FIMA Digital se centra en la agricultura de precisión y las tecnologías 4.0

El análisis de los objetivos, las ayudas necesarias y todo el contenido de la medida 4 del paquete C3.i4 sobre inversiones en agricultura de precisión, eficiencia energética y economía circular del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), ha sido el tema central de la jornada de FIMA Digital que tuvo lugar el pasado 9 de diciembre.

FIMA Digital se centra en la agricultura de precisión y las tecnologías 4.0

El evento, que se enmarca dentro de la estrategia de Feria Zaragoza Digital, se estructuró en tres ponencias, con la finalidad de aportar información y aclarar cuestiones en el marco del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes – PRTR, y ha servido de antesala para la próxima edición de FIMA (que tendrá lugar en Zaragoza, del 8 al 12 febrero de 2022) y que, según los datos aportados en esta jornada por el director de Feria de Zaragoza, Rogelio Cuairán, cuenta ya con 1.300 marcas inscritas.

El director de FIMA, Javier Camo, ejerció de moderador del evento y dio paso a la directora de la Estación Mecánica Agrícola del MAPA, Carmen González, quien ahondó sobre la agricultura de precisión en el PRTR.

Para González, el objetivo es que todas las explotaciones puedan beneficiarse de estas ayudas. La agricultura de precisión y tecnologías 4.0 son una estrategia de gestión que recoge, procesa y analiza datos temporales, espaciales e individuales y los combina con otras informaciones para apoyar decisiones de manejo de acuerdo con la variabilidad estimada para mejorar la eficiencia de uso de los recursos, la productividad, la calidad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la producción agrícola. Esta estrategia se basa en tres pilares: trabajo variable, mapeo y comunicación entre máquinas.

Los criterios para poder optar a estas ayudas son comunes a todas las líneas: por tipo de proyecto (plan de inversión conjunto son 5 puntos e inversiones colectivas son 5 puntos), por tipo de solicitantes (titularidad compartidas 2 puntos, jóvenes agricultores 2 puntos y entidad asociativa prioritaria 1 punto).

Pueden optar a esta línea de ayudas cuatro tipos de beneficiarios (titulares de explotaciones, agrupaciones de titulares de explotación, consorcios y empresas) y la intensidad máxima de ayuda es del 40% de la inversión (60% en el caso de las inversiones colectivas, los consorcios o los jóvenes agricultores), con una cuantía por proyecto entre 5.000 y 300.000 euros.

Las inversiones elegibles en las ayudas son a través de la ejecución de proyectos de adquisición de maquinaria y licencias de software. Pueden comprarse equipos nuevos pero también adaptar los existentes a nuevas tecnologías. Las máquinas adquiridas deben estar orientadas a los objetivos marcados: mejora de la gestión ganadera, reducción del uso de fitosanitarios y fertilizantes, control del trazabilidad y calidad de la siembra y el suelo para reducir la erosión, control de la trazabilidad y calidad de la recolección y reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la disminución del combustible necesario.

Por último, comentar que la memoria deberá se evaluada por un técnico cualificado, ha de detallar el número de potenciales usuarios y hectáreas a las que va a afectar la mejora, el objetivo que se pretende alcanzar con las inversiones realizadas y se debe realizar un plan de formación con una duración mínima de 25 horas que garantice el correcto uso y la aplicación práctica de las tecnologías objeto de este programa de apoyo.

Propuestas para una distribución de recursos objetiva y eficiente

La segunda charla estuvo centrada en las “Propuestas razonadas para una distribución de recursos objetiva y eficiente” y corrió a cargo de Emilio Gil, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Poner en práctica estas ayudas en agricultura de precisión va a impulsar la sostenibilidad y competitividad de un sector estratégico como es la agricultura y la ganadería, apoyando la consecución de los objetivos climáticos medioambientales y la descarbonización de la agricultura. Para la Medida 4: Agricultura de precisión y tecnologías 4.0, hay disponibles 80 millones de euros para su uso en agricultura de precisión para optimizar. Según Gil, el nivel de adopción de los agricultores en la agricultura de precisión es escaso debido a una falta de información y formación. La idea de esta ayuda es financiar proyectos con objetivos concretos.

Para adoptar la agricultura de precisión los agricultores deben tener un papel fundamental, la figura del asesor independiente es obligatoria y se deben desarrollar herramientas científicas fiables y adaptadas. También es muy importante que se involucren las pequeñas y medianas empresas y la formación y el conocimiento es fundamental, ya que se requieren todavía grandes esfuerzos para la introducción de los últimos desarrollos. Por último, no podemos olvidar que deben desarrollarse nuevos modelos de negocio para la gestión de los datos.

Asimismo en su intervención explicó que esta subvención es para comprar un equipo pero con un objetivo marcado, por ejemplo se puede comprar un equipo con sistema de aplicación variable de fitosanitarios y es importante añadir que con dicho equipo se reducirá el 15% el uso de productos fitosanitarios. A este respecto, citó dos ejemplos claros de tecnologías con un objetivo marcado de mejora de la sostenibilidad: el proyecto Gophytovid para la optimización del uso de fitosanitarios en base a mapas de vigor y el proyecto Óptima para la predicción de un problema fitosanitario, la detección de los síntomas, la selección de los productos más adecuados y de los medios idóneos.

Gil espera que con estas ayudas se mejore el grado de adopción de las nuevas tecnologías, se incremente el nivel formativo de los agricultores, se acerquen los últimos desarrollos a las medianas y pequeñas empresas, se asegure el relevo generacional atrayendo a los jóvenes del sector y se garantice una economía sostenible a las explotaciones agrarias.

Niveles de tecnologías en agricultura de precisión y digitalización

La tercera ponencia fue acerca de los niveles de tecnologías en agricultura de precisión y digitalización y fue impartida por el secretario general de Ansemat, Ignacio Ruiz. “Llevamos muchos años trabajando en agricultura de precisión, la demanda existe pero es difícil de implantar. Hay mucha oferta pero existe una brecha enorme entre la oferta y la demanda, cuestión esta última muy preocupante. Con este plan de ayudas, se pretende impulsar las nuevas tecnologías en la agricultura, necesitamos una agricultura tecnificada y no lo está. Hay obstáculos que impiden su implantación. Hace tres décadas que venimos hablando de agricultura de precisión, y tendremos que seguir hablando los próximos años”, comentó Ruiz.

Y añadía: “Se han realizado estudios reales en campo en EE.UU y Canadá, que han visto que los niveles de adopción de la agricultura de precisión son bajos. Ni con la adopcion más amplia de esta tecnología se pueden conseguir los porcentajes de reducción que se están barajando para los agricultores europeos y además hay una trampa de renta que impide la adopción”.

La estrategia de digitalización y el PRTR son enfoques diferentes, pero este plan de ayudas ha sido consensuado y validado. Ansemat ha elaborado una propuesta de máximos que abarca todos los tipos de tecnologías, cultivos y explotaciones y se deben considerar las restricciones que afectan a la oferta (en  lo referente a los plazos de entrega). Es necesaria además la coordinación entre las comunidades autónomas para conseguir unos indicadores armonizados. Y no hay que olvidar lo más importante, la agricultura de precisión es una herramienta que facilita el cumplimiento (de una forma limitada) de los recursos políticos mediambientales aplicables a distintas prácticas agrícolas, pero se debe ayudar al agricultor y no olvidar los aspectos sociales y económicos.

 

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