Una coalición de organizaciones se reunió ayer en el Mar Menor con la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, para trasladarle sus preocupaciones y peticiones para proteger este espacio único que atraviesa un momento crítico.
Una coalición de organizaciones piden medidas para proteger el Mar Menor
La coalición, integrada por ANSE, Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, Ecologistas en Acción, FAVCAC, Pacto por el Mar Menor, SEO/BirdLife y WWF, coincidieron en que la crisis ecológica del Mar Menor es el resultado de un modelo de crecimiento insostenible, «que ha priorizado la agricultura intensiva y el desarrollo urbanístico descontrolado, y del incumplimiento sistemático de las Directivas europeas que regulan la protección de la biodiversidad, el agua y el uso de nitratos», entre otras.
Asimismo, las organizaciones subrayaron durante la reunión que la DANA ha sido el desencadenante y no la causa principal de este grave episodio de mortandad de peces y otras especies marinas. «Un argumento contrario al mantenido de manera irresponsable hasta el momento por las autoridades de la Comunidad Autónoma».
Esta coalición ha pedido a la ministra Ribera ocho medidas eficaces para salvar el Mar Menor, y a las poblaciones ribereñas que lo conforman. Consideran que para evitar la pérdida de este entorno único debe crearse una comisión de seguimiento eficaz que cuente con la participación de todas las administraciones implicadas y los colectivos sociales con la tutela del Ministerio.
Por otro lado, demandan que continúe el cierre de todos los pozos y desalobradoras ilegales «que han funcionado bajo la impunidad durante 25 años». De la mano de esta medida, las organizaciones solicitan la reconversión de una agricultura intensiva «que incumple normativas, en especial las relativas al uso de fertilizantes y nitratos».
Otra de las medidas que trasladaron a la titular del MITECO fue la necesidad de renaturalizar el entorno del Mar Menor, que comprende la recanalización de las ramblas a su estado original o la creación de un cinturón verde entorno a la laguna, entre otras acciones. Así como controlar y cesar la expansión del urbanismo entorno a la laguna, que incluya una moratoria urbanística hasta una ordenación del territorio sostenible.
ASAJA rechaza las acusaciones
Por su parte, desde ASAJA Murcia recuerdan que la gestión territorial del Mar Menor es competencia de las administraciones públicas y que el modelo de agricultura, si es sostenible. En las últimas décadas se ha avanzado mucho en prácticas sostenibles y recuerda que el 90% del regadío del Campo de Cartagena es por el sistema de riego localizado y eficiente.
Según el secretario general de ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, “los agricultores realizan prácticas de abonado sostenible, económica y medioambientalmente, ya que las dosis están ajustadas a las necesidades de los cultivos y no se produce lixiviación a las aguas subterráneas. Desde el sector se vienen demandando más y mejores infraestructuras hidráulicas, para el mejor aprovechamiento de las aguas subterráneas y superficiales del entorno del Mar Menor, con el fin de paliar el déficit hídrico de los regadíos del Trasvase Tajo-Segura y evitar la transferencia de agua del acuífero hacia el Mar Menor, uno de los principales problemas para el equilibrio de la laguna. Además, es urgente la adecuada gestión de todos los cauces de las ramblas y avenimientos de agua derivados de los desarrollos urbanos, que llegan al Mar Menor.
“Hay que recordar que la transformación de los cultivos del Campo de Cartagena, se produjo con la llegada de las aguas del Trasvase Tajo-Segura y esto ha supuesto durante los últimos 40 años, una fuente de riqueza y empleo para toda la Comarca del Campo de Cartagena y para la Región de Murcia. Los cultivos tradicionales de almendro, algodón y cereales, dieron paso al regadío de hortalizas, más rentables que dichos cultivos tradicionales, que por las políticas europeas permisivas con la entrada de productos de fuera de la UE, como la almendra norteamericana , la eliminación de ayudas al algodón o los bajos precios de los cereales, han provocado su desaparición”, subraya Gálvez Caravaca.