La actividad agrícola y ganadera se está viendo afectada por los efectos del cambio climático pero, a la vez, estas actividades generan emisiones que contribuyen a él. En medio de esta dicotomía, estos sectores buscan soluciones que pasan por un modelo innovador que permita producir más, con menos recursos y generando menor impacto ambiental, teniendo en cuenta que son sectores estratégicos por depender de ellos la alimentación humana.
Cambio climático: necesidad de reducir emisiones sin perder rentabilidad
Cuestiones complejas que se han analizado en la jornada ‘Lucha contra el cambio climático en el sector agrícola, ganadero y agroindustrial’, organizada por el Colegio de Ingenieros Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC) en colaboración con la Fundación IDEA y por iniciativa del MAGRAMA.
El sector ganadero es uno de los que más sufrirá el aumento de las temperaturas que acarrea el cambio climático, lo que influirá en el bienestar de los animales y generará menor productividad. «Aunque este sector es uno de los generadores de emisiones que contribuyen al cambio climático, se encuentra en una posición muy inferior a la de otros sectores, como por ejemplo el sector energético o el turístico. Por ejemplo, un viaje de un turista en avión Amsterdam-Valencia genera 650 kg de CO2, mientras que para producir 1 kg de chuletón se generan 10 kg de CO2”, ha afirmado en su ponencia Salva Calvet, profesor del departamento de Ciencia Animal de la UPV. Introducir alimentos más digestivos y trabajar con la selección de razas son dos de las soluciones que Calvet aportó para seguir reduciendo el impacto de las explotaciones.
En el ámbito agrario, Nuria Pascual, profesora del departamento de Producción Vegetal de la UPV, ha insistido en su intervención en la importancia que tiene conocer al máximo las particularidades de los cultivos. “Hay que tender a una agricultura de mínimos sin dejar de ser rentables, algo que es posible si conocemos bien todos los elementos que intervienen, como el tipo de cultivo, el suelo, los fertilizantes o el riego. Hay que saber cómo todos estos elementos se relacionan entre sí y cuáles son las mejores técnicas de trabajo”, ha afirmado Pascual, poniendo así en valor la figura de los técnicos como asesores esenciales en la labor de producción.
Francisco Javier González, técnico de la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, ha reforzado en la jornada la necesidad de integrar el concepto de cambio climático en la política de manera transversal, “para que haya una misma línea de trabajo en las políticas que lleven a cabo los distintos organismos públicos”, ha destacado.
En esta línea, Julià Álvaro, secretario autonómico de Medio Ambiente, ha anunciado en su discurso inaugural que el Consell está revisando la Estrategia Valenciana de Cambio Climático 2013-2020 y que uno de los pasos será englobar a las Consellerias de Agricultura y Medio Ambiente, Economía y Sostenibilidad, Viviendas y Obras públicas, Educación y Sanidad Universal. Decisión aplaudida por el COITAVC, dado que con esta nueva gestión, el sector agrario y sus técnicos tendrán más voz en la Comunitat Valenciana en las políticas que trabajen por atajar el cambio climático.
Desde el colectivo de los Ingenieros Agrícolas y los Graduados en Ingeniería Agroalimentaria se ha destacado el impacto indiscutible que tendrá el cambio climático sobre el sector agroalimentario, por ello se considera urgente planificar medidas en colaboración entre la administración y el sector.
“Es el momento de aplicar todo el I+D+i de los últimos años y convertir a la Comunidad Valenciana en puntera en agrosostenibilidad. La reducción del impacto ambiental sólo será posible a través de la innovación, un conocimiento profundo del sector y la participación de los Ingenieros Agrícolas como gestores de ese conocimiento y asesores en la puesta en marcha de las medidas correctivas y productivas”, ha concluido Regina Monsalve, presidenta del COITAVC.