Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura estima una reducción del 30% en la producción de tomate para industria en esta campaña, respecto a la cosecha el año pasado, debido a la falta de agua para riego por la sequía hidrológica, las altas temperaturas persistentes registradas durante la campaña y la ausencia de materias activas eficaces contra plagas y enfermedades.
La unión de cooperativas extremeñas prevé que la producción de tomate para industria de este año ronde las 1,5 millones de toneladas, de forma que sería la más baja de los últimos cinco años, superando incluso la de 2020 que estuvo afectada también por temperaturas persistentes, reflejando así la complicada campaña a la que se han enfrentado los productores de tomate de la región.
La unión de cooperativas extremeñas prevé que la producción de tomate para industria de este año ronde las 1,5 millones de toneladas, de forma que sería la más baja de los últimos cinco años, superando incluso la de 2020 que estuvo afectada también por temperaturas persistentes, reflejando así la complicada campaña a la que se han enfrentado los productores de tomate de la región.
Cooperativas recuerda que la actual campaña ya se inició con un descenso del 20% en la contratación de tomate por las OPFH de la región, en una superficie que disminuyó en 4.592 hectáreas debido a las
limitaciones por la falta de lluvias y de agua en los principales embalses extremeños.
Esta sequía hidrológica ha supuesto múltiples problemas para el riego, a lo que se sumó un periodo de altas temperaturas que se mostraron persistentes durante los meses de mayo, junio y julio, batiendo los récords de las series históricas. Esta situación ha provocado daños muy relevantes que, a nivel general, han superado el 35%, mientras que a nivel particular se ha alcanzado el 80% en algunas explotaciones de la región, con tomates asolanados, afectados por podredumbre y fallos de polinización en plantaciones tardías.
A este complicado escenario hay que añadir los efectos del aumento de algunas de las principales plagas y enfermedades que afectan al tomate para industria y determinan su productividad. Una situación que, en opinión de Cooperativas Agroalimentarias Extremadura, ha puesto en grave riesgo la rentabilidad de un importante número de explotaciones de este cultivo, que es fundamental para la economía extremeña y ha mantenido a la región como líder nacional en producción y transformación.
Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura resalta que la ausencia de alternativas técnico-económicas eficaces ha agravado este problema, a pesar de la puesta en práctica de la lucha integrada contra plagas y enfermedades, las rotaciones, la plantación con variedades resistentes, los abonados en verde y utilización de diferentes materias activas y de productos complementarios que finalmente
resultaron ineficaces.