El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha clausurado hoy la XII edición del Congreso Terroir, que ha reunido en Zaragoza durante esta semana a más de 250 expertos del mundo del vino. “Han venido congresistas de unos de 20 países, algunos tan lejanos como Australia”, ha destacado Lambán, para quién la celebración de este Congreso supone “un espaldarazo de primera magnitud para el sector del vino y de la agroalimentación”.
El Congreso Internacional del Terroir se abre al estudio de los vinos
El XII Congreso Internacional del Terroir cerró esta semana sus sesiones tras un alto nivel de reflexión en torno a las más de 100 comunicaciones científico-técnicas presentadas en el mismo. El vino, como componente y resultado del terroir, ha tenido un gran protagonismo y es posible que el congreso aragonés haya marcado un punto de inflexión en este sentido, según el director del evento, Ernesto Franco.
Así, frente a la focalización en los suelos y el viñedo, la atención prestada a la enología es previsible que crezca en las próximas ediciones como una evolución natural de los estudios científicos. Además, otros elementos vinculados al terroir, como la percepción del consumidor, se están abriendo paso asimismo en los debates.
El presidente del comité científico del Congreso, Vicente Sotés, ha destacado por su parte la “profundización que se ha llevado a cabo en las metodologías para caracterizar y valorizar el terroir”, entre las que ha destacado una aportación aragonesa: la utilización de mistelas como herramienta de caracterización.
Sotés, satisfecho por el alto número de congresistas jóvenes, ve también con optimismo el papel que las denominaciones de origen están desempeñando en el desarrollo del terroir, del que las cuatro existentes en Aragón han sido un buen ejemplo durante los días del evento.
Organizado por el Gobierno de Aragón y con la tutela de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), la duodécima edición de este Congreso ha dejado un alto nivel de satisfacción en los participantes.
Mentalidad abierta ante los cambios
Aunque el concepto terroir evoca arraigo y tradición, es necesario que los productores sean capaces de adaptarse a los cambios de todo tipo que el mundo está experimentando. Son cambios que abarcan desde las técnicas de cultivo hasta la obtención y gestión de información de lo que sucede en las explotaciones.
No obstante, el cambio más importante tanto por su magnitud como por su rapidez es el cambio climático. Este asunto ha sido uno de los ejes centrales del congreso y ha ocupado gran parte de la ponencia impartida por Antonio Graça, director del Departamento de Investigación y Desarrollo de Vinos Sogrape, en Portugal, que ha abierto la última jornada del Congreso.
Graça ha instado a los asistentes a “tener una mente abierta” para aceptar las novedades, sin desdeñar lo tradicional pero sabiendo que “no todo el conocimiento que viene del pasado va a ser útil”, ha reconocido.
Todos estos cambios tienen que llevar a un proceso de redefinición del concepto terroir. “Actualmente hablamos del terroir como algo que da un factor diferencial a los vinos”, ha indicado Graça. “Pero yo me planteo otra cuestión: ¿distintivo para quién, para el productor, para el consumidor? ¿Quién otorga ese carácter diferencial?”, ha cuestionado el experto portugués, que ha instado a introducir la percepción del consumidor en la definición de terroir. “Si no incluimos la percepción del consumidor, el terroir no es nada”, ha aseverado.
Reflexión y trabajo de campo
El Congreso ha dedicado las mañanas a la reflexión y al debate científico. Así, en la primera jornada, tras el acto inaugural, el primer Master of Wine español, Pedro Ballesteros, impartía la primera de las ponencias, en la que hacía una llamada a la coherencia al sector del vino. A mantener las esencias del concepto terroir. Un concepto que debe ser no sólo un cúmulo de técnicas de cultivo, de aplicación de sustancias o de empleo de agua de una determinada manera, sino “una práctica cultural”, como afirmaba el segundo día el profesor de Enología de la Universidad de Turín Vittorio Novello.
El cambio climático y sus repercusiones son una de las principales preocupaciones de los productores de vino de terroir. “Los datos de estudio del clima reflejan que la sequía va a ser creciente, por lo que será esencial un buen aprovechamiento del agua”, apuntaba director adjunto de la Unidad Experimental de Pech Rouge, Hernán Ojeda, quien abogó por el riego por goteo ya que “es el único que asegura la precisión, eficiencia de agua, automatización y fertilización adecuadas” para obtener el punto óptimo de humedad para obtener el vino deseado con todas sus propiedades edafológicas.
La jornada del jueves, penúltima de este XII Congreso Terroir, estuvo dedicada a los procesos de zonificación de los viñedos. Es decir, el establecimiento de diversas zonas en el terreno en función de los datos obtenidos y del objetivo con el que se realizan los estudios. Unos objetivos que pueden ir desde el estudio fenológico hasta la protección del paisaje frente a procesos de urbanización. Unos datos que han de ser totalmente precisos y recabados por instrumentos de medición adecuados. Eso sí, sin olvidarse de “preguntar a los propios productores y viticultores ya que tienen un gran conocimiento del suelo que trabajan”, afirmaba este experto.
Si bien las mañanas se dedicaron al debate y análisis en profundidad de la situación del terroir, las tardes sirvieron para que los asistentes al Congreso pudieran conocer ‘in situ’ el sector del vino aragonés. Para ello, pudieron visitar los terrenos de las cuatro denominaciones de origen de vino aragonés (Somontano, Campo de Borja, Cariñena y Calatayud), donde además de estudiar los suelos sobre los que crecen los viñedos a través de diversos perfiles, denominados calicatas, pudieron degustar una amplia variedad de caldos producidos en la comunidad.