Es ganadero con 12.000 plazas de cebo porcino en alimentación líquida, agricultor y afiliado a la organización agraria UAGA-COAG. Bañón, Teruel. 150 habitantes.
“Hay que estudiar qué necesidades tienen en cada territorio y sector para que las ayudas a los jóvenes sean más eficientes”
Marcos Garcés Lizama. Coordinador estatal de Juventudes Agrarias de COAG
Siempre suelo decir que de los jóvenes que pretenden incorporarse al sector agrícola yo soy de los afortunados, porque cojo una explotación en funcionamiento, la de mi familia, que conozco perfectamente, trabajo en ella desde pequeño, y que está actualizada… Desgraciadamente si no tienes un apoyo detrás, tierra o experiencia es prácticamente imposible.
Hace ocho años que decidí incorporarme “oficialmente” accediendo a las ayudas del PDR para la incorporación de jóvenes. Teníamos, y tenemos una explotación extensiva de cereales, oleaginosas y proteaginosas, pero decidimos construir una explotación porcina. Los motivos fueron dos, diversificar nuestra explotación y fertilizantes para nuestros suelos.
Mi padre, que lleva el cooperativismo en su ADN, pensó que debíamos aunar fuerzas para construir instalaciones más modernas, eficientes, con la mayor tecnología posible y con los mayores estándares de bienestar animal, así que nos unimos cinco agricultores del pueblo.
Esta estructura nos ayudó con los numerosos retos a los que hay que enfrentarse, pero aun así tuvimos que superar numerosas barreras. Los tres primeros que llegaron fueron el ¿cómo lo hago?, la financiación y la burocracia.
El ¿cómo lo hago? viene derivado de la falta de formación que hay. Existe un vacío en la formación agraria y ganadera, no hay una rama completa que enseñe lo que es el sector: tradición, suelo y botánica o veterinaria y manejo animal junto a las nuevas tecnologías, gestión empresarial, mercado, etc. Nosotros lo solventamos con la experiencia de los socios y numerosos viajes a otras explotaciones de dentro y fuera del país.
Para leer el artículo completo pincha en el link de más abajo