La emergencia sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 ha convertido a los agricultores, y a la industria de la alimentación, en los otros protagonistas de esta crisis al permitir que los ciudadanos tengan todo tipo de alimentos en sus hogares en estas circunstancias tan excepcionales.
AseBio: ciencia e innovación en la industria alimentaria frente a las emergencias
A pesar de que la demanda de productos agroalimentarios se ha incrementado de media entre un 20 y un 30%, el sector ha sido capaz de responder de manera eficiente y responsable. Productos como la harina han disparado su consumo hasta un 196%, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura.
Esta capacidad de respuesta de la industria de alimentación ha sido posible gracias a décadas de inversión en ciencia e innovación, y de la aplicación del conocimiento y la tecnología a la producción alimentaria. El compromiso del sector agroalimentario con la ciencia y la innovación se ha visto reflejado en un incremento del 26% en la inversión en I+D, según los últimos datos del INE, lo que supone su máximo histórico.
La incorporación de herramientas y técnicas biotecnológicas han incrementado el rendimiento de la tierra y de los cultivos, ha mejorado la seguridad alimentaria y las propiedades nutricionales de los alimentos.
La agroalimentación es un sector estratégico, que aporta a la economía española más del 9,2% del PIB y cuya producción nacional se eleva a 27,8 millones de toneladas anuales, lo que convierte a España en el proveedor de la cuarta parte de las frutas y hortalizas que se consumen en el conjunto de la Unión Europea.
En la Asociación Española de Bioempresas (AseBio) apuestan por un sector agroalimentario basado en la ciencia y la innovación para hacer frente a emergencias globales como la que estamos viviendo estos días.
AseBio agrupa a más de 262 entidades y representa al conjunto del sector biotecnológico español. Entre los socios destacan empresas, asociaciones, fundaciones, universidades, centros tecnológicos y de investigación que desarrollan sus actividades de manera directa o indirecta en relación con la biotecnología en España.
Entre los socios, existen 30 entidades que desarrollaron cerca de 192 productos con aplicación en el área alimentaria, entre los que se encuentran nuevos ingredientes y aditivos, probióticos, sistemas para la mejora de la seguridad alimentaria, bioproductos (como biofertilizantes o bioestimulantes), bioprocesos, así como medicamentos veterinarios y piensos.