El sector agroalimentario español alcanza los 47.236 millones de euros en exportaciones durante el pasado año. De mantenerse la tendencia, España superaría a Francia como país exportador agroalimentario en 2021, señala Jaime Palafox, responsable del programa de Fundación LAFER y ESADE “Estrategia de internacionalización en el sector agroalimentario”. El sector mantiene su pujanza exportadora en el sector agroalimentario, pero falla en la creación de valor. La diversificación de mercados, la creación de valor y la digitalización son los principales retos a los que se enfrente el sector agroalimentario en este ámbito.
Las exportaciones agroalimentarias crecen más del 7% en 2017
“El sector agroalimentario español sigue tirando fuertemente de las exportaciones de la economía española. Si continúa su tendencia actual, en 2021 España podría convertirse en el tercer país exportador de la Unión Europea (UE) en el sector, por encima de Francia”, ha afirmado el responsable del programa conjunto de Fundación LAFER y ESADE “Estrategia de internacionalización en el sector agroalimentario”, Jaime Palafox, durante su intervención en la sesión “El sector exterior agroalimentario en 2017: Datos básicos, retos y oportunidades”, celebrada hoy en el campus de ESADE Madrid.
En su presentación, Palafox ha compartido los datos recopilados por la Fundación LAFER, a partir de la información ofrecida por DataComex de la Secretaría de Estado de Comercio, Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Éstos ponen de relieve el fuerte impulso alcanzado por el sector: según datos interanuales, a noviembre de 2017, el sector agroalimentario español alcanza los 47.236 millones de euros en exportaciones. Asimismo, Palafox ha señalado que la balanza comercial arroja “un saldo positivo de 11.368 millones de euros, al contabilizarse unas importaciones por valor de 35.868 millones de euros”.
En un análisis por sectores, según los datos recopilados por la Fundación LAFER, el aceite de oliva es, por primera vez, el producto más exportado. Con una tasa de crecimiento anual del 18% y un total de 3.727 millones de euros, este producto se sitúa por encima de la carne de porcino, con 3.585 millones de euros (mostrando un incremento del 15%). En tercer lugar, de los alimentos que más demandan los mercados exteriores se encuentran los cítricos, con 3.167 millones de euros (con una ligera caída del 2%). Otros productos que crecen de manera relevante son el pescado congelado y conservas de pescado (con aumentos de 18% y 15%, respectivamente).
En cuanto a los mercados de destino, el principal sigue siendo el compuesto por los Estados miembros de la UE (donde se destacan Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido). También es notable la buena evolución en otros mercados como Marruecos, Japón, México y Corea del Sur. Tomando los datos con una mayor perspectiva (con un análisis de la evolución de los últimos cinco a diez años), los países de Asia Oriental y el Sureste asiático, los países árabes y México son los mercados más dinámicos en su crecimiento, con tasas que superan el 15%.
“Cada país tiene particularidades y complejidades propias como mercado. Para salir al exterior es fundamental contar con la formación y las herramientas adecuadas para llevar a cabo una buena estrategia de diversificación de mercados, diferenciación de producto y digitalización”, ha señalado Enrique Verdeguer, director de ESADE Madrid.
Creación de valor añadido
Pese a las buenas cifras globales de la exportación, Jaime Palafox ha advertido que “los precios medios de los alimentos españoles son muy inferiores a los de nuestros competidores” y, en este sentido, “existe un importante margen de mejora”, ha añadido. Como ejemplo de ello, “el vino es un caso fundamental por su carácter emblemático y su influencia en términos de imagen y, sin embargo, el precio medio de 1,2 euros del vino español se contrapone a los 5,7 euros del vino francés, o a los 2,7 euros del italiano”, ha comentado Palafox.
En este sentido, ha comentado Gonzalo Machado, director internacional de Delaviuda Confectionery Group, “el consumidor exterior no está acostumbrado a nuestros productos, por ello es indispensable invertir en iniciativas de marketing que contribuyan al mejor posicionamiento de nuestros productos, testear y pensar en un mayor valor añadido a largo plazo”.
Por su parte, Rosa Vañó, socia-fundadora de Canena Olive Juice, también ha señalado la importancia de generar valor diferencial en los productos, pues éste crea preferencia de compra sostenida en el tiempo”. Según ella, la mejor forma de hacerlo es a través del endorsement [respaldo], es decir, “que sean otros quienes hablen de las bondades de nuestros productos, a través de premios, certificaciones, rankings, o asociaciones con chefs de renombre”, ha asegurado. “Existe un gran valor aspiracional en la gastronomía española dentro el panorama actual de la cocina internacional”, ha subrayado Vañó, por lo que “nos interesa aprovechar la universalidad de los valores asociados a nuestro producto, y no restringirnos únicamente al ámbito español”.
A su vez, René Lemée, director internacional de Cinco Jotas-Grupo Osborne, ha comentado los retos de la digitalización en el comercio exterior, pues muchas veces conlleva “interferencias y mensajes equivocados que debemos controlar”. Para hacer frente a ello, “hacemos énfasis en la distribución propia, a través de nuestras tiendas físicas y asociaciones con algunos distribuidores muy selectos (Galerías Lafayette, Harrods o Palacio del Hierro), con productos de lujo, que sirven como puntos de referencia en el mercado”, ha indicado. “La tienda física convive con la tienda on-line. En cada país debemos tener un enfoque distinto en cuanto al comercio digital. Por ejemplo, en China, el 50% de nuestras ventas son a través de e-commerce y las redes sociales”, ha concluido.