Pago de Carraovejas ha sido analizado como caso de éxito por la prestigiosa escuela de negocios IE Business School gracias a su modelo de transformación digital.
El Instituto de Empresa reconoce como caso de éxito la transformación digital de Pago de Carraovejas
Concretamente, bajo el título ‘Pago de Carraovejas: technology transformation’ los alumnos del ‘Master in Management (MIM), Digital Business Speciality’ del Instituto de Empresa estudiarán cómo la bodega ha resuelto el reto de gestionar un proceso de digitalización en un sector históricamente tradicional como es el agroalimentario.
El profesor Ricardo Pérez en colaboración con Pedro Ruiz, director general de la bodega, y Álvaro Arranz, el director de Sistemas, han sido los encargados de desarrollar un modelo que puede saltar de las aulas del Instituto de Empresa para llegar a las de Harvard, como es común en muchos de estos casos. Cabe resaltar que, además, Pago de Carraovejas repite como caso de éxito por esta misma institución ya que en el año 2014 la bodega fue seleccionada como ejemplo de modelo de Gestión Empresarial en un caso desarrollado por el profesor Manuel Bermejo.
Este proceso de transformación digital es una apuesta de la bodega que se remonta al año 2007 cuando Pedro Ruiz toma los mandos de Pago de Carraovejas. “Hemos entendido los avances tecnológicos y los procesos de transformación digital como un eje capital de crecimiento. El sector agroalimentario no debe vivir ajeno a la revolución digital y queremos ser un ejemplo de cómo incorporar estas herramientas a un sector considerado tradicional”.
La utilización de tecnología en la gestión de los datos e información de la empresa se ha completado con la aplicación de nuevas herramientas de digitalización, captación de datos y automatización de procesos de una manera integral; desde las labores en viticultura hasta los procesos en bodega o la propia trazabilidad del producto cuando abandona las instalaciones son algunas de las áreas en las que la digitalización ha transformado los procesos para generar una mayor eficiencia y eficacia.
Ya en el año 2015 la bodega apostó por la utilización de la tecnología para controlar el Índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) de sus cepas lo que permite entender mejor el estado fenológico, de crecimiento y evolución de sus plantas. Los vuelos regulares de drones, los sistemas de sensorización en el viñedo, la utilización de unidades de manejo diferenciadas o el control del estrés hídrico de las plantas, ayudan a una mejor toma de decisiones del equipo técnico en su día a día.
Las 15 estaciones de control diseminadas por la finca, configuran una red que transmite información en tiempo real a los responsables de viticultura y al director de Sistemas, Álvaro Arranz, quien destaca que “la utilización de la tecnología es fundamental para conocer a fondo lo que sucede en el viñedo y saber cómo mejorar los procesos en campo y en bodega”. Álvaro, que además acaba de finalizar el Executive Master en Industria 4.0 por la Cámara de Comercio de Valladolid, destaca que “estas herramientas nos ayudan a eliminar el factor del error humano y ayudan a tomar decisiones basadas en datos fehacientes y contrastados”.
Otra de las áreas de digitalización en bodega tiene que ver con la trazabilidad del vino en toda la cadena de valor: desde los sistemas de fermentación hasta el paso del vino a la botella y su llegada al consumidor final. En este caso, la bodega utiliza el reconocimiento de imagen y la lectura de cada botella para conocer en todo momento en qué caja, pallet y envío se distribuye cada botella y garantizar que el producto viaja en condiciones óptimas para el consumidor.
Los principales retos a los que se enfrenta la bodega consisten en trazar un mapa general para el desarrollo y explotación de todas estas nuevas tecnologías con el objetivo de aumentar la calidad en los procesos y, finalmente, en el producto terminado que recibe el cliente. Una rápida toma de decisiones, basada en la información obtenida en tiempo real, tanto en campo como en bodega y transporte, ayudará a mejorar dichos procesos.
Pago de Carraovejas
En 1987 José María Ruiz, propietario del conocido restaurante segoviano “José María” funda la bodega Pago de Carraovejas en la localidad vallisoletana de Peñafiel. Desde el año 2007, Pedro Ruiz –hijo de José María— dirige la bodega, manteniendo y promoviendo los valores en el ámbito de la empresa familiar y la excelencia. En 2013 la familia Ruiz Aragoneses entra en el accionariado de Ossian culminando la operación en 2016 con la compra de la totalidad de la bodega segoviana. En marzo del presente 2017, Pago de Carraovejas refuerza su apuesta por el enoturismo con la apertura del Restaurante Ambivium, enmarcado en la propia y bodega y que fomenta una “Cocina de Terruño”, innovadora, basada en el producto y con claro acento en la creatividad y la experiencia única del cliente.