Toca aprovechar las oportunidades comerciales que ofrece el Acuerdo UE-Japón. Juan Corbalán
Juan Corbalán. Delegado en Bruselas Cooperativas Agro-alimentarias de España
Este 1 de febrero entra en vigor el Acuerdo Comercial entre la UE y Japón, que empezó a negociarse en 2013 y que finalmente fue firmado por la Comisión Europea y el Gobierno de Japón el 8 de diciembre de 2018.
También en diciembre, el Parlamento Europeo ratificó dicho acuerdo, dando así su visto bueno para su entrada en vigor.
Es un acuerdo en el que la UE durante las negociaciones ha cedido en productos industriales, como los automóviles, para obtener más concesiones en el acceso al mercado japonés de productos agroalimentarios.
Este acuerdo entra dentro de la nueva serie de acuerdos llamados de “nueva generación”, como el CETA,con los que la Comisión Europea quiere dar un nuevo enfoque a la Política Comercial de la UE. Así, abarcan no solo el comercio entre productos y servicios,sino que incorporan otros capítulos como el cumplimiento de los requisitos de las Organización Internacional del Trabajo (OIT), compromisos en la conservación y gestión sostenibles de los recursos naturales, promoción de la Responsabilidad Social Corporativa, etc.y, además, dotan de más transparencia al proceso negociador.
En este acuerdo se ha involucrado desde el primer momento a las organizaciones representativas de los sectores económicos como el agroalimentario, entre ellas Cooperativas Agro-alimentarias de España, pero también a las distintas organizaciones representativas de la la sociedad civil.
El acuerdo UE-Japón se convierte así en uno de los acuerdos más importantes del mundo, ya que abarca alrededor de 1/3 del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
Hay que recordar que Japón es la 4ª economía mundial, y en la actualidad es el segundo socio comercial de la UE en Asia, después de China, y el sexto del mundo. Con 127 millones de habitantes con alto poder adquisitivo, (Canadá tiene 35 millones de habitantes) y más de 600.000 empleos en la UE ligados a las exportaciones a Japón, este acuerdo se convierte clave para la UE.
Con estas credenciales Japón tiene un enorme potencial para los productos de calidad agroalimentarios de la UE y en particular, para los productos de España, productos con un alto prestigio mundial por su calidad y seguridad alimentaria.
Según datos de la Comisión Europea, cada 1.000 M€ generados en exportación crean 14.000 puestos de trabajo, por tanto, el acuerdo creará más empleos en las zonas rurales y contribuirá a la lucha contra la despoblación de dichas zonas.
El acuerdo contempla varios sectores económicos como la industria del automóvil, la farmacéutica, la médica, el transporte y los serviciosfinancieros, telecomunicaciones y licitaciones públicas y por supuesto, los productos agroalimentarios.
Acuerdo beneficioso para el sector agroalimentario
La UE exporta a Japón productos agrícolas por un valor superior a veinte veces lo que Japón exporta a la UE,pero, hasta ahora, las empresas europeas debían hacer frente a muchas barreras comerciales.
Los aranceles de Japón a los productos europeos eran muy altos, un 30%-40% en quesos, 15% en vino, casi 40% en algunas carnes, etc.
Con el acuerdo, desde este 1 de febrero, Japón elimina los derechos de aduana para más del 90% de las exportaciones agrícolas de la UE.
Esto hará que nuestros productos sean aún más atractivos para los consumidores japoneses y tengamos un mejor acceso a este apetecible mercado.
En el caso del aceite de oliva y la aceituna, que no tenían aranceles, el acuerdo beneficiará las exportaciones, ya que el aceite español ya ha sobrepasado a las exportaciones de Italia, que hasta ahora era el primer proveedor en el mercado japonés, y el acuerdo hará que nuestras exportaciones aún tengan más incidencia.
Por citar dos ejemplos, es una oportunidad para el sector de la carne de cerdo y el vino español. España es el primer productor de carne de porcino y este producto es el primero en la lista de exportaciones a Japón. Con el acuerdo se reduce el precio mínimo que este país imponía hasta ahora a las importaciones europeas, con un periodo transitorio antes de su total liberalización.
En el caso del vino se eliminan los aranceles, y el vino español pasa a tener el mismo acceso al mercado japonés que otros competidores como Chile, algo que desde el sector hemos venido reclamando.
En cuanto al queso y los productos lácteos, se eliminan los aranceles para los quesos curados, tras 15 años de periodo transitorio, y para los quesos blandos se establece un contingente que cubre las actuales exportaciones europeas incrementándose de igual modo que el consumo japonés.
Esto hará que los principales países productores de la UE aumenten su exportación, descongestionando el mercado interior y, por tanto, es una oportunidad también para a los productos lácteos españoles.
Respecto a los productos transformados, pasta, galletas, o tomate transformado (España es el segundo productor de la UE), se liberalizan los arancelestras un periodo transitorio diferente para cada producto.
Además, el acuerdo reconoce el sistema de indicaciones geográfica de la UE, una prioridad para el sector agrario y que la Comisión Europea viene defendiendo en todas las negociaciones. Japón reconocerá más de 200 indicaciones geográficas europeas, entre ellas muchas españolas.
La lista se ha elaborado en base al potencial de exportación, (en Europa hay más de 1.000 indicaciones geográficas), estableciendo un mecanismo de incorporación a esta protección para nuevas indicaciones que quieran posicionarse en el mercado japonés. Esta protección significa que un producto no puede venderse en Japón bajo una denominación sino está amparada por ella.
Uno de los temas cruciales para Cooperativas Agro-alimentarias de España en todas las negociaciones comerciales es lo relativo a las barreras no arancelarias y a las medidas sanitarias y fitosanitarias, por los problemas que conllevan de acceso a los mercados.
Durante las negociaciones se han identificado una serie de barreras, a las que el país nipón se ha comprometido a dar solución una vez entre en vigor a las cuestiones de sanidad vegetal y animal y a los requisitos fitosanitarios.
Japón además ha ratificado la llamada “regionalización” de las exportaciones en caso de enfermedad animal o vegetal. Esto quiere decir que, si un país por ejemplo tiene la peste porcina africana, Japón no prohibirá la importación de porcino de toda la UE, solamente de las áreas donde exista la enfermedad.
Además, se ha comprometido a simplificar los procedimientos de exportación como el sistema “preclearance”, al que se somete a muchas frutas y hortalizas.
Además, tanto la UE como Japón no cambian sus normas sanitarias ni fitosanitarias, siguiendo prohibido los OGMs y la carne con hormonas tanto en Japón como en la UE.
Mejorar el acceso
Cooperativas Agro-alimentarias de España ha trabajado e insistido mucho en lo relativo a las medidas fitosanitarias para lograr un mejor acceso al mercado japonés de frutas y hortalizas,especialmente para los cítricos.
En la actualidad cada Estado miembro debe firmar un protocolo de exportación con Japón para poder exportar, con una serie de requisitos que hace poco viable la exportación. Requisitos como una declaración meses antes desde aquellas explotaciones que querían destinarse a la exportación a Japón, las cuales no podrán destinarse a otros países; registro de cada explotación (algo que impide adaptarse al mercado y ser ágil para suplir la demanda); registro de cada contenedor; necesitad de tener tratamiento en frio tanto en origen como en transporte; si en el puerto japonés encuentran un contenedor con una intercepción de alguna plaga (esté presente o no en Japón) dicho contenedor debe ser destruido o desviado a otro país, etc.
Aunque se ha obtenido cierta simplificación en los procedimientos, no se ha logrado todo lo que solicitamos. En la colaboración formal que se establece entre la UE y Japón para evaluar dicho acuerdo, seguiremos trasladando la necesidad de simplificar dichos procedimientos, porque son requisitos que la UE no exige a las importaciones de terceros países.
Cooperativas Agro-alimentarias de España defiende la reciprocidad en todos los acuerdos y, además, una mayor delegación de los Estados Miembros a la UE en exportación ayudaría a concentrar más esfuerzos en este tema durante las negociaciones comerciales.
Como conclusión: globalmente el Acuerdo entre la UE y Japón es un buen acuerdo, que beneficiará a las exportaciones de los productos agroalimentarios españoles, pero es necesario aprovechar estas oportunidades para que deje de ser un mercado potencial y pase a ser una realidad.
En este sentido, para que los agricultores capten todo ese potencial deben estar asociados en empresas, como las cooperativas, a fin de poder participar y captar el valor generado por esta cadena que produce el mercado japonés. Si no es así, los agricultores serán meros proveedores de materia prima y no se beneficiarán del acuerdo. Ahora toca aprovechar estas oportunidades.