millones de toneladas en comparación con la campaña 2016/17, la producción total de cereales de la UE se pronostica en unos 298 millones de toneladas, según la Comisión.
Los bajos niveles de producción de cereales repercutirán en las exportaciones comunitarias y, por otra parte, en una reducción de los niveles de existencias, pero los niveles suficientes de oferta mundial de cereales hacen que no se prevea un aumento de los precios, según Bruselas.
Por el contrario, se espera que la producción de semillas oleaginosas y proteaginosas de la UE se recupere después de dos cosechas más bajas que las normales (hasta 38 millones de toneladas, lo que significa un 8% más que el año pasado). Esto es debido a un aumento de la superficie sembrada hasta un máximo récord (casi 13,7 millones de hectáreas), así como a un mayor rendimiento del cultivo de la colza, gracias a mejores condiciones climáticas en las zonas productoras.
Por otro lado, en este próximo primer año sin cuotas de producción de azúcar, se ha producido un aumento significativo de la superficie plantada de remolacha. La producción de azúcar blanco de la UE para 2017/18 se prevé ahora en 20,1 millones de toneladas, un 20% por encima del nivel de la campaña anterior, pero aún así un 3% inferior al de la campaña 2014/15. El nuevo Observatorio del Mercado del Azúcar de la UE, recién inaugurado ofrece más información sobre la evolución de este sector agroindustrial.
Por lo demás, en las producciones ganaderas, la CE espera un modesto crecimiento en la producción de leche de la Unión, con una demanda sostenida de la grasa láctea. A su vez, las exportaciones de carne comunitaria continúan siendo por lo general buenas, pero se espera que las de carne de porcino disminuyan, como resultado de una menor producción y el consiguiente aumento de los precios.
Mesa sectorial
Por otra parte, el Ministerio de Agricultura convocó este jueves 13 de julio la reunión de la Mesa Sectorial de Cereales, Oleaginosas, Proteaginosas y Leguminosas, abierta a la participación del sector, en la sede del Departamento, para analizar la situación del mercado y los balances de estos sectores.
Este año la agenda ha estado marcada tanto por la preocupación por el impacto de la sequía y otros fenómenos climatológicos adversos que han tenido lugar, como por las altas temperaturas en situaciones de déficit de agua y heladas tardías sobre la cosecha de cereales, que tendrá sus efectos en la campaña de comercialización 2017-2018 que se inició el pasado 1 de julio.
En la reunión, a la que asistieron las organizaciones profesionales agrarias, así como las asociaciones sectoriales, se presentaron las modificaciones normativas de la regulación comunitaria, que afectan, sobre todo, a las superficies utilizadas para justificar el cumplimiento del pago “verde”. En concreto, a las Superficies de Interés Ecológico (SIE), para valorar el efecto que dicho cambio normativo pueda tener en las decisiones de siembra de los agricultores.
Por otro lado, Mapama y sector acordaron establecer un calendario adecuado de reuniones, aumentando la periodicidad de las mismas, para favorecer un intercambio de información fluido con el sector productor e industrial.
A su vez, se van a estudiar las vías a seguir para lograr una mayor claridad en la clasificación homogénea de los cereales, que favorezca los intercambios comerciales, y a aquellos productos de mayor calidad.
En el ámbito de las leguminosas, se van a estudiar posibles actuaciones que incentiven el cultivo de estas especies, tanto por el valor que tienen desde el punto de vista nutricional y su presencia relevante en la dieta mediterránea, como por el efecto medioambientalmente positivo que generan.