Herramientas para un manejo agronómico y sostenible del cultivo de olivar
Un nuevo encuentro digital organizado por la revista Vida Rural y moderado por la periodista Elisa Plumed, ha puesto de manifiesto la importancia del control de la mosca del olivo como principal plaga de este cultivo y la necesidad de utilizar los servicios ecosistémicos en este cultivo.
Este encuentro, celebrado ayer, que estuvo patrocinado por Daymsa, en colaboración con BKT, Banco Sabadell y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, contó con cerca de 300 agricultores profesionales inscritos.
Control de la mosca del olivo
Manuel Ruiz Torres, doctor en biología y jefe de entomología del Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén, realizó una interesante intervención sobre las novedades en el control de la mosca del olivo y servicios ecosistémicos del olivar. La mosca del olivo es la plaga más importante actualmente en el olivar y en algunos lugares se ha convertido en una plaga endémica. Para plantear la estrategia hay que empezar a enfatizar la figura del asesor técnico que haga un correcto seguimiento de la plaga y establezca el umbral de tratamiento para dar la orden correcta de control de la plaga.
Manuel aporta una idea novedosa, “siempre hemos pensado que la mosca del olivo se movía mucho, pero en realidad tiene muy poca movilidad. En olivares con fruto, la movilidad promedio es de 19-68 m y el 99,45% de las moscas se mueven menos de 1 km. Es decir, la mosca nace, vive y muere en la finca. El carácter invasivo de las moscas no es tanto como se pensaba, de manera que, si los vecinos no tratan, no se tiene mucho riesgo de que me reinfecte la finca”, insiste.
La estrategia se basa en dos pilares, el primero reducir la población. La larva queda en el suelo en el otoño, se mete dentro en invierno y se forma la pupa que emerge en primavera. Una vez sale del suelo, en la finca se alimenta de azúcares hasta que la aceituna está receptiva para ser picada. Cuando se superan los umbrales de tratamiento es importante realizar un correcto plan de ataque.
Para reducir las poblaciones hay una medida muy eficaz pero que se puede aplicar en pocas ocasiones; esta es labrar bajo la copa del olivo en invierno, lo que eliminaría gran parte de la población. También ajustar el abonado nitrogenado y el riego en verano, realizar una cosecha temprana y diseñar el cultivo para favorecer los parasitoides.
Otra medida eficaz es el trampeo masivo, habiendo dos trampas que están funcionando muy bien a razón de unas 25 trampas por hectárea.
Para controlar el ataque es imprescindible seguir las poblaciones para determinar los umbrales. Existen tratamientos repelentes que funcionan muy bien y tratan de ocultar la aceituna a los adultos; por ejemplo el caolín, ya que oculta la aceituna a la hembra al perder su brillo habitual haciéndola más opaca, además tiene un efecto positivo: cierra los estomas y ayuda a regular la transpiración de la planta. También hay un hongo entomopatógeno (formulado de Beauveria bassiana, cuyo único producto comercial autorizado es Naturalis) que tiene un efecto muy repelente.
Otra línea son los tratamientos adulticidas, entre los que están los tratamientos cebo, tratándose solo una cuarta parte de la superficie, y los tratamientos terrestres, con materias activas como la deltametrina, lambda cihalotrin, etc.
La tercera línea, que comienza cuando ya ha empezado la picada de la aceituna por la mosca, se puede controlar con dos materias activas larvicidas que penetran dentro del a aceituna: acetamiprid y flupiradifurona (Sivanto prime). Esta fase se debe reservar para cuando las otras dos líneas de defensa ya no son posibles. Además, hay que tener mucho cuidado con el plazo de seguridad. También hay dos novedades, el Exirel Cebo, que funciona muy bien, y la flupiradifurona, que es una materia activa nueva y tiene un plazo de seguridad bastante menor que el acetamiprid.
