Un 53,5% de la superficie de cultivo o aprovechamiento por la que se solicita ayudas directas de la PAC en nuestro país es propiedad del perceptor de estas ayudas, según datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), recabados por la organización agraria ASAJA-Castilla y León.
Solo un 53,5% de la superficie total con ayudas directas de la PAC es propiedad de sus beneficiarios
El 46,5% restante de esa superficie PAC está arrendada o cedida por sus titulares, a los que en la mayor parte de los casos habrá que abonar una renta por alquiler o cesión de las mismas.
Precisamente, Castilla y León cuenta con el porcentaje más reducido de superficie PAC en propiedad del perceptor de estas ayudas de todas las CC.AA., con apenas un 22,9% del total. Como denuncia ASAJA-CYL, este alto índice de arrendamiento de tierras es una de la debilidades principales de la agricultura en esta región.
Estas OPA subraya como especialmente preocupante que solo un 24% de sus casi 3 Mha de cultivo de secano, declaradas por perceptores de ayudas directas de la PAC, lo es en propiedad, y poco más del 29,4% de la superficie de cultivo en regadío, junto con el 56,7% de las superficies de cultivos permanentes leñosos (cítricos, viñedo, frutales) y apenas el 16,3% de la superficie de pastos permanentes.
A nivel de todo el país, casi la mitad de la superficie de cultivos de secano que perciben ayudas directas de la PAC son en propiedad y la otra mitad están en arrendamiento, aparcería u otras figuras similares de la cesión de la tierra para su explotación; otro 57,6% en el caso de las parcelas de regadío con PAC lo son en regadío; un 79,4% de los cultivos leñosos o permanentes y un 39,1% de la superficie PAC cubierta con pastos permanentes (praderas, prados y pastizales).
Para los expertos que forman parte de los grupos de trabajo, que están estudiando los problemas y potencialidades del sector agrario español, con el fin de que sean tenidos en cuenta de cara a la nueva PAC, la baja tenencia de la tierra agraria es un dato para tener muy en cuenta, tanto a la hora de valorar la competitividad de las explotaciones, como a la hora de comprender las dificultades con las que se encuentran los jóvenes para incorporarse al sector. Según ASAJA-CyL, «estamos hablando de los dos problemas principales de la agricultura de esta región, como son la falta de rentabilidad y la pérdida de activos».
Estas organización agraria pone como ejemplo la consideración de una hectárea de secano, en la que como media se obtengan 3.000 kilos. A unos 180 €/t, más la ayuda PAC, se obtendría un máximo de 700 €/ha de ingresos brutos, a los que habría que descontar unos 500 €/ha de gastos. A los 200 €/ha restantes aún faltaría por restar la renta de la tierra.
ASAJA considera preocupantes las cifras que se están alcanzando por el arrendamiento de tierras, sobre todo en algunas zonas de Castilla y León, que luego se trasladan a la compraventa, con cantidades muy por encima de la valía real de los terrenos.