“La autorregulación es el mecanismo más adecuado para regular los precios del aceite de oliva y evitar dientes de sierra”. Esta ha sido una de las conclusiones que se han podido escuchar en el Foro del Olivar organizado en Sevilla por ASAJA-Sevilla y Bosch en respuesta a la preocupación de los olivareros por los bajos precios del aceite.
Foro del Olivar: autorregulación para controlar los precios del aceite
El encuentro ha contado con la colaboración de ASEGASA, la Fundación Caja Rural del Sur, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla y ha sido inaugurado por el director general de la Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez, el presidente de la Interprofesional de Aceite de Oliva y presidente Nacional de ASAJA, Pedro Barato, y el secretario General Técnico de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín.
El presidente de la Interprofesional de Aceite de Oliva y presidente Nacional de ASAJA, Pedro Barato, ha ofrecido un avance de la presente campaña de aceite y ha recordado que ya, desde la campaña 2013/2014, con una producción de 1.781.300 toneladas de aceite de oliva, todos sabíamos lo que nos deparaba el futuro: “El futuro ya está aquí; en febrero nos acercamos a los 1,7 millones, un 38,8% más que en la pasada campaña”.
Una producción récord y una recolección muy rápida han inundado de aceite nuestras almazaras. En sólo dos meses (diciembre y enero) se produjeron 1,3 millones de toneladas de aceites de oliva, una alta oferta que se ha dejado notar en los precios, como ha explicado Barato.
No obstante, a pesar del espectacular aumento de nuestra producción, el Consejo Oleícola Internacional (COI) estima que la producción mundial estará por debajo de la obtenida en la pasada campaña, dado que casi todos los grandes productores sufren recortes, lo que sitúa a España en este momento como prácticamente el único actor en los mercados mundiales.
Tal como ha indicado Barato, “España, más que nunca, está llamada a liderar el mercado mundial y es muy probable que esta campaña se alcance un nuevo récord de venta en otros países”. Así, ya en el mes de febrero, se han superado las 600.000 toneladas de ventas totales, y cuando finalice la campaña de comercialización, posiblemente las ventas totales alcancen los 1,6 millones de toneladas, impulsadas fundamentalmente por las exportaciones, “que siguen creciendo a un ritmo importante”. Y tal como ha destacado “no sólo exportamos más, sino que estamos diversificando nuestros clientes, llegando a nuevos países”.
Si bien “las exportaciones directas a países terceros ya suponen un tercio del total, el gran problema está en el mercado interior”, que tal como ha indicado Barato, sigue moviéndose a un ritmo más lento.
Respecto a los precios, Pedro Barato ha asegurado que “no hay ninguna razón objetiva para que el precio del aceite sea el que tiene en este momento”. Barato ha abogado por poner en marcha mecanismos de autorregulación en el mercado del aceite de oliva para evitar dientes de sierra, y ha recordado a los olivareros que “hay dos caminos que no están reñidos: el de la cantidad y el de la calidad, pero la calidad hay que valorarla y hay que pagarla”.
Para el presidente de ASAJA y de la Interprofesión de Aceite de Oliva la respuesta está en “intensificar las campañas de promoción”, y en ello se trabaja ya desde la Interprofesional, que tiene en marcha una nueva campaña de promoción en España, con una alta dotación presupuestaria, enfocada a la valorización del producto y al rejuvenecimiento del consumidor y que estará en marcha en los próximos meses; y en paralelo, refuerza la promoción exterior con la mayor iniciativa promocional lanzada por Aceites de Oliva de España en su historia: tres continentes (Europa, América y Asia) y nueve países.
A continuación el experto analista oleícola internacional y profesor de la Universidad de Jaén, Juan Vilar, ha ofrecido un diagnóstico de la olivicultura internacional, teniendo en cuenta las principales magnitudes y las actuales tendencias y ha apuntado los retos y las estrategias para este sector fundamental en la economía regional.
Vilar ha coincidido con Pedro Barato al instar a los olivareros a que reflexionen sobre la situación actual y sobre su propia su responsabilidad. Según Vilar, “la responsabilidad es nuestra, hay que reconocerlo, el mercado nos ha dado señales y no le hemos hecho caso”, ha afirmado.
También ha apuntado razones coyunturales para que el precio esté así, como la especulación de algunos productores en la campaña anterior y el hecho de que “el sector no está todavía realmente preparado para una campaña en la que se concentre la recolección de una cosecha tan voluminosa en un periodo de tiempo tan corto”.
Vilar ha ofrecido una fotografía del olivar en la que se ve claramente la enorme evolución que ha experimentado este cultivo en todo el mundo: “Hoy se produce aceite de oliva en 64 países (hasta hace muy poco eran 46), se han plantado un millón de hectáreas de olivos en los últimos 6 años (el equivalente al 40% de la superficie que tiene España de olivar) y ya hemos alcanzado 11,6 millones de hectáreas de superficie olivarera en todo el planeta, con crecimientos de superficie muy importantes en Marruecos, que cuenta ya con 1 millón de hectáreas, en España y en Portugal, país en el que cada año se plantan entre 12.000 y 13.000 hectáreas”.
Respecto al consumo, según ha apuntado Vilar “un país que empieza a sembrar olivos se convierte en un nuevo consumidor”. La tendencia actual es de reducción del consumo en los países tradicionalmente productores y de incremento en los no productores y en los que se están incorporando al cultivo (sobre todo en Estados Unidos). Mientras que respecto a los precios mundiales, ha destacado que mantienen una tendencia clara, “están muy ligados a la evolución de la cosecha en España, así, si en nuestro país baja la producción, los precios mundiales del aceite suben, mientras que si sube la producción en España, el precio mundial baja”.
Posteriormente, se han abordado cuestiones de innovación tecnológica que contribuyen a mejorar la competitividad del cultivo y que permiten facilitar el trabajo diario de olivareros y técnicos. Para ello, el encuentro ha contado con el director del Centro de Investigación CSIC-IRNAS, José Enrique Fernández, quien ha informado sobre la eficiencia del riego en el cultivo y que, como ha asegurado, “mejorar esta eficiencia en el uso del agua en la agricultura no está reñida con la rentabilidad de la explotación”.
Como ha explicado Fernández, los tres grandes avances en mejora del uso del agua en la agricultura han sido el riego localizado, el riego deficitario (regar con menos agua de la necesaria para alcanzar la producción máxima potencial) y el riego de precisión (regar cada árbol con la dosis y frecuencia más convenientes y con el sistema más adecuado).
“El riego de precisión puede ser la mejor opción para plantaciones de olivar grandes y con variabilidad de suelo, planta y microclima”, ha asegurado, y para ello “la agricultura 4.0 ofrece herramientas (sensores, algoritmos, aplicaciones,…) que hacen posible el riego de precisión en olivares comerciales”. Según Fernández, “la aplicación masiva de la telemática a la agricultura será pronto una realidad”, por lo que, como ha afirmado, “grandes empresas especializadas en electrónica y telecomunicaciones están desarrollando equipos y aplicaciones más baratos y eficaces”.
Por último, la responsable de Desarrollo de Negocio Smart Irrigation Bosch España, Ana García, ha informado también a los agricultores sobre la tecnología inteligente al servicio del olivar, en este caso, de riego. Partiendo de la base de que el 70% de las fuentes de agua dulce se utilizan hoy en día en la agricultura, de que ha aumentado un 7,2% la superficie regada en España y de que en los últimos cinco años ha habido un 15% de crecimiento de sistemas de riego, García ha presentado Bosch Smart Irrigation, un sistema para la monitorización del estado hídrico del olivo con el que se persigue el ahorro de agua y de energía, aplicando una estrategia de riego deficitario (RDI) controlado, o una reducción de riego. Este sistema, como ha explicado, funciona con sensores aplicados en las hojas, que leen el estado hídrico del olivar, y cuyos datos se recogen y almacenan en la nube, donde se genera un algoritmo para dar una recomendación de riego, que puede verse de forma fácil y cómoda mediante una App.
Así, el olivarero podrá conocer el estado hídrico del olivar en tiempo real, recibir alarmas (por estrés severo del árbol, por caída del sensor,…), recibir una recomendación de riego semanal o conocer la predicción meteorológica. También podrá saber si existe un potencial de mejora para ser más eficientes en el riego, detectar anomalías en el riego -dada la extensión de las fincas-, conocer cuándo el árbol se recupera de dichas anomalías o identificar cuándo el árbol se “para” (falta de sol, bajada, de temperatura…)
En otro orden de cosas, el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato, ha hecho referencia a la situación tan complicada en la que se encuentra el sector agrario en la actualidad. Por un lado, por el problema de la sequía, y por otro, por el complejo panorama político tanto nacional como europeo.
En este sentido, Barato ha hecho referencia a la incertidumbre sobre cómo quedará la PAC y ha expresado su deseo de que se mantenga el modelo empresarial, sin poner límites a la competitividad, “esa ha sido siempre nuestra lucha desde ASAJA”, ha asegurado.
A nivel nacional, Pedro Barato ha abogado por la potenciación de los seguros agrarios, por la inclusión de la distribución en la cadena alimentaria y por realizar mejoras en el sector del aceite, como el sistema poolred, al que “hay que darle una vuelta”, ha asegurado.