Con respecto a los servicios ecosistémicos de olivar, comentar que actualmente hay una pérdida de rentabilidad asociada a los olivares debido a la pérdida de biodiversidad en el medio, pérdida de suelo fértil, sobreexplotación de recursos hídricos, etc. Los servicios ecosistémicos pueden ayudar a mitigar estas pérdidas. Si la red ecológica está bien equilibrada se genera un ahorro de coste, por ejemplo, las cubiertas vegetales o las poblaciones de artrópodos útiles para las plantas.
Fertilización sostenible
A continuación, Javier Barrios, del departamento técnico de Daymsa, presentó una serie de herramientas para adaptar la fertilización a las nuevas normas de nutrición sostenible. La Estrategia de la Granja a la Mesa tiene como fin reducir contaminación y en 2030 deberíamos haber reducido el 20% de los fertilizantes y el 25% del suelo deberá estar en agricultura ecológica. El reto es importante: reducir el fertilizante, aumentar la materia orgánica y mantener la rentabilidad. Como alternativa frente a la fertilización química están los mejoradores de suelos, los bioestimulantes y los biofertilizantes (microorganismos).
Daymsa es el primer productor europeo de leornardita y líder en fabricación de ácidos húmicos (como el Naturvital, Naturcomplet-G, Naturvigor-G, Olivo-vital o Terrenova), que son según explica Javier la base de la fertilidad del suelo. En cuanto a los microorganismos, Daymsa cuenta con una nueva línea de productos, como EnerPlus para la optimización del fósforo y potasio y dotar de mayor vida al suelo.
Se han realizado ensayos en olivar de la variedad Arbequina en superintensivo con dos pases de EnerPlus en una zona de olivar joven plantado en 2016 y en otra zona de olivar adulto plantado en 2018. En la plantación joven, en 2020 se cogieron 8.000 kg/ha y en la adulta 12.000 kg/ha. Se diferenció la zona tratada de la no tratada y la media de las muestras en zona joven y adulta hubo un incremento de grasa en las muestras de aceituna analizadas.
Por otro lado, Nuptak es un biofertilizante fijador de nitrógeno y solubilizador de fósforo que complementa o sustituye a la fertilización química. Fija el nitrógeno atmosférico gracias a la enzima nitrogenasa, produce auxinas, mejora la tolerancia al estrés y solubiliza nutrientes confinados como fósforo o hierro. Se puede utilizar en una gran variedad de cultivos y de tipos de suelo.
Eco-regímenes de cubiertas vegetales
La última intervención corrió a cargo de Elena Vicente Pelado, de la Subdirección General de Frutas y Hortalizas y Vitivinicultura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quien explicó la aplicación de los eco-regímenes de cubiertas vegetales e inertes de restos de poda en cultivos leñosos.
Los tipos de superficies a los que se pueden acoger los cultivos leñosos y su cuantía depende de la pendiente media de la parcela, siendo el más elevado el importe en pendientes elevadas. Su aplicación es voluntaria y van más allá de la condicionalidad reforzada, además tienen un enfoque compensatorio. Algunas prácticas tienen un componente de plurianualidad, añadiendo 25 euros/ha. También habrá un grado de degresividad a partir de 15 hectáreas declaradas.
Las hectáreas elegibles son las de leñosos que tengan cubiertas vegetales espontáneas o sembradas y tienen que estar vivas durante unos periodos determinados de tiempo (entre el 1 de octubre al 31 de marzo, los cuatro meses que elija la comunidad autónoma).
El manejo debe de ser por medios mecánicos, y también hay que apuntar el manejo mecánico adoptado y la fecha en la que se establece la cubierta. Solo se permiten tratamientos fitosanitarios en caso de ataque de una plaga y la cubierta debe ocupar el 40% de la anchura libre de proyección de copa, salvo en las explotaciones de más de un 10% de pendiente que se les exige 1 metro adicional de la anchura libre de proyección de la copa.
En el caso de cubiertas inertes, las condiciones son las mismas, y en lugar de una cubierta hay que triturar los restos de poda y dejarlos en superficie como mulching. La anchura es igual que en las anteriores, cubriendo como mínimo el 40% de la anchura libre de proyección de la copa.
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