El vicepresidente de ASAJA Pedro Gallardo, trasladó al comisario de Medioambiente, Virginijus Sinkevičius, y a la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, las inquietudes que las estrategias sobre “Biodiversidad 2030” y de la “Granja a la Mesa” han desatado en el agro europeo y español.
Gallardo critica a la CE por falta de alternativas viables para cumplir los objetivos medioambientales en el agro
Gallardo, como presidente del Grupo de Trabajo Cuestiones Fitosanitarias y del Grupo de Trabajo Oleaginosas del COPA-COGECA, expresó su rechazo total a la reducción y a los porcentajes propuestos por la Comisión Europea sin haber hecho antes un estudio de impacto socioeconómico previo.
“Entendemos que en las Comunicaciones la CE no tiene obligación de presentarlo, pero no compartirnos que, ante un cambio de modelo agrícola como el que propone, plantee un debate que deja a la ciencia de lado. Si hemos aprendido algo del Covid-19 es que vamos a salir de la mano de la ciencia y, por tanto, pedimos a la Comisión un posicionamiento más científico y menos político” aseguró Gallardo.
Asimismo, ASAJA mostró su perplejidad ante la falta de alternativas propuestas por la CE para conseguir algunos de los objetivos que se marcan en ambas estrategias. Ante ello, Pedro Gallardo señaló que “es la hora de que, de una vez por todas, las instituciones europeas apoyen el uso de la biotecnología y sobre todo de la edición genética. Además de ayudarnos a conseguir los objetivos que propone la CE, estas herramientas (las nuevas técnicas de edición genética, por ejemplo) son utilizadas ya por nuestros competidores en el mercado, dándose la paradoja de que las mismas son indetectables en los controles en frontera, lo que nos deja claramente en un posición competitiva inferior.”
Además, añadió el vicepresidente de ASAJA, “el uso de la biotecnología, siempre que sea segura y apoyada por la ciencia, nos ayudaría a conseguir a corregir el déficit de proteínas, que nos hace ser más vulnerables ante crisis como el Covid-19 o el cambio climático.»
Agricultura ecológica
El vicepresidente de ASAJA también expresó a los comisarios que no comparte la necesidad de fijar un objetivo de porcentaje determinado a un tipo de agricultura, tal y como ha hecho la CE con la agricultura ecológica.
Gallardo transmitió que “lo que la CE debería hacer es preservar la capacidad de elección de los agricultores y de los consumidores para elegir libremente qué modelo de producción agrícola desean, y siempre escuchando las necesidades del mercado, porque corremos el riesgo de que Bruselas termine por decirnos qué debemos comer, luego qué tenemos que pensar y finalmente qué tenemos que votar.”
Por último, el vicepresidente de ASAJA aseguró que “no podemos aceptar que en Europa el 10% de la superficie total agrícola se pueda dedicar a elementos no productivos, ya que eso supondría una merma considerable en la cuenta de resultados, ya maltrecha, de los agricultores, y aceleraría el abandono de las explotaciones agrícolas, produciendo un mayor efecto adverso: el éxodo rural.»_
Al final, añadió, “lo que conseguirán desde Bruselas es que solo se preserve este modelo de biodiversidad en Europa, trasladando la presión y la huella de carbono a terceros países para poder satisfacer nuestras necesidades, ¿es esa la solución -cínica- que propone la CE? “.
Materias activas
Por otro lado, Pedro Gallardo, presidente del Grupo de Trabajo de Oleaginosas del COPA-COGECA, señaló en otro foro de discusión en Bruselas que “necesitamos contar con más herramientas, tras la pérdida del uso de los neonicotinoides, pero no tenemos alternativas. Solo Europa prohíbe estas sustancias activas, mientras que el resto del mundo sigue utilizándolas.”
“Su prohibición, sin alternativas viables, añadió Gallardo, supone una pérdida de protección en nuestros cultivos y que estos sean menos competitivos; que se encarezcan los costes de producción y que haya menores cosechas de oleaginosas y proteaginosas en Europa y, por el contrario, más dependencia del exterior.”
En concreto, este año tendremos un un 4,5% menos de superficie de colza en Europa y un 3% menos de producción, con 262.000 hectáreas menos”. Los principales países afectados serán Reino Unido (-193.000 ha), Polonia (-125.000 ha), Bulgaria (- 30.000 ha), creciendo solo la superficie en Rumania (+67.000 ha).
La segunda problemática está en el aceite de palma. “España ha multiplicado por 21 las importaciones. En el año 2000 importábamos 77.000 toneladas, ahora son más de 1.700.000 t. ¿Por qué en los lineales de nuestros supermercados no es posible encontrar galletas o helados sin aceite de palma?
La Comisión Europea sigue sin aportar datos y no apoya la producción de aceites nacionales, al permitir tales importaciones. Francia importa 180.000 t, casi una décima parte que España, y algo estará haciendo bien el Gobierno galo, junto a sus agricultores y sus consumidores.”
Por último, Gallardo hizo referencia en ese foro de discusión a los aranceles sobre los cereales, trasladando una reivindicación de la sectorial de ASAJA., en la que se pide a la Comisión Europea una actualización de los contingentes de importación para todas aquellas producciones de cereales y oleaginosas, que se producen fuera de Europa con otras reglas de juego que las que se permiten a los agricultores europeos, puesto que están distorsionando el mercado comunitario.”