La percepción de los ciudadanos sobre la industria alimentaria ha sido uno de los temas centrales en la inauguración del 17º Congreso AECOC de Seguridad Alimentaria y Calidad, que se celebra hoy en el Novotel Madrid Center.
El 17º Congreso AECOC alerta sobre la alta tasa de desconfianza del consumidor
En su discurso de bienvenida, la presidenta del Comité de Seguridad Alimentaria y Calidad de AECOC, Sagrario Pérez-Castellanos, ha advertido a los más de 300 profesionales reunidos sobre los alarmantes datos del Eurobarómetro, que indican que el 51% de los españoles cree que los alimentos que consumen contienen sustancias dañinas.
“Existe una clara brecha entre la realidad, que evidencia que nunca hemos tenido mayores estándares de seguridad, y la percepción ciudadana; la comunicación debe jugar un papel fundamental en los próximos años para cambiar esta imagen y ganarnos la confianza de los consumidores”, ha expuesto Pérez-Castellanos.
La portavoz de AECOC ha remarcado que “existe una responsabilidad compartida entre empresas, autoridades competentes y medios de comunicación” para emitir información veraz bajo tres principios: transparencia, tecnología y responsabilidad. “Si algún punto de esta cadena falla, el consumidor percibe que está siendo engañado, y eso afecta enormemente a la reputación del sector”, ha advertido.
En este sentido, Pérez-Castellanos ha hecho un llamamiento a la responsabilidad individual de las empresas y ha remarcado que alertas de seguridad alimentaria como las que se han producido en el último año, aún siendo puntuales y aisladas, “son un duro golpe para la credibilidad de todo el sector agroalimentario”.
Del mismo modo, ha reclamado “mensajes claros y tranquilizadores” ante posibles crisis de seguridad para evitar consecuencias indeseadas. “Si no hay un liderazgo comunicativo claro, la iniciativa la toman otros actores, y eso hace mella en la confianza del consumidor”.
En su discurso de inauguración del congreso, la portavoz de AECOC ha asegurado que el sector está abierto a los cambios, siempre que se basen en evidencias científicas y sirvan para dar mayores garantías. “La evolución de la seguridad alimentaria debe ir de la mano de la ciencia, no del desarrollo de algoritmos; es nuestra responsabilidad rebatir informaciones y modelos que puedan llevar al equívoco, porque el consumidor no tiene ni el tiempo ni las ganas de hacerlo”.
Pérez-Castellanos ha concluido señalando a la sostenibilidad ambiental, la productividad y la seguridad alimentaria como los tres ejes que condicionarán el futuro del sector agroalimentario. “Los consumidores nos piden que seamos más sostenibles y, a la vez, en unos años deberemos ser capaces de alimentar a una población de 10.000 millones de personas, y todo ello sin dar ni un solo paso atrás en seguridad”.
La portavoz de AECOC ha reconocido que, a pesar de que el Sistema de Seguridad Alimentaria europeo es “sólido y coherente”, eso no le convierte en inamovible, y asegura que “debe evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos”.
En este sentido, la asesora de relaciones internacionales de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Ana Canals, ha apuntado a algunos de los retos que debe resolver el modelo agroalimentario, como el impacto en el medioambiente o en la salud.
“Comemos más seguro, pero menos saludable y eso ha hecho que la obesidad se haya triplicado en 30 años; de hecho, en España la tasa de obesidad infantil ya es del 17,4% y hay estudios que han demostrado que comer mal mata más que el tabaco”, ha remarcado.
La portavoz de AESAN también ha destacado el reto que tiene la administración en el campo comunicativo ya que, según ha recordado, el 30% de las fake news son sobre alimentación. En este sentido, ha considerado que crisis como la de la listerioris se gestionó correctamente a nivel de alertas, pero se comunicó de forma errónea a la población.
“El consumidor demanda información y, si no se la damos, la van a conseguir con apps que no son transparentes ni se basan en ciencia. Debemos trabajar con sus mismas herramientas, porque son las que mejor llegan a los ciudadanos”.
Aún así, Canals ha celebrado que “existe una estrategia alineada gracias a la Agenda 2030, con la que todas las administraciones públicas dirigimos nuestras estrategias al cumplimiento de los ODS” y ha adelantado un futuro inmediato en el que “se destinarán muchos recursos a innovación e investigación para aportar a la sociedad alimentos saludables, seguros y diversos”.
La jornada matinal del congreso también ha contado con la participación de los portavoces de la Agencia Europea de Salud Alimentaria (EFSA), María Tejero y Domagoj Vrbos, que han revisado los datos del Eurobarómetro sobre la opinión de los ciudadanos europeos sobre alimentación y seguridad alimentaria.
Los portavoces de la EFSA han destacado que uno de los indicadores que demuestran los altos estándares de seguridad alimentaria que rigen en Europa es el hecho de que la mayoría no piensan en el factor seguridad a la hora de hacer su compra de alimento. “Es un elemento que se da por seguro, pero también es un indicador de la falta de conocimiento que existe”.
Tejero y Vrbos también han celebrado que el 60% de los ciudadanos europeos cambia sus hábitos de consumo una vez se han informado y que la mayoría dan más credibilidad a los científicos que a las celebrities. Sin embargo, han alertado sobre el hecho de que solo 3 de cada 10 saben que la UE diseña sus políticas alimentarias en base a criterios científicos.
La subdirectora general de Coordinación de Alertas y Programación del Control Oficial de AESAN, Paloma Cervera, ha analizado los ejes sobre los que pivotará el próximo Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria, que regirá los sistemas de control del sector agroalimentario entre 2021 y 2025.
Cervera ha reconocido que el nuevo plan quinquenal estará marcado por la reciente experiencia de la listeriosis, por lo que se ahondará en la coordinación y armonización de los sistemas de control de las comunidades autónomas.
Además, el nuevo reglamento tratará cuestiones novedosas como el control de los productos alimentarios en el comercio electrónico, el control sobre complementos alimentarios y una actualización del sistema de información para “planificar situaciones de riesgo en base a los datos disponibles”.
Cervera ha considerado que “2020 se presenta como una oportunidad gracias al nuevo reglamento de la Unión Europea sobre controles oficiales que está en funcionamiento desde diciembre, y por el proceso de redacción del próximo plan de control quinquenal, en el que ya se han integrado muchos grupos de trabajo de las comunidades autonómas con el con el objetivo de revisar los procedimientos en base a las lecciones aprendidas en el periodo anterior”.