El producto REDI, de la empresa Bejo Ibérica, ha resultado ganador del Innovation Hub Awards en la categoría Fresh Produce, de entre un total de 10 productos hortofrutícolas finalistas, que optaron a dicho reconocimiento por parte del certamen Fruit Attraction 2020.
Un brócoli de Bejo Ibérica y Agrocolor, ganadores del Innovation Hub Awards de Fruit Attraction 2020
La defensa de cada uno se realizó ayer en directo en la plataforma Fruit Attraction LIVEConnect ante un jurado formado por Francisco Javier Maté Caballero, subdirector teneral de Control de la Calidad Alimentaria y de Laboratorios Agroalimentario del MAPA; Rubén Moratiel, investigador del CEIGRAM-UPM; Gonzaga Ruíz de Gauna, gerente de Biovegen; Camino Arroyo, subdirectora general de Frutas y Hortalizas y Vitivinicultura del MAPA, y Luis B. Martín Martín, jefe Departamento Técnico de FEPEX. Aplicabilidad, innovación, sostenibilidad ambiental y propuesta de valor de coyuntura social, han sido los criterios de valoración de dicho jurado.
El producto ganador, REDI, es una verdura con atributos únicos que agregarán color y originalidad a cualquier comida, un sabor extremadamente saludable, único y una apariencia llamativa. Gracias a los altos niveles de compuestos de glucosinato que se producen de forma natural, esta verdura es extremadamente saludable, presentando unos brotes color morado, que consisten en tallos tiernos que terminan en una pequeña inflorescencia. Su color contiene más cantidad de compuestos antioxidantes que un brócoli normal, con lo que consolida y potencia su poder de alimento funcional.
Por su parte, la certificación H3+ presentada por Agrocolor ganó el premio Innovation Hub en la categoría Industria Auxiliar, imponiéndose a otros nueve candidatos.
Francisco Cano, responsable del Área Técnica de Semillas y Exportación de Agrocolor, ha sido el encargado de defender el proyecto y quien ha recibido el dictamen del jurado a través del director de la feria, Raúl Calleja.
La certificación de sostenibilidad hídrica y riego eficiente H3+ aporta un valor añadido más a los cultivos y por ende a los productos, como es el caso de la eficiencia hídrica certificada, aplicando así un uso sostenible del agua mucho antes de que sea un requisito exigido en la política agraria de la Unión Europea.
