Nuevos episodios tormentosos han vuelto a causar daños en el agro de varias Comunidades Autónomas en las últimas horas. Extremadura y Comunidad Valenciana han sido algunas de las afectadas.
Nuevas tormentas con daños en el agro en Extremadura, C.Valenciana y Castilla y León
“Volvemos a sufrir hoy las consecuencias de una nueva tromba de agua cuando aún no habíamos terminado de evaluar los daños de la tormenta anterior”, según el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
Localidades como Miajadas, Arroyo de San Serván, Almoharín, Conquista del Guadiana, Don Benito, Torremayor, Montijo, Pueblonuevo del Guadiana, Corte de Peleas y Almendralejo se han visto gravemente afectadas por la lluvia.
En zonas como Miajadas, por ejemplo, se han recogido más de 50 litros en media hora.
Como consecuencia cientos de hectáreas de tomate, fruta o maíz quedaron totalmente anegadas tras la tromba de agua.
Por ello, y debido a la situación catastrófica en la que se encuentra Extremadura, principalmente, pero también otras CC.AA., desde UPA a nivel nacional se solicitará que se reúna la Mesa de Adversidades Climáticas para que analice la grave situación generada por las últimas tormentas de lluvia y granizo.
El objetivo de esta petición es que el Ministerio de Agricultura sea consciente de la situación tan grave que se está produciendo en el campo por las tormentas y declare estas áreas como zonas afectadas gravemente por una emergencia de protección civil (antigua zona catastrófica).
Las primeras cifras de pérdidas que aporta Agroseguro se sitúan ya en 40 millones de euros, pero la cantidad será mucho mayor. “Cultivos como el viñedo, el maíz o los cereales tienen un bajo nivel de aseguramiento, por lo que en esos casos hablamos de una mínima parte del total de la superficie”, explicó Huertas.
Por esto, UPA-UCE pide a las administraciones que pongan en marcha medidas efectivas que ayuden a paliar el grave problema que sufre el campo por las tormentas.
Utiel-Requena
Por otra parte, las tormentas de pedrisco que descargaron en algunas zonas de la Comunitat Valenciana durante el domingo y la madrugada de este lunes 28 de mayo causaron daños de diversa consideración en la agricultura, según las primeras informaciones recabadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
La superficie total afectada por las granizadas asciende a algo más de 110 hectáreas, de las cuales alrededor de 60 corresponden a la comarca de Utiel-Requena y el resto se reparten en la comarca del Valle de Cofrentes. Los cultivos que han sufrido los efectos de la piedra son el viñedo, el olivar, las cerezas y algunas hortalizas.
El pedrisco de mayor tamaño cayó en determinadas franjas de los términos municipales de Ayora y Zafra provocando daños de hasta el 50% en las explotaciones de olivar y de más del 80% en las parcelas de cerezo que se vieron implicadas en el referido episodio climático. Los cultivadores de la mencionada fruta lamentan especialmente lo sucedido porque estaban a punto de iniciar la recolección.
También algunos huertos de hortalizas de temporada han registrado daños como consecuencia de una piedra que algunos momentos alcanzó el tamaño de una pelota de ping pong y que no estuvo acompaña de mucha agua, una circunstancia que siempre atenúa su impacto.
En cuanto a la comarca de Utiel-Requena, los primeros testimonios recogidos por AVA-ASAJA, revelan que la zona que se ha llevado la peor parte se encuentra ubicada entre los municipios de Utiel, Caudete y los Corrales.
Los niveles de afección causados por el pedrisco sobre el viñedo de la citada superficie se sitúan entre el 15% y el 20% de la futura cosecha de uva. Sin embargo, la preocupación de los viticultores se centra aún más en las consecuencias negativas que pueda tener a medio plazo la gran cantidad de agua que descargaron las tormentas.
Las lluvias en la zona han sido tan copiosas que no pocas explotaciones se encuentran inundadas, lo cual puede traducirse en aparición de hongos como el mildiu. Además, las temperaturas experimentaron un brusco descenso que podría generar problemas de marchitez.
Por lo demás, AVA-Asaja destaca también que las lluvias de estos últimos días han tenido efectos muy beneficiosos para el resto de los cultivos, ya que han supuesto un importante riego adicional, han limpiado el arbolado y han recargado los acuíferos.
Castilla y León
Por su parte, ASAJA de Castilla y León advirtió sobre las complicaciones que las intensas tormentas de estos días están causando en determinadas zonas y producciones agrícolas, señalando que, «aunque es evidente que el agua es una buena noticia para el campo, y más tras la dramática sequía de 2017, lo cierto es que la concentración de precipitaciones, caídas además de forma violenta, acompañadas de vendaval y granizo, está ocasionando perjuicios en el campo.
En lo que se refiere al secano, según esta organización agraria, el agua de mayo es en general valiosa y positiva de cara a la futura cosecha. No obstante, la prolongación de las precipitaciones y el encharcamiento de algunas tierras trae como contrapartida enfermedades y hongos, lo que hace precisos nuevos tratamientos que normalmente en estas fechas, en las que el agua no abunda en la meseta, no son necesarios.
En general el cereal remonta tras ser tumbado por la lluvia, pero si lo que cae es granizo, como está ocurriendo estos días, el daño puede ser total, por lo que ASAJA insiste una vez más en el seguro como herramienta esencial de gestión de los riesgos de la explotación agraria.
Tampoco favorece el exceso de agua a los ensilados y forrajes, puesto que es necesario que lleguen días de sol para poder entrar en las tierras y hacer los cortes de siega oportunos.
Pero, sin duda, añade ASAJA-CyL, los más perjudicados por este largo episodio de tormentas son los agricultores de regadío. Tras una primavera lluviosa, que permitió recargar todos los sistemas regables, lo ideal era un mes de mayo tranquilo, que les hubiera dejado concluir siembras (algunas todavía están coleando, en remolacha, maíz o patatas) y acompañar a los cultivos ya en tierra en su crecimiento.
Sin embargo, al día de hoy, son numerosas las fincas que, con las plantas de patata o remolacha nacidas, están completamente encharcadas, tras registrarse copiosas lluvias de entre 30 a 50 litros por metro cuadrado.
En cuanto al viñedo, aunque en estos momentos el agua no aporta a la cepa y puede dar más problemas de enfermedades, hay que valorar también que la tierra necesita todavía recargarse para soportar el largo y seco verano. En todo caso, como ocurre con el cereal, es el granizo el peligro más fulminante para las viñas.
Así pues, aunque el agua es sin duda una buena noticia, y especialmente importante para que la ganadería de extensivo afronte el verano con unos pastos nutridos y reservas de agua, “nunca llueve a gusto de todos”, tal como apunta el refrán.