Las decisiones de compra de alimentos por parte de los consumidores y su concienciación sobre las necesidades de sostenibilidad requeridas para la producción mundial de la carne de cerdo no siempre coinciden. Ésta es una de las principales conclusiones del 7º Foro Anual de Sobre Producción Porcina Sostenible celebrado por Boehringer Ingelheim Animal Health.
Las tendencias de consumo y las necesidades de una producción porcina sostenible difieren
El foro, en el que han participado 50 productores porcinos, científicos, minoristas y veterinarios de todo el mundo, tiene el objetivo de facilitar el diálogo sobre la sostenibilidad de las granjas de cerdos y de educar mejor a los consumidores acerca de las necesidades de una producción porcina sostenible. Por ello en el marco del debate se ha discutido sobre temas como: desafíos y soluciones en la producción sostenible, seguridad alimentaria, uso de antibióticos, o el bienestar animal y el impacto ambiental.
Existe una diferencia entre lo que el consumidor indica que quiere y lo que está dispuesto a pagar. Los consumidores manifiestan la necesidad de incrementar los estándares de bienestar de los animales pero sin embargo eso no siempre se ve reflejado en la elección de compra que suele estar basada en sus percepciones de valor definidas históricamente por un equilibrio entre la calidad y el precio.
Es cierto que el consumidor cada vez tiene más en consideración cómo los productos encajan con sus valores de conciencia social en base a factores como el tipo de envasado o el comercio justo, pero no son conscientes de los altos estándares requeridos para la sostenibilidad de la producción mundial de carne de cerdo y de que incrementarlos implica elevar los costes de producción. En este sentido, en las jornadas se ha presentado el caso de Suiza, que tiene normas de producción muy estrictas, y sin embargo experimenta una disminución de la producción porcina, porque los consumidores compran productos más baratos a través de las fronteras.
Otro de los temas abordados durante las jornadas ha sido los diferentes estándares de producción en el mundo en los que también existe una brecha por la falta de uniformidad tanto en las normas públicas como privadas.
Esta falta de consistencia puede erosionar la confianza de los consumidores y crear barreras comerciales ya que algunos países tienen estándares más elevados que otros como en la UE, donde las normas de producción de cerdos son más rigurosas y a veces utilizadas como referencia mundial.
Durante las jornadas se ha concluido que las empresas integradas tienen una ventaja competitiva y pueden posicionarse con éxito en la cadena global de producción porcina.
Por otro lado, en el marco del foro también se ha tratado sobre la necesidad de mejorar en el etiquetaje de los alimentos ya que los consumidores no siempre entienden bien las etiquetas en un entorno en el que se demanda cada vez más valores de salud y bienestar, por ejemplo la etiqueta “libre de antibióticos” es muchas veces mal interpretada ya que se puede usar en carne de animales que no han recibido nunca antibióticos o en aquellos en los que se retira en los últimos meses.