Según los datos publicados por el MAPA, en su "Informe del Consumo Alimentario en España 2018", la ingesta de legumbres en los hogares españoles consolidó su tendencia alcista de los últimos años y experimentó un incremento del 2,8 % durante el pasado año respecto al anterior.
El consumo de legumbres en los hogares volvió a aumentar en España en 2018
Este retorno a las cestas de la compra, que comenzó a manifestarse en 2016, al pasar de 3,06 kg/año per cápita de 2015 a 3,11 kilos/p.c., alcanzó 3,20 kilos/p.c. (+2,4%) durante el pasado año, consolidando unos registros positivos para este componente fundamental de la dieta mediterránea.
El gasto medio realizado por persona y año en legumbres, de 6,21€, se traduce en un incremento del 5,9% sobre el año anterior. Las legumbres supusieron un 0,41% del valor total destinado por los hogares al consumo doméstico de alimentación y bebidas.
A pesar de estas cifras positivas, según la Asociación de Legumbristas de España, aún estamos muy lejos de las cifras de décadas pasadas. Así, a principios de este siglo se registraban consumos superiores a los 4 kilos per capita; de 7 kg/p.c. en los años 90; más de 8 kg/p.c. en los 80 y a mucha distancia de los años 60, en los que las familias españolas incluían en su dieta casi 15 kilogramos per capita por año de este pequeño tesoro nutricional.
Respecto a las preferencias por tipo, la legumbre más consumida por persona es el garbanzo, con una ingesta aproximada por persona de 1,29 kilos y un aumento de su consumo de un 3,8%.
Las lentejas rondan el kilo de consumo medio aproximado por persona y año, y también se incrementó 4,7% en 2018 sobre el anterior.
Las alubias, sin embargo, pese a tener un consumo muy alto, son las únicas legumbres que durante el año pasado experimentaron un ligero descenso per cápita en relación al resto.
Si se desglosa la proporción en volumen de los dos tipos de presentación, se observa que las cuotas están muy igualadas: el 50,1% se corresponde con legumbres secas, y el 49,9% restante con legumbres cocidas. Respecto al volumen, las variaciones también son positivas tanto para la variedad seca, como para la cocida (+3,4% y +2,1% respectivamente).