Andalucía destina más de 4,7 millones al sector apícola
Con 4.485 explotaciones, Andalucía concentra el 15% del total del país y roza los 33 millones de euros en ventas, según datos de la Junta de Andalucía, que anunciaba esta semana que ha destinado desde el pasado año más de 4,7 millones de euros en dos programa de ayudas a al sector apícola.
Este respaldo de la Junta de Andalucía a los apicultores andaluces responde a «la importancia de esta actividad, esencial en la conservación de la naturaleza y para proteger la biodiversidad, y que atraviesa una situación difícil por la coyuntura económica y los efectos de la sequía».
Para respaldar a este sector, el Gobierno andaluz ha activado en 2024 una convocatoria de ayudas correspondiente a la Intervención Sectorial Apícola dentro del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (Pepac) 2023-2027. Dotada con 3,5 millones de euros, esta línea se ha centrado en cinco ejes de servicios subvencionables entre los que destacan el asesoramiento, la asistencia técnica y la formación cualificada para profesionales y organizaciones.
Además, contempla también inversiones en activos y para la lucha contra enfermedades de las colmenas, acciones de colaboración con laboratorios apícolas, acciones de promoción y comercialización y para la creación de figuras y normas de calidad.
Junto a esta convocatoria, la Junta de Andalucía también ha concedido ayudas durante 2023 por un importe de 1,1 millones de euros para un total de 1.106 beneficiarios. Estas subvenciones perseguían paliar los efectos de la Guerra de Ucrania y de la situación de sequía, que está complicando las últimas campañas para los apicultores.
El sector apícola andaluz sufre, además de los efectos de la sequía y del conflicto bélico en Ucrania, una problemática marcada por los bajos índices de rendimiento por colmena. A pesar del aumento de censo de colmenas, los niveles de producción se han estancado por factores sanitarios, como la varroosis, o por los efectos del cambio climático, que afectan a los recursos vegetales necesarios para que las abejas puedan desempeñar su función, además de su importante papel como polinizadores.
A estos problemas productivos se suma un fuerte desequilibrio del mercado como consecuencia de la entrada en España, a precios reducidos, de gran cantidad de miel importada de terceros países. Además, al ser trashumante la mayor parte de la actividad apícola, el sector andaluz se ha visto gravemente impactado por el incremento del coste del combustible y de otras materias primas necesarias para la producción de miel.