La Asociación de Regantes de Andalucía Feragua celebró esta semana una jornada sobre uso de aguas regeneradas por parte del regadío. En ella ha planteado el reto de alcanzar 200 Hm3 de aguas regeneradas en Andalucía antes de 2025, que podrían llegar a representar hasta el 4% de la demanda para riego, que asciende a 4.000 Hm3.
Feragua plantea conseguir 200 Hm3 de agua regeneradas en Andalucía antes de 2025
Para ese objetivo, Feragua considera imprescindible que la administración andaluza diseñe y desarrolle un plan integral de reutilización de aguas regeneradas para el regadío, y muy especialmente para el regadío del litoral, donde este recurso tiene su mayor potencial.
Actualmente, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tiene en tramitación un concurso para asignar hasta 20 Hm3 de aguas regeneradas en la Cuenca y la Consejería de Agricultura está tramitando unas líneas de ayudas que incentivan las inversiones privadas en el tratamiento terciario necesario para el riego. Feragua ha valorado positivamente estas ayudas, pero ha señalado que sería mucho más efectivo que el tratamiento terciario fuera asumido directamente por la iniciativa pública, tal y como ocurre en Murcia y algunas zonas de Alicante.
Por ello, ha pedido a la administración andaluza que cambie, en este campo, el enfoque de las ayudas a la inversión privada por la inversión directa en infraestructuras públicas. Además del ejemplo de lo que ocurre en Murcia, los regantes ponen como referencia a Israel, donde la agricultura tiene también una gran incidencia en el PIB y el regadío recibe de las administraciones las aguas ya regeneradas para su uso agrícola.
El presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, se ha referido también a la publicación en el BOE de una disposición normativa dentro de la Ley de medidas contra la sequía en la que se el Gobierno se compromete a “impulsar la reutilización de aguas convenientemente depurada”, y ha señalado que ese compromiso debe concretarse en medidas e inversiones concretas.
A este respecto, ha subrayado no obstante que las aguas regeneradas pueden ser una parte de la solución, pero en ningún caso la solución global al déficit hídrico andaluz, que pasa por nuevas obras de mejora de regadío y de aumento de la regulación, que además den sostenibilidad a los trasvases existentes y previstos (Condado de Huelva).
En este sentido, ha señalado que es el momento de empezar a pensar en la próxima sequía y ha subrayado que hace apenas una semana se estaban planteando restricciones en las dotaciones de hasta dos tercios del agua de una campaña normal.
El presidente de Feragua también ha manifestado que las aguas regeneradas son la única forma de crecimiento “prudente” del regadío en Guadalquivir, “aunque también pueden y deben servir para complementar las dotaciones de cultivos infradotados”. Asimismo, se ha referido a otras posibles aplicaciones relacionadas con el mantenimiento de campos de golf y las zonas verdes de los municipios.
Unos 200 regantes han asistido a las jornadas organizadas por Feragua, en la que han participado los mayores expertos del país en aguas regeneradas, venidos de Murcia y Cataluña, y que ha contado con la presencia del consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, y del presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Antonio Ramón Guinea, así como del presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, que ha sido el anfitrión del encuentro, celebrado en la sede de Caja Rural del Sur.
Situación hidrológica tras las lluvias
En relación a la situación hidrológica en la Cuenca del Guadalquivir, Feragua entiende que, tras las últimas lluvias, hay ya agua embalsada suficiente para aprobar, al menos, una dotación media entre 2.500 y 3.000 m3/ha. Y es que desde el 26 de febrero en las presas de la Cuenca del Guadalquivir han entrado más de 700 Hm3, 330 de ellos en el Sistema de Regulación General, que obligan a “reevaluar la situación”, en palabras del presidente de Feragua, que ha mostrado su esperanza de que siga lloviendo en estos meses previos a la campaña y pueda volverse a una situación de embalsamiento similar a la del año pasado.