La Conselleria de Agricultura informó que ha aceptado el acuerdo propuesto por las organizaciones agrarias para conjugar los intereses de los sectores citrícola y apícola.
Acuerdo Consellería y OPAs de la Comunidad Valenciana sobre la “pinyolà”
El acuerdo presentado por AVA-Asaja, La Unió de Llauradors y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias fue aceptado durante la reunión que la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, acompañada del secretario autonómico Roger Llanes y del director general Antonio Quintana, mantuvo con los dirigentes de las citadas entidades agrarias.
La dificultad de hacer compatibles los intereses de la apicultura y la citricultura en determinadas zonas siempre ha generado tensiones entre las partes implicadas, tensiones que, a juicio de la Conselleria, ahora entran en una vía de solución tras el acuerdo suscrito entre las organizaciones agrarias AVA-Asaja y Unió de Llauradors y las cooperativas.
En dicho acuerdo se contempla la paulatina implementación de toda una serie de medidas encaminadas a conciliar los intereses de ambos colectivos.
Entre esas medidas destaca la puesta en marcha de un mapa agronómico de la Comunitat Valenciana; el establecimiento de una línea de ayudas a la reconversión varietal específica para eliminar la polinización cruzada; el compromiso presupuestario para el enmallado de cítricos, y la creación de un censo obligatorio que permita identificar de manera fehaciente, a través de GPS o chips, todos los asentamientos de colmenas.
Mireia Mollà destacó «la importancia que reviste el acuerdo alcanzado porque permite, por una parte, sentar las bases para lograr una convivencia armónica de ambas actividades, mediante la progresiva introducción de una serie medidas, mientras que, por otro lado, la inminente publicación del decreto asegura que durante la próxima campaña los cítricos valencianos no sufrirán el problema de la ‘pinyolà'».
Este términos se acuño hace casi 30 años para definir el proceso no deseado por el que aparecen porcentajes variables de mandarinas con semillas, lo que devalúa su valor comercial hasta hacerlas prácticamente inservibles. Este problema aparece en plantaciones de mandarinas, que originalmente no contienen semillas, cuando se encuentran cercanas clementinas y variedades híbridas, coinciden los momentos de floración de unas y otras y están presentes poblaciones de abejas que, en su natural labor de pecoreo, favorecen esa polinización cruza entre unas clases y otras, que acaba provocando la aparición de las semillas, que son rechazadas por el mercado.