Turquía, uno de los mayores exportadores de frutas y hortalizas al mercado europeo, ha sido el primer país en beneficiarse de la experiencia almeriense en la mejora de la gestión de residuos de agroquímicos. Actualmente, Almería es un modelo internacional en la cuestión, tras haber conseguido en los últimos años reducir de forma significativa las alertas por incumplimientos en los Límites Máximos de Residuos (LMR) y, en consecuencia, haber mejorado sustancialmente su credibilidad en el mercado.
Almería se convierte en modelo de gestión de residuos para el área mediterránea
La transferencia de conocimientos y experiencias entre Almería y Turquía no habría sido posible sin la puesta en marcha de un ambicioso proyecto de formación impulsado desde las industrias fitosanitarias europea (ECPA) y española (AEPLA), que encontraron en la Estación Experimental Las Palmerillas de la Fundación Cajamar al aliado perfecto para cumplir sus objetivos. El proyecto de gestión de residuos de fitosanitarios se basa en la promoción de los protocolos de Producción Integrada y en la difusión de un manual de buenas prácticas, que fue elaborado y puesto a punto por los veteranos investigadores de la Fundación Cajamar, que han conseguido desarrollar un material didáctico completamente pionero en Europa.
El punto de partida para la confección del manual de buenas prácticas se ha basado en la experiencia almeriense de los últimos años. El mar de plástico ha sabido evolucionar y adaptarse en un tiempo récord a las exigencias de los mercados, gracias a la extensión de los protocolos de Producción Integrada y al esfuerzo de todos los eslabones de la producción y comercialización en origen que, en estrecha colaboración con la industria fitosanitaria, han introducido buenas prácticas agrarias que han conseguido convertir a la provincia en uno de los proveedores hortofrutícolas más importantes del mundo, a pesar de las crisis comerciales registradas en el pasado a consecuencia de un mal uso de los agroquímicos. Gracias al trabajo realizado, Almería puede presumir actualmente de un grado de cumplimiento de los LMR en torno al 99%, destacando el hecho de que hace ya varios años que desde esta zona de producción no se genera ninguna alerta sanitaria.
Los éxitos conseguidos con este proyecto de formación de formadores se han mostrado durante este mes de octubre a medios de comunicación de varios países europeos, que han tenido la oportunidad de visitar Almería para conocer en detalle cómo se articula la mejora en la gestión de residuos de fitosanitarios y cómo se transfiere ese conocimiento a otros países. Invitados por ECPA y AEPLA, los periodistas extranjeros han mantenido además entrevistas con responsables de semilleros, empresas de comercialización, laboratorios, productores y administraciones, lo que les ha permitido recoger una completa información sobre la realidad del agro almeriense para plasmarla después en sus respectivos medios de comunicación. La visita de los periodistas, desarrollada entre el 14 y el 16 de octubre, ha contado con la presencia del director general de AEPLA, Carlos Palomar, y del director general de ECPA, Jean Charles Bocquet, que fueron personalmente los encargados de presentar el proyecto a los participantes en el press trip.
Es de esperar que la producción agrícola turca mejore la calidad de su producción, por lo que se animado a los periodistas a hacer un seguimiento en los próximos años y se ha destacado la colaboración entre países potencialmente competidores en un área como la calidad de la producción alimentaria, que debería ser un propósito común, “no usando los LMR como argumentos comerciales, como ocurre en el caso de las exigencias de los supermercados, que acaban por transmitir al consumidor una infundada preocupación por la seguridad de lo que llega a su mesa”, aseguran desde AEPLA.
Efecto cascada
Uno de los aspectos más característicos de este proyecto para la mejora de la gestión de residuos es el denominado “efecto cascada”. La primera experiencia formativa se llevó a cabo en junio de 2013 con un grupo de cinco formadores turcos que adquirieron en Almería los conocimientos para aumentar el grado de cumplimiento de los LMR. Posteriormente, esos cinco formadores trasladaron su conocimiento en Turquía a un centenar de asesores y agricultores de la región de Antalya durante una experiencia llevada a cabo en noviembre de 2014. El objetivo es que la formación adquirida inicialmente se intensifique y difunda a otras regiones de Turquía y también a otros países del área mediterránea. “De algún modo, pretendemos que los principales proveedores extracomunitarios cumplan en todo momento la normativa europea en seguridad alimentaria, aumente la confianza de los consumidores y se destierren para siempre los enfrentamientos y acusaciones entre países por casos de superación de los LMR”, explica Carlos Palomar, director general de AEPLA, quien añade la importancia de entender el modelo de la Producción Integrada, que es “un concepto de gestión de plagas que sigue los principios básicos de prevención, vigilancia y actuación, bien con productos fitosanitarios o con lucha biológica”.
Gracias a este proyecto, se ha editado el folleto “El uso de agroquímicos y la seguridad alimentaria”, disponible en inglés, castellano, portugués y turco, aunque ya se preparan las ediciones en francés, alemán, polaco, griego e italiano. En principio, la formación se ha centrado en el manejo de agroquímicos para los cultivos de tomate y pimiento, por ser los más representativos en volumen de producción y comercialización y, por tanto, los de mayor riesgo potencial. “Creemos firmemente que la realización de este proyecto puede ayudar a avanzar en la gestión de residuos en los alimentos frescos del área mediterránea”, asegura Jean Charles Bocquet, director general de la ECPA. “Con ello, además, esperamos trasladar a los consumidores un mensaje de tranquilidad, entendemos su preocupación y queremos que sepan que la seguridad de los alimentos que llegan a su mesa está garantizada”, añade el responsable de ECPA. En este sentido, la industria fitosanitaria en Europa se ha comprometido a ayudar a fortalecer los programas de educación, de formación y de asesoramiento, promoviendo las buenas prácticas fitosanitarias como la mejor garantía de seguridad alimentaria y sostenibilidad agraria